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Domingo, 17 de noviembre de 2013

MUSICA › THE BEATLES REAPARECEN EN ON AIR-LIVE AT THE BBC VOLUME 2

Cuatro pibes a la conquista del mundo

Son 40 canciones y 23 fragmentos de audio, incluyendo entrevistas de ocho minutos a John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr. Hay material inédito y canciones nunca antes grabadas. Pero sobre todo, hay unos Beatles con la adrenalina de un momento irrepetible.

 Por Eduardo Fabregat

Entre marzo de 1962 y junio de 1965, el cuarteto de Liverpool realizó 275 performances para la BBC.

Hay dos maneras de verlo. Una es la cínica: una compañía discográfica busca hacer dinero rascando el fondo de la olla hasta encontrar grabaciones inéditas de la banda que cambió la historia de la música contemporánea. La otra es la que tiene en cuenta el hecho fundamental de que nunca habrá demasiado de The Beatles. Por eso el mero anuncio de On Air-Live At The BBC Volume 2 (“En el aire-En vivo en la BBC”) despertó un inmediato entusiasmo. Por eso, y porque el material editado el lunes pasado en todo el mundo es el resultado de un rastreo profundo y una concienzuda restauración de los archivos de la BBC, hasta dar con –nada menos– material nunca antes escuchado en disco de John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr. Esto no es el remix algo traído de los pelos de Love, o el discutible rescate de la voz de John Lennon en los Anthology: son los Fab Four en la cresta de la beatlemanía, con toda la adrenalina que supone estar conquistando el mundo a los veintipico.

Y adrenalina era lo que necesitaban los pibes de Liverpool, fogueados en las noches interminables de Hamburgo y el sótano lleno de ruido conocido como The Cavern. Entre marzo de 1962 y junio de 1965, el cuarteto realizó 275 performances para la BBC; sólo en 1963 tocó en 39 programas diferentes, y el 16 de julio llegó a registrar –en siete horas– 18 temas para tres emisiones de su propio show Pop go The Beatles. Si se tiene en cuenta que 1963 es también el año del primer disco Please please me, la gira por Suecia, la cuarta gira por Inglaterra, la composición y grabación del segundo disco With The Beatles, la edición del single “I want to hold your hand” en Estados Unidos y los preparativos para la invasión americana de febrero de 1964, se entiende por qué apenas cinco años después the boys apenas podían soportar su propia leyenda y empezaban a ladrarse entre ellos.

“En estas grabaciones hay un montón de espíritu y energía”, señaló Paul McCartney en un comunicado que acompañó el lanzamiento. “Somos nosotros yendo a por ello, sin reservarnos nada, tratando de conseguir la mejor performance de nuestra vida”. Ringo Starr, por su parte, destacó que “uno tiende a olvidar que éramos una banda muy trabajadora: no había sobregrabaciones, contábamos cuatro y eso era todo. Fue muy excitante escuchar estas performances”. En Anthology, Harrison detalló que “todo se hacía en el momento... pero antes de hacerlo, quizá manejábamos 300 kilómetros por la M1 en una vieja van, llegábamos a Londres, buscábamos la BBC, armábamos y tocábamos, y después salíamos manejando de nuevo a Newcastle para dar un show en la noche”.

¿Y cómo llegó Universal (el sello que hoy maneja los asuntos de Capitol y el otrora todopoderoso EMI) a reunir estas 40 canciones y 23 pasajes de charla y entrevistas inéditas? Con mucha paciencia, y con el estímulo de los millones de copias vendidas por Live at the BBC desde su edición en 1994. En aquella ocasión, las canciones editadas pertenecían sólo a la estación Light Programme, pero estaba claro que era sólo una fracción de todo lo registrado para la emisora británica. Este Volumen 2 presenta temas y diálogos registrados en programas de sintonías diferentes como Easy Beat, From us to you, Top Gear, Pop go The Beatles y Saturday Club, uno de los shows predilectos de los músicos: “Nosotros crecimos escuchando programas de radio de la BBC”, recuerda McCartney. “Uno de los grandes momentos de la semana era Saturday Club, un show maravilloso que pasaba la clase de música que amábamos: aspirábamos algún día a estar ahí.”

The Beatles llegaron ahí, y a algunos lugares más. Por eso cualquier material que ve la luz llama la atención, y en el caso de On Air hay un par de perlas que refuerzan la justificación. El CD 1, por ejemplo, incluye una versión de “Misery” registrada en marzo de 1962 en el Playhouse Theatre de Manchester: el cuarteto ni siquiera había pasado aún por el estudio Abbey Road (su primera sesión con el productor George Martin fue en junio de ese año), pero en el tape ya puede escucharse el alarido de las chicas. Emitida por el exitoso programa Teenager’s Turn-Here we go, la canción inició el camino de inserción nacional de The Beatles. Por eso Brian Epstein y los muchachos ponían tanto esfuerzo en la BBC: la radio era la herramienta de marketing natural de esos tiempos. Así, la lista de este Volumen 2 es una adecuada fotografía sonora de lo que eran los primeros y contundentes conciertos de los liverpulianos, con covers como “Long Tall Sally” y “Kansas City”, canciones que luego abandonarían en pos de su propio material como “Lucille”, de Little Richard, tres temas popularizados por Carl Perkins (“Sure to fall”, “Glad all over” y “Lend me your comb”), “I got a woman”, de Ray Charles, “Words of love”, de Buddy Holly, y “Memphis, Tennessee”, del prócer Chuck Berry. El legendario guitarrista que inspiró tanto a The Beatles como a The Rolling Stones es también responsable de otro de los puntos salientes de On Air, una versión de “I’m talking about you” nunca grabada por The Beatles. Y en ese rubro de inéditos absolutos, inmediatamente después de frescas versiones de “P. S. I love you” y “Please Mr. Postman” aparece otro de los hallazgos: una acelerada lectura de “Beautiful dreamer”, en las antípodas del edulcorado standard que entonaba Bing Crosby.

