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Lunes, 7 de junio de 2010

MUSICA › FESTIVAL “JAZZ AL FIN” EN USHUAIA

Otra apuesta al riesgo

 Por Diego Fischerman

Desde Ushuaia

En la distancia entre dos ediciones de un mismo festival puede medirse una trayectoria e intuirse un futuro. Si el primer “Jazz al fin” había mostrado, más que nada, la férrea voluntad de sus organizadores, en particular la Fundación Inti Main, para utilizar al máximo cada recurso y para convertir las carencias en virtud, la segunda, que ayer a la noche concluyó su fase inicial, en Ushuaia, y continúa a partir de hoy en Río Grande, exhibió todo lo que había habido de bueno en aquel inicio ya lejano pero con el signo de una programación no sólo de muy buen nivel sino capaz, incluso, de correr riesgos estéticos. Los antiguos logros tienen que ver con la idea de apertura, con el hecho de pensar al festival mucho más que como una mera sucesión de conciertos y con el equilibrio entre la presencia de figuras famosas en el país y las más destacadas de las que desarrollan una actividad local. Los nuevos, con una organización de los conciertos sin fisuras ni baches entre actuación y actuación, con un sonido impecable, con la utilización de una muy buena sala, la Niní Mar-shall de la Casa de la Cultura, y con la muy buena calidad musical del conjunto.

Entre las presencias locales –o casi– sorprendió la cantante Patti Ramone, nacida en Esquina, Corrientes, criada en Río Grande y actual estudiante de música en Buenos Aires, donde conoció al pianista colombiano Nicolás Ospina, becado allí para estudiar con Ernesto Jodos. Con él presentó un programa que fue de Radiohead o “Long and Winding Road”, de Los Beatles, en una magnífica versión donde Ospina dibujó una especie de invención a dos voces à la Bach (aunque pasada por Jarrett), hasta “Smile”, de Chaplin. La voz no se limitó a entonar las melodías, a la manera de una animadora de fiestas de casamiento, sino que improvisó, deconstruyó, desarrolló rítmicamente las frases, recorrió el registro desde los sobreagudos a los graves y hasta se convirtió en instrumento rítmico. También fue destacable, en la función del viernes, la actuación del violinista platense Sergio Poli junto a José Angelillo en piano, Nicolás Pasetti en contrabajo y Daniel Vera en batería, más cerca de Coltrane que de Grappelli y con swing y musicalidad notables. Un día antes, el festival había sido abierto por el guitarrista Walter Malosetti, quien actuó acompañado por Mauro Vicino, también en guitarra, y por Guillermo Delgado en contrabajo. Nombrado Visitante Ilustre de la Ciudad, Malosetti cumplió aquí 79 años y fue múltiplemente homenajeado. También viajó su sobrino, Raúl, quien brindó un taller de música para los internos de la cárcel local. Y la fecha del viernes se completó con la excelente actuación de Trespasss, un proyecto del guitarrista y compositor Fernando Tarrés, en esta ocasión desde una computadora, junto al saxofonista Rodrigo Domínguez y el contrabajista Jerónimo Carmona. Con la inclusión de imágenes y textos de diversas procedencias, el trío crea un entretejido cercano al free jazz, denso, de gran riqueza sonora y donde abundan los matices.

Al cierre de esta edición, el trío de Paula Shocrón, con Carmona en contrabajo y Carto Brandán en batería, y el Quinteto del trompetista Mariano Loiácono, integrado junto a él por el saxofonista Ramiro Flores, Hernán Jacinto en piano, Ezequiel Dutil en contrabajo y el baterista Luciano Ruggieri, cerraban la parte prevista del festival para, después, dejarle el camino libre al cuarteto del contrabajista Mariano Otero, no incluido incialmente en la programación. Llegado a Ushuaia gracias al proyecto Café Cultura, de la Secretaría de Cultura de la Nación, el contrabajista, al frente de su grupo, y con entrada gratuita, se convirtió en una suerte de impensado bonus track. Antes, el sábado, la carismática cantante y guitarrista cubana Yusa, junto al percusionista Mario Gusso y el bajista Marcos Archetti (que dio un taller para ensambles musicales y junto al guitarrista Alejandro Aranda funcionó con sostén en las sombras de mucho de lo ocurrido en el festival) cerró una noche en la que también actuaron el excéntrico guitarrista italiano Enzo Rocco y el grupo ecuatoriano Nuages que, más allá de la referencia de su nombre (el título de un tema de Django Reinhardt), centró su supuesto gitanismo mucho más cerca de Goran Bregovich que del legendario Quinteto del Hot Club de Francia. Ellos volverán a actuar mañana en Río Grande, donde también lo hará el grupo Bazar Mandala. Hoy, en esa ciudad, se presentarán Patti Ramone con Nicolás Ospina y el Quinteto de Loiácono.

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