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Sábado, 12 de septiembre de 2015

MUSICA › LAVALLEN-ESTIGARRIBIA-CABARCOS PRESENTAN DE MENOR A MAYOR EN EL TORQUATO TASSO

“El tango no tiene fecha de vencimiento”

Son de diferentes generaciones, al punto de que al mayor y al menor los separan 55 años. Sin embargo, confluyeron en un trío que acaba de publicar un formidable álbum instrumental.

 Por Cristian Vitale

Pablo Estigarribia: tanguero del Chaco, 30 años, pianista, creador del Sexteto Meridional y del disco que ganó el último Gardel al Mejor Album Nuevo Artista de Tango (Tangos para piano). Horacio Cabarcos: tanguero de Lanús, 65 años, contrabajista, sobrino del enorme Kicho Díaz, tocó con todos. Víctor Lavallén: tanguero de Rosario, 80 años, bandoneonista, trabajó en las orquestas de Miguel Caló, Enrique Francini, Osvaldo Pugliese y en el Sexteto Tango; tiene tres discos como solista (Amanecer ciudadano, Buenosaireando y Atemporal). Tangueros, los tres, y dispuestos cronológicamente en el orden en el que titularon el formidable disco instrumental que acaban de publicar como trío: De menor a mayor. “Que seamos los tres de distintas generaciones no fue algo buscado sino bastante azaroso, de hecho. Pero bueno, a veces las cosas que se dan así son las que más quedan. Los tres sentimos el tango, y eso no tiene que ver con la edad o la generación. Siempre digo que el tango no tiene fecha de vencimiento”, arranca el mayor, Víctor Lavallén, ante la inminente presentación del trabajo esta noche y la del sábado 19 a las 21 en el Torquato Tasso (Defensa 1575).

De menor a mayor consta de diez piezas, entre las que se destacan “Milonga triste”, del tándem Piana-Manzi; “Tres minutos con la realidad”, de Astor Piazzolla; y el tema epónimo, que Lavallén y Estigarribia compusieron especialmente para una actuación que se frustró. “Yo también creo que si hay algo que define este disco, es que fue un accidente. Todo comenzó cuando en el Festival de Tango el año pasado nos invitaron a Víctor y a mí a participar de un concierto que se iba a llamar La Posta, que consistía en presentar un tango original compuesto en colaboración de un músico joven con un maestro. Nosotros aceptamos, nos pusimos a trabajar, y compusimos ‘De menor a mayor’. Luego nos dimos cuenta de que nos iba a faltar la marcación de un bajo y convoqué a Horacio. Así comenzaron los ensayos, incluso arreglamos ‘El choclo’ para tener un bis, y cuando vimos la grilla del festival... nuestro concierto no estaba”, relata Estigarribia. “Lo llamativo es que incluso antes de que termináramos de grabar el disco ya teníamos trabajo. Se ve que la combinación de músicos había generado un interés en el público tanguero, porque nadie sabía cómo sonaba y ya teníamos trabajo en el exterior. Estamos muy contentos con cómo recibe la gente nuestra música”, redondea Cabarcos, el tercero en cuestión.

Más allá del notable trabajo armónico, rítmico y personal que el trío hace con la totalidad de las piezas que recrea –propias y ajenas–, a priori lo define el cruce generacional. Entre el menor y el mayor –Estigarribia y Lavallén– hay 55 años de diferencia y Cabarcos, aunque más cerca del bandoneonista de Pugliese que del joven Estigarribia, promedia equidistante. “Cada uno trae su bagaje de conocimientos y experiencias junto a los músicos con los que ha tocado, pero no estoy seguro de que sea algo relativo a las generaciones. A pesar de la brecha, pensamos muy parecido y en la dinámica cotidiana nos sentimos compañeros”, opina Lavallén. Y Estigarribia toma la posta: “Hace poco nos encontramos con Víctor, pensábamos qué hacer en un arreglo, y él me hizo una sugerencia que yo ya tenía escrita. Por lo visto, vamos por senderos parecidos”.

–¿Por qué De menor a mayor, entonces?

Pablo Estigarribia: –Por un lado, por lo que significa para mí tocar y aprender de estas dos figuras del tango, a quienes antes de conocer ya escuchaba en los discos. Por otro lado, el tema tiene una parte en modo menor y la segunda parte en modo mayor, con lo cual se generaba un doble sentido que consideramos ingenioso.

–En lo que hacen, ¿cuánto hay de los históricos del tango y cuánto de autónomo?

Víctor Lavallén: –Hay cosas de haber tocado en esa época con grupos que te gustaban y se te quedan pegadas, como giros y maneras expresivas. A mí me gustaba Pugliese de chico, es innegable que generó un cambio en mi música haber tocado tanto tiempo con él y con los compañeros que compartíamos la orquesta.

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“Los tres sentimos el tango y eso no tiene que ver con la edad.”
Imagen: Rafael Yohai
 
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