Pero, claro, los Beatles no pasaron a la historia sólo por ser una buena banda de covers. Y este Live at the BBC 2 también cumple en demostrarlo: una de las primeras canciones propias en aparecer es “Do you want to know a secret?”, clásico del primer disco en versión algo más rápida, que recuerda por qué la banda estaba un paso adelante de todos los demás. Los dos CD resultan encantadores precisamente por dejar caer esas que saben todos, propias o ajenas, tantas veces escuchadas que es imposible no percibir las variaciones, los matices, el calor del momento, hasta el cansancio (la performance vocal de Ringo en “Boys” denota el trajín al que estaba sometido). “She loves you” tiene un inesperado aire de fogón. Las armonías a tres voces de “Twist and shout”, “From me to you” o “I want to hold your hand” impactan con la misma naturalidad que en las versiones de los discos originales: queda claro que para ellos era natural acercarse al micrófono y afinar como si nada. Y los momentos de puro disfrute se siguen acumulando: delicadísimas versiones de “If I fell” y “And I love her”, contemporáneas de la filmación de A hard day’s night; la cruda lectura de “I saw her standing there”, que produce el mismo efecto energizante de la que abre el disco debut; el sonido notoriamente más pulido de “I’ll follow the sun” (ya de fines del ‘64), producto de una experiencia que a esa altura acumulaba cuatro discos, amén de shows en Estados Unidos, Dinamarca, Suecia, Nueva Zelanda, Francia y Australia; el tributo musicalmente impecable de “Happy birthday dear Saturday Club”, celebrando el cumpleaños de su show radial favorito; el cierre de “I feel fine”, jugueteando con el recién descubierto feedback de guitarra y equivocándose en el punteo... hasta desembocar en una versión demoledora; la energía salvaje de “Long tall Sally” y “Lucille”...

Y entre todo ese festín, Paul, John, George y Ringo hablando, charlando relajadamente con diversos conductores, refiriendo a cosas que eran proyectos y después fueron historia, leyendo cartas y pedidos de los fans, bromeando de manera espontánea y sin afectación, disfrutando ser la banda de la que hablaban todos, pero en todo momento conservando la duda de qué harían cuando toda esa locura terminara. Ese es todo un dato de este hallazgo arqueológico editado en CD y en vinilo 180 gramos (hay también un box set con el Volumen 1 remasterizado): aquí The Beatles no tienen conciencia del peso de la leyenda, en ningún momento sufren la influencia de saber que están cambiando el curso de la cultura contemporánea y que lo que están haciendo no es un delirio efímero sino una marca eterna. No es un asunto menor.

De hecho, ese mismo espíritu aparece en otro de los platos fuertes que ofrece el lanzamiento: los dos tracks finales de cada disco se reservan a fragmentos de ocho minutos con entrevistas individuales a cada uno de los músicos, con un perfil diferente del resto del material. Y con un dato que enlaza con el presente: Brian Ma-tthew, el periodista que realizó esas entrevistas, aún toma el micrófono cada mañana de domingo en Radio 2. A sus actuales y vitales 85 años, el ex conductor de Saturday Club y Easy Beat lleva adelante un show llamado, claro, Sounds of the 60’s. En noviembre de 1965 (con Lennon y Harrison) y en mayo de 1966 (Paul y Ringo), Matthew entrevistó a unos Beatles que estaban pegando el salto que significaron Rubber Soul y Revolver; las entrevistas fueron grabadas en discos de siete pulgadas que la BBC envió a sus servicios radiales en el exterior, para difundir la cultura inglesa bajo el título de Pop Profiles. Sin la urgencia de la audición en vivo, los músicos hablan de temas diversos y no necesariamente musicales. Se advierte incluso un cierto matiz de culpa cuando Lennon habla de su casa londinense “en el área de los operadores de finanzas”, y dice que “sólo me doy cuenta de lo grande que es cuando vuelvo a Liverpool o visito a amigos”. McCartney habla, sí, de sus descubrimientos de nuevas músicas; como evidente reacción a los seis años anteriores, Ringo habla del placer que le produce poder estar en su casa “y no hacer absolutamente nada, simplemente sentarme ahí y poner discos”. Y George reafirma todo eso que se sabe de su bajo perfil: cuando Matthew le pregunta sobre el ya célebre mote de “el beatle silencioso”, el guitarrista y cantante señala que “ocurre que me pudrí antes que los otros de preguntas como ¿de qué color son tus ojos?, ¿qué te gusta comer? ¿De qué color son tus dientes? Simplemente me callé hasta que alguien me pregunte algo que valga la pena contestar”.

Esos archivos históricos terminan de completar la sensación de túnel del tiempo, la posibilidad de subirse a un DeLorean hecho de auriculares y reencontrarse con un momento irrepetible de la cultura contemporánea. Hubo una vez cuatro pibes que se llevaron el mundo por delante y le cambiaron la cara. Más de cincuenta años después, con la misma naturalidad, siguen haciendo que las almas bailen en el aire.

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