epigrafe

El sabio de Sión viene a cerrar una trilogía de libros en los que Jánchez recorre su identidad como judío. Con Shloishim y McKosher había abordado la cuestión familiar y la laboral. Aquí da pequeños pantallazos de su vida y narra algo de su viaje a Israel. Y vale el “algo”, porque el joven autor elude el relato testimonial y documental (a la Guy Delisle, Joe Sacco o Sarah Glidden). Lo suyo son fragmentitos de vida: dónde compra el pan y cuántos shekels se lo cobran, cómo transcurre un viernes de sabbat, las particularidades urbanas que se encuentra y cómo van sus talleres en Migdal Hamaek. La originalidad de Jánchez radica en su tempo preciso y en su humor cáustico, que no perdona absolutamente a nadie.

Un western con epicentro en una pulpería. Ese sería un modo de abordar la novela gráfica del uruguayo Santullo y el rosarino Fernández (habitué del mercado norteamericano). Sin embargo, el relato entrecruza elementos del policial negro y centra su conflicto en una huelga de camioneros en un pueblo del interior –aparentemente– bonaerense. Esto último recuerda a Los dueños de la tierra, pero Santullo se esfuerza en señalar las miserias de todos los involucrados, desde los rompehuelgas de la Capital hasta la agente de la empresa, pasando por el sindicalista dispuesto a traicionar a sus compañeros. Además de una narrativa precisa, Fernández hace gala de un gran empleo de sombras y contraluces.

Esta nueva recopilación de tiras de Dante Elefante no hace más que confirmar la solvencia de Rovella como autor infantil y su dominio de la historieta muda como recurso para capturar la imaginación. El dibujante despliega con inteligencia cantidad de chistes en torno de recursos similares, jugando con el cuerpo de su protagonista como si fuera un globo, con disfraces y con la escenografía, a partir de la cual hace del formato mismo de la tira casi un personaje más. Aun cuando a veces se mete con el humor negro, la propuesta de Rovella jamás abandona cierta cuota de ternura indispensable, fruto también de su trazo agradable y de un personaje muy bien construido.

Esta es una extraña “revista de autor”, o libro doble, o revista de dos autores. Doppelgänger cuenta dos relatos, uno de Vigo, otro de San Juan. San Juan ofrece una serie de relatos cortos en torno de un asesino serial. El detalle: jamás aparece. El autor retrata la reacción de la comunidad ante su existencia. Vigo recurre al costumbrismo, primero con un detective y luego con un recuerdo de adolescencia. En la obra de los dos es notoria la influencia del nuevo under norteamericano, fuertemente atravesado por el diseño. El libro mismo, en su edición, está marcado por esta tendencia. Hay aquí una lectura atenta de Chris Ware y otros de su generación, recortada por la experiencia autogestiva de los autores.