espectaculos

Viernes, 23 de mayo de 2014

MUSICA › HORACIO LAVANDERA VOLVERA A ACTUAR JUNTO A LA CAMERATA BARILOCHE

“Cada concierto es una instancia de evolución”

El pianista y la orquesta se encontrarán esta noche en el Opera a partir de un nuevo proyecto en común. En esta oportunidad interpretarán obras de Mozart y Piazzolla. “Lo importante no es sólo tocar, sino desarrollar un sonido que nos personalice”, dice Lavandera.

 Por Santiago Giordano

Un pianista afirmado en el mundo y en continuo crecimiento, capaz de conmover a Karlheinz Stockhausen, a la crítica europea y a los públicos más variados, cuyo inconformismo y curiosidad llevaron también a indagar aspectos de la composición y la dirección. Una orquesta de bien logrado prestigio internacional, que respaldada en casi 50 años de prolífica vida artística mantiene intacta una vitalidad que se multiplica en calidad. Cada uno representa desde su lugar lo mejor de la música argentina; y desde hace un tiempo, felizmente, lograron concretar colaboraciones que seguramente marcarán hitos perdurables. Hoy a las 21.30 en el Teatro Opera (Corrientes 860), Horacio Lavandera y la Camerata Bariloche volverán a encontrarse en un proyecto común, en esta oportunidad en torno de obras de Wolfgang Amadeus Mozart y Astor Piazzolla. La obertura de Las Bodas de Fígaro K.492 y los Conciertos para piano y orquesta “Nº 23 en La mayor K.488” y “Nº 21 en Do mayor K 467”, de Mozart,  y las Cuatro estaciones porteñas de Astor Piazzolla, en la versión de José Bragato, configuran un programa particularmente atractivo, que Lavandera dirigirá desde el piano.

La colaboración entre el pianista y la orquesta comenzó en 2007, con un concierto multitudinario al pie del monumento a Güemes en Palermo. Más tarde se reencontraron para rendir homenaje a Beethoven y el año pasado la alianza artística se afianzó en numerosas giras por el país, promovidas por Igualdad Cultural. “Es fantástico poder dar mis primeros pasos como director con una orquesta formada por algunos de los mejores músicos argentinos –comenta Lavandera a Página/12–. También es formidable que hayamos logrado la continuidad que necesitamos. Eso nos da un margen de crecimiento notable. A lo largo de estos encuentros hemos podido desarrollar un nivel de musicalidad muy importante y eso se da cuando existe la posibilidad de conocerse bien y hacer de cada concierto una instancia de evolución. Las giras del año pasado nos permitieron lograr que el esfuerzo de un concierto fuera la base para el próximo. Es decir que el proyecto no se acabe cuando termina una actuación, sino que las ideas que siempre quedan dando vueltas después de un concierto se puedan realizar en el próximo. Lo importante no es sólo tocar, sino, como en este caso, poder explorar y desarrollar un sonido que nos personalice.”

Lavandera se entusiasma hablando del programa que ofrecerá junto a la Camerata Bariloche, en particular de los conciertos de Mozart. “Los dos conciertos que interpretaremos fueron compuestos en una época muy importante para Mozart, un período que tiene que ver también con la concreción de Las Bodas de Fígaro, por eso incluimos la obertura de esta ópera en el programa. Incluso en los conciertos, sobre todo en el ‘N° 23’, hay gestos que también encontramos en Las Bodas... Este Mozart era un compositor interesado en lo que sucedía, en la Revolución Francesa. Era un genio en un momento de madurez, capaz de manejar con maestría el humor, pero también el dramatismo de los contrastes”, explica Lavandera, que desde 2008 viaja sistemáticamente a Salzburgo para estudiar la obra de Mozart. “Es natural, es como venir a Buenos Aires para estudiar el tango –comenta–. Este acercamiento a Salzburgo me ha dado herramientas muy interesantes para desarrollar mi idea y poder plasmar mi impronta sobre la obra de Mozart.” “En Salzburgo se encuentra mucha investigación en torno de Mozart –continúa el pianista–, y eso va abriendo y sumando distintas líneas de pensamiento. Es una cantidad de información que a la hora de pensar un Mozart posible me resulta muy útil.”

–En líneas generales, ¿por dónde pasa su idea de Mozart?

