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Jueves, 11 de agosto de 2016

HISTORIETA  › EMPIEZA LA CONVENCION INTERNACIONAL CRACK BANG BOOM

Cuadritos con espíritu federal

El encuentro rosarino se desarrollará hasta el domingo. En su séptima edición ofrecerá una cantidad notable de lanzamientos de libros y, entre las figuras más destacadas, estarán el homenajeado del año, Horacio Lalia, y la guionista norteamericana Gail Simone.

 Por Andrés Valenzuela

Desde Rosario

Algunos iniciaron la marcha ayer, o hace dos días. Otros la emprenden hoy. Y los que no pueden dedicarse full-time a la historieta y tampoco consiguieron escaparse del trabajo, llegarán a Rosario durante las últimas horas de mañana o las primeras del sábado. Es la peregrinación anual a la convención internacional Crack Bang Boom, que se celebra cada año en el Centro de Expresiones Contemporáneas y otros galpones oficiales de la ciudad a la vera del río Paraná y que se extenderá hasta el domingo con invitados nacionales y extranjeros, con una cantidad notable de lanzamientos de libros y un espíritu de camaradería difícil de igualar. Si el año pasado superaron los 25.000 asistentes, este año los organizadores confían en superar la cifra.

El encuentro alcanza su séptima edición sin traicionar su espíritu: (capitaneados por el multipremiado dibujante Eduardo Risso), apoyada por la Municipalidad rosarina y disfrutada por todos. “Creo que Crack Bang Boom sigue vigente porque no estafa a su espectador”, opina Juan Ángel Szama, editor y co-organizador del festival. “CBB se propone una convención de historietas y ofrece una convención donde predominan las actividades vinculadas a la historieta”, señala. Lo que parece una verdad de Perogrullo no lo es tanto, considerando cuántos eventos incluyen “cómic” en su nombre, pero terminan siendo un rejunte de expresiones de la cultura pop, con stands pensados para la selfie y apoyados en la convocatoria de los productos audiovisuales de moda. En Crack Bang Boom los creadores de historieta hablan, presentan su material, venden sus libros, dibujan en vivo, dan y toman talleres, arreglan con editores y disfrutan de una convención donde son auténticos protagonistas. Así las cosas, no sorprende que autores y lectores de todo el país se acerquen hasta la ciudad, que hace semanas sea casi imposible conseguir alojamiento en los hostels más cercanos al festival y que en las redes sociales las cuentas del palo estén monotemáticas.

A ello hay que sumar el contexto general: la caída de Comicópolis –que alcanzó el año pasado su tercera edición y sobre la que la actual gestión de Tecnópolis no dio noticias de continuidad–, un puñado de otros pequeños eventos y las propuestas más comerciales ubicando a la historieta en un lugar marginal. Mientras tanto, las editoriales producen y producen. Si habitualmente las editoriales tenían a Crack Bang Boom en su calendario de lanzamientos, este año la tendencia se agudiza ante la falta de opciones. En esta edición los sellos locales pondrán a circular no menos de cuarenta nuevos títulos.

Desde luego, la convención no ofrece sólo lo que se puede ver en sus stands. Además de las exposiciones, uno de los principales atractivos del encuentro son sus invitados. Entre los nacionales se encuentran el veterano Gianni Dalfiume, Ariel López V., Sole Otero, Roberto Viacava, Lubrio, Luciano Vecchio, Diego Simone, Andrés Lozano, Emilio Utrera, Juan Sáenz Valiente, Pablo Martinena, Gonzalo Ruggieri, Juan Manuel Frigeri, Emilio Jorge Mongiovi, Juan Cavia y el equipo del estudio de videojuegos Okam. Entre los extranjeros figuran los croatas Goran Parlov y Goran Sudzuka, el portugués Filipe Melo y el editor francés (Glénat) Olivier Jalabert, quien estará revisando carpetas de artistas locales. También estarán el escritor Leo Oyola, el director de cine Nicanor Loretti y parte del elenco de la serie Nafta Súper, spin off del libro Kryptonita, que también llegó a la pantalla grande.

Las figuras más destacadas, sin embargo, serán el homenajeado del año, Horacio Lalia, y la guionista norteamericana Gail Simone. Lalia es un veterano dibujante, conocido por sus adaptaciones al lenguaje de la historieta de cuentos y poemas de Edgar Allan Poe y Howard Phillip Lovecraft, aunque tiene una extensa carrera publicando dentro y fuera del país. Una de sus creaciones más célebres es Nekrodamus, junto a Héctor Germán Oesterheld. En reconocimiento a su figura, este año Crack Bang Boom estará atravesado por la temática del terror. El detalle se manifiesta en el concurso oficial del festival (donde se destaca a guionistas mujeres en los dos primeros puestos) y en algunas actividades paralelas, como el ciclo de cine que CBB co-organizó con el cine local El Cairo.

Gail Simone, en tanto, es una guionista muy reconocida en el medio comercial norteamericano, célebre por sus enfoques en series como Batgirl, Wonder Woman o Red Sonja. El prestigio y la popularidad conseguidos con esos trabajos le permitieron ponerse como figura visible de un creciente movimiento de reclamos que atraviesa el sector en Estados Unidos, en particular los enfocados en derribar el machismo imperante en la industria y en parte de la narrativa superheroica. De hecho, Simone es la creadora del sitio “Mujeres en heladeras”, que critica el rol femenino en el cómic de superhéroes como mera excusa para que los encapotados varones entren en acción.

Mientras en las redes sociales se multiplican las fotos de pasajes y de cajas repletas de libros, listas para salir hacia Rosario, el matemático y co-organizador de CBB Eduardo Santillán Marcus comenta con alegría (y algo de agotamiento por los preparativos) que todo eso le recuerda a las veces que él mismo viajó a Buenos Aires para poder ver algo que le interesaba. Su compañero coincide: “saber que la gente viaja a nuestro evento nos pone contento, significa que hicimos las cosas bien”, dice.

Otro hecho que caracteriza a Crack Bang Boom es el espíritu celebratorio, que se extiende bastante más allá de los horarios oficiales de la convención y termina inundando bares y restaurantes de Rosario. “La ciudad es amable y permite que nos terminemos cruzando todos, eso termina naturalizando una salida grupal que después deviene en fiestas o una boga a la vera del río”, considera Szama. “La gente viene con actitud de viaje de estudios, a pasarla bien”, dice Santillán Marcus.

La dupla destaca otras facetas del festival: el apoyo a la autogestión y a la historieta infantil. “Quien lee bien nuestras actividades verá que este año apoyamos mucho la historieta infantil, traemos a dos de sus mejores exponentes del momento, como Lubrio y Andrés Lozano, para dar talleres e ir a los distritos de la ciudad”, explica Santillán Marcus.

Sobre la autogestión, el matemático advierte que “desde la primera edición ponemos en vidriera todo lo que se hace en la historieta nacional, por eso los talleres hablan de autogestión, de cómo crear una editorial y cómo armar tu propia revista”. Szama asegura que más allá del espacio gratuito para fanzines y autoediciones o para las reuniones del a Asociación Argentina de Editores de Historietas, el proceso “se fue decantando sólo porque hay una necesidad de hablarle a las nuevas generaciones, que son las que van a ser los historietistas del mañana”.

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El año pasado la convención superó los 25.000 asistentes.
Imagen: Andres Macera
 
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