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Jueves, 25 de agosto de 2005

LA COMPAÑIA DE A. M. STEKELMAN FESTEJA SUS DOCE AÑOS

Tangokinesis y su cotillón

Los bailarines Nora Robles y Pedro Calveyra cuentan la génesis de este nuevo trabajo de la prestigiosa coreógrafa, con el que la compañía celebra su cumpleaños número doce.

“A sacar el cotillón”, fue la propuesta de Ana María Stekelman para Tangokinesis, su compañía de danza que cumple 12 años de existencia. Y no sólo en sentido metafórico, sino literal, ya que la nueva obra que el grupo presenta en el Teatro Maipo (Esmeralda 443, de jueves a sábado a las 20 y el domingo a las 18) lleva el nombre de Cotillón y pone en escena un mundo de globos, pelotas y silbatos, con los cuales los bailarines juegan e interactúan, en un homenaje a los más famosos Pas de Deux clásicos.
“La idea de Ana María era trabajar con elementos y nos pidió que la sorprendiéramos, trayendo distintos objetos. A partir de ahí fuimos explorando, pero no pensamos en un principio que sería para celebrar nuestro aniversario”, cuenta Nora Robles, bailarina que, junto a su partenaire, Pedro Calveyra, cumplen 15 años junto a la coreógrafa.
La pareja, que ahora además de ser de baile es un constituido matrimonio, conoció a Stekelman en 1990 al ingresar, previa audición, en el espectáculo Imágenes, presentado en aquel entonces en el Paseo La Plaza. “Nosotros veníamos trabajando mucho con el tango, junto a Juan Carlos Copes –recuerda Calveyra–. Además estudiamos danza clásica y otras técnicas, pero estábamos necesitando algo más. Por eso, cuando vimos el trabajo de Ana, nos encantó; quisimos conocerla y trabajar con ella para que nos dirija como pareja, y ella aceptó.”
–¿Cuándo aparece Tangokinesis como compañía constituida?
Nora Robles: –Como grupo, en el ’92 viajamos al Festival de Nantes (Francia); éramos cuatro parejas de tango. En 1993 estrenamos Tangokinesis en Buenos Aires, espectáculo que le dio nombre al grupo.
–¿Y cómo surge la idea de combinar el tango con la danza contemporánea?
N. R.: –Fue una idea que Ana ya traía cuando montó Jazmines. Pero, con los años, el lenguaje fue evolucionando. En un principio éramos una compañía de tango que incorporaba elementos de danza contemporánea. Ahora realmente logramos esa fusión; el público no puede saber cuándo estamos bailando tango o cuándo danza contemporánea. Hemos elaborado un nuevo lenguaje.
–¿Y cómo recibió la gente de tango la modificación del lenguaje tradicional?
N. R.: –Desde un comienzo fuimos bastante bien aceptados. Como la propuesta siempre fue muy refinada, muy pulida, tuvimos una buena recepción.
Pedro Calveyra: –Antonio Todaro, un gran maestro de tango tradicional, admiraba el trabajo de Stekelman. No tuvimos mucha resistencia. Es más, yo creo que a mucha gente del tango le hubiera encantado estar aquí, en nuestro lugar. Además, modificamos no sólo el movimiento, sino también la música. Al principio, trabajábamos mucho con sonidos: el ruido de una canilla, una puerta que se cierra, pasos en un pasillo. Bailábamos hasta los silencios.
N. R.: –En ese momento, eso era original para una compañía de tango, aunque dentro de la danza contemporánea ya estaba explorado.
–¿En qué otras técnicas se nutrió el lenguaje de Stekelman?
N. R.: –Ella estudió en la escuela de Martha Graham y, en algunas cosas, su lenguaje se aproxima a la técnica de Jennifer Müller. Pero su estilo es muy clásico dentro de la danza contemporánea. Sus clases se caracterizan por una barra muy sólida y técnica. A ella le gusta la “limpieza” del movimiento de la danza clásica, y la pasión y la fuerza propia de la danza contemporánea.
Durante ocho años consecutivos, tres veces por semana, Robles y Calveyra tomaron las clases de Stekelman, antes de cada ensayo, hasta que la coreógrafa decidió abandonar su rol docente. Hoy, los doce bailarines que conforman el elenco de Tangokinesis se entrenan en tango, clásico y contemporáneo con sus propios maestros, fuera de la compañía. El perfeccionamiento del bailarín debe realizarse “en los dos extremos: tanto en tango como en moderno”, como afirma Calveyra, quien confiesa que le apasiona “el tango bien tradicional, el abrazo, el agarre, el ritmo, lapareja bien ensamblada”, pero que también se inclina por “introducir algo más moderno, un salto, una pirueta o algo diferente”.
–¿Consideran que han obtenido el reconocimiento del público local?
N. R.: –Sí. Ahora podemos decir que somos una compañía más conocida también acá. Realizamos funciones con bailarines invitados, como Julio Bocca y Eleonora Casano, y eso nos hizo más populares.

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Robles y Calveyra, tango, clásico y moderno.
 
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