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Jueves, 2 de junio de 2016

EL CENTRO CULTURAL DE LA COOPERACIóN CREó LA ESCUELA DE ESPECTADORES DE CINE

Herramientas para ejercitar la mirada

La iniciativa del área de Audiovisuales de la entidad intenta “formar un público que sea crítico, pero pueda sorprenderse con la experiencia cinematográfica”. Hoy a las 18.30 será el “estreno”, con una charla introductoria en la sede de Corrientes 1543.

Podrán cambiar el soporte, los mandatos narrativos, el lenguaje, los temas y sus formas de consumo, pero el cine fue, es y será una cuestión de miradas. Y esa mirada es, como la mano de un escritor, un músculo que se tonifica y adquiere volumen con cada puesta en marcha. Resulta fundamental, entonces, ejercitarla. No con mancuernas ni bancos planos ni bicicletas fijas, sino con herramientas que permitan ampliar la subjetividad del portador. El equipo del área de Audiovisuales del Centro Cultural de la Cooperación es consciente de todo lo anterior, y por eso impulsó la creación de una Escuela de Espectadores de Cine. “Muchas veces el espectador se queda con la historia, con la fábula, y se pierde un montón de cuestiones relacionadas con las decisiones estéticas, los procedimientos, el lenguaje, la estructura narrativa o cómo se organiza un discurso. La idea es formar un público que por un lado sea crítico, pero que al mismo tiempo pueda sorprenderse con la experiencia cinematográfica”, explica Federico Picasso, uno de los docentes y promotores de esta iniciativa que debutará este jueves a las 18.30 con una charla introductoria en la sede de Corrientes 1543.

Surgida como hermana de su par de teatro que Jorge Dubatti dicta allí desde hace diez años, esta escuela es menos un ámbito académico que uno para discutir el rumbo de las distintas corrientes artísticas que campean a lo largo y ancho del actual panorama cinematográfico mundial. “Cada obra parte de una persona que establece su discurso con una concepción particular de arte. Por ejemplo, una forma de entender el arte es hacerlo como algo revelador de lo real, en el sentido de que nos abre los ojos para ver cosas en la vida cotidiana que antes eran invisibles. Si estoy abierto a encontrar en una película algún elemento que me revele algo nuevo de la vida, eso puede cambiarme en tanto individuo con una visión del mundo. Buscamos que el espectador encuentre cuáles son las películas que lo modifican y, a su vez, que pueda armarse un recorrido personal, es decir, que empiece a entender cuál es el cine que más le gusta”, amplía Picasso.

La dinámica también estará bien lejos de la de un aula regular. El periodista y crítico Juan Pablo Russo, otro de los docentes, explica: “Este primer año va a ser desde junio hasta noviembre y, si funciona, la idea es volver en marzo. Las clases serán una vez a la semana y se van a dividir en dos tramos: en uno se va a analizar una película que esté en cartel y que puede ser del circuito comercial o alternativo, y para el otro vamos a invitar a un director nacional para hacer un intercambio de ideas acerca de su obra. Esto último porque también se trata de acercarle al público películas argentinas que no tengan mucha difusión pero sí una propuesta estética o narrativa interesante”. Además, una vez al mes se hará un seminario teórico sobre la historia y el lenguaje del cine, ya que “es interesante trabajar con la cartelera, pero también que cada espectador tenga una retrospectiva dentro de su biblioteca mental”.

Tampoco habrá aprobaciones, exámenes ni cursadas porque “la Escuela, igual que el cine, se plantea como experiencia permanente”, en palabras de Picasso. El licenciado en Artes Combinadas explica: “Algunos nos preguntaron cuánto duraba la cursada o si después de un tiempo se recibían. Pero no es así; uno nunca se recibe de ‘espectador’, porque ser espectador es un ejercicio permanente. Lo que haremos es dar herramientas para que los alumnos puedan afinar la mirada y hacer una lectura más crítica de lo que vean. Cuando uno tiene más herramientas, hay más posibilidades de disfrutar una película. Creemos que los tiempos del espectador para formarse son individuales y que la escuela debe adaptarse a eso. Si alguien quiere venir durante varios meses porque le gusta seguir los estrenos y participar activamente de los análisis y las entrevistas, fabuloso. Pero si otro viene un par de meses y siente que ya tiene las herramientas suficientes, es libre de irse. No es una escuela donde haya notas ni materias, sino que es un espacio de ejercitación permanente de la mirada”.

* Para informes e inscripciones: [email protected] o al teléfono (011) 5077-8048, de 12 a 19. Los interesados podrán inscribirse de lunes a viernes de 13 a 18 en Corrientes 1543 (6º piso. Área Audiovisuales).

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La dinámica de la Escuela estará lejos de la de las aulas regulares, aseguran Russo y Picasso.
Imagen: Guadalupe Lombardo
 
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