–Por sacarlo de la rutina, por exponerlo como si estuviera vivo, por recuperar una riqueza que hay en su música, que considero que todavía está oculta.

–¿Cómo sería eso?

–La revisión de la obra de Mozart que se desarrolló entre fines del siglo XIX y principios del XX, y las grabaciones posteriores, instalaron un canon para interpretarlo y para escucharlo; plantean un compositor muy ligero, dulce, suave, casi una música de fondo. Me parece que Mozart fue un compositor lleno de vitalidad, lleno de revolución. Siempre traté de buscar a Mozart por otro lado, incluso en el marco que tiene que ver con una investigación histórica que comenzó con tipos como Nikolaus Harnoncourt o John Elliot Gardiner. Creo que no es posible pensar a un Mozart limpio de asperezas. Al contrario, Mozart está colmado de temperamento, de intensidades, y hay que descubrirlas y trabajarlas. Para eso me resulta muy útil estar al tanto de los códigos de su época, que me permiten tomar decisiones sobre el fraseo, la articulación de los arcos y en general en todos los parámetros.

–¿Dirigirlo desde el piano como se hacía en su época tiene que ver con eso?

–Por supuesto. Hacerlo es un desafío muy interesante, que me exige al máximo, me pide mucha concentración y un gran esfuerzo, físico y mental. Mozart tocaba y dirigía sus conciertos y también sus óperas, desde el piano. Esa es una idea que me atrae y que quisiera alguna vez poder realizar. Me entusiasma la idea de dirigir una ópera desde el piano y tocar los recitativos, como se hacía entonces.

Para Lavandera, las Cuatro estaciones porteñas de Piazzolla son el complemento ideal del programa. “Tocar Piazzolla me resulta siempre maravilloso –comenta– y en particular esta obra que conozco bien, ya que en alguna oportunidad hice la transcripción para piano de las versiones originales del quinteto y estudié mucho las grabaciones para entender los recursos de ornamentación que utilizaba. La adaptación de Bragato también toma directamente la versión del quinteto y tiene la gran virtud de reflejar fielmente los efectos y los ruidos que aplicaba Piazzolla con el quinteto, que es un aspecto para nada secundario en su música. Este no es un Piazzolla acaramelado, porque creo que también Piazzolla está lleno de asperezas y Bragato, que formó parte de uno de sus grupos más revolucionarios –el Octeto del 57-58–, sabe muy bien eso.

–Más allá de las asperezas, ¿qué encuentra en común entre la música de Mozart y la de Piazzolla?

–En principio, tanto para uno como para otro el tema de la música popular no era una cuestión de comodidad. Todo lo que tenía que ver con ese universo era para ambos un material que se podía transformar y resignificar. Mozart nunca escribió dos minuetos iguales, siempre buscó individualizarlos de alguna manera. Uno escucha un minueto de Mozart y es un minueto de Mozart, no te podés confundir. Del mismo modo, escuchás un tango de Piazzolla y es un tango de Piazzolla. Por otro lado, en Piazzolla hay un gesto clásico que pasa por su empeño en encontrar un equilibrio formal y expresivo, cosa que en Mozart era natural. Pero eso se da sobre todo en el Piazzolla del quinteto, formación que de hecho hoy es un clásico en el tango. No se dio con el Octeto, que fue mucho más revolucionario. Mozart y Piazzolla están separados por numerosas circunstancias de época, pero sobre todo los une el hecho de que cada uno logró un sonido propio e inconfundible.

–¿Cómo sigue la colaboración entre usted y la Camerata Bariloche?

–Existen muchas ideas en común. Por lo pronto haremos este concierto en Montevideo. En mi caso tengo muchas expectativas, pero no sólo de hacer conciertos, sino de ponerme de cara a la sociedad. El año pasado en las giras que hicimos aproveché para encontrarme con estudiantes de música de distintos lugares del país. Hay que explotar al máximo este tipo de situaciones, sobre todo hoy que existe un auge de las orquestas juveniles y desde nuestro lugar es mucho lo que podemos aportar.

Compartir: 

Twitter

Horacio Lavandera, un músico en continuo crecimiento.
Imagen: Pablo PIovano
 
CULTURA Y ESPECTáCULOS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.