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Viernes, 15 de junio de 2007

OPINION

Mis varios descubrimientos de la India

 Por Torcuato Di Tella

Mi primer descubrimiento de la India fue leyendo un libro de ese mismo título, de Jawaharlal Nehru. El a su vez la había “descubierto” estando por varios años en Inglaterra. Cosa nada rara: uno descubre lo propio cuando lo ve en perspectiva, desde afuera.

Después me casé con Kamala, a quien había conocido en los Estados Unidos. Yo ahí también había hecho un descubrimiento, el de mi propio país, un poco ampliado en su región. Pero me fui a la India, donde viví casi un año, “buscando trabajo”. Esa experiencia fue brutal. Yo nunca tuve una idealización de ese país, o de su cultura y religiosidad, pero sí del movimiento de independencia, y del liderazgo de Gandhi y de Nehru. Visto todo de cerca fue bastante horroroso, y lo peor fue que a los pocos días uno se acostumbra a ver de cerca la miseria más espantosa todo el tiempo. Pero también hay muchas otras cosas, que atestiguan de la capacidad humana de sobrevivir en un medio tan hostil. En ese sentido, fue una experiencia muy formativa para mí.

Ahora a través de Fotografías, y de una anterior, estoy descubriendo a mi propio hijo Andrés, “el negro”. Extrañamente, Kamala, que de joven había estado tan ligada a su identidad india, después se desenraizó, y contribuyó al desenraizamiento de nuestros hijos, que nunca pensaron ser “medio hindúes”, aunque lo eran, y al parecer los demás se lo hacían notar, sobre todo en Inglaterra, y según Andrés también en la Argentina.

Kamala misma, al final de su vida, también ella “redescubrió” a la India, y se hizo budista, cosa rara en quien siempre había sido muy radicalmente atea. Quizá sea porque, según algunos, y ella siempre me contaba, el budismo en el fondo no cree en Dios (yo no lo creo, pero no importa).

Espero que ahora Andrés no se haga hinduista, que sería mucho peor que budista, algo así como si yo me convirtiera a la religión romana o a la griega. Pero sentirse medio hindú, o mejor dicho medio indio, es una etapa de maduración necesaria, ya que Kamala y yo no se la supimos transmitir en su momento.

Vayan a ver la película, que es muy seria y al mismo tiempo divertida, sobre todo cuando el elefante bendice a Rocco, el hijo de Andrés, que quizá de esa manera también él descubra que es un poco indio.

(Fotografías, el documental de Andrés Di Tella, se estrenó ayer en las salas argentinas.)

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