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Jueves, 14 de abril de 2016

MUSICA › WALTER GIARDINO REARMó TEMPLE Y SALE DE GIRA LATINOAMERICANA CON JOE LYNN TURNER

Un regreso al sonido más visceral

El guitarrista es el fundador y estrella de Rata Blanca, pero durante la separación de la banda a fines de los 90 apareció con Temple. Esa formación volverá a presentarse hoy en Vorterix junto a uno de los vocalistas que prohijó Ritchie Blackmore.

 Por Juan Ignacio Provéndola

Walter Giardino soñó con expandir su música por el mundo desde el mismísimo momento en el que comenzó a delinear lo que luego terminaría siendo Rata Blanca, banda que se dedicó a liderar tras su brusca salida de V8. La aparición del grupo, con su formación fundante de 1988, fue la inesperada continuidad que tomó un proyecto pensado por el guitarrista únicamente para grabar un disco de exportación. Su amigo Roberto Cosseddu, por entonces bajista de Kamikaze, se ofreció de nexo con los estudios Abbey Road, en donde tenía algunos contactos. La historia de Rata finalmente se disparó hacia otro lado y ya es conocida: ese álbum con destino inglés nunca fue grabado, pero el grupo enhebró una carrera de leyenda que sigue hasta la fecha. De todos modos, Giardino siempre mantuvo íntimamente aquel deseo de probar algo que trascendiera un mercado local por el que se mueve a sus anchas.

Curiosamente, la primera vez que Giardino intentó algo en ese sentido fue con el mismo grupo que presentará esta noche: Temple, el proyecto que lo tuvo en activo los breves años entre la separación de Rata Blanca y su reformación definitiva. Aquella vez fue con Glenn Hughes, ex cantante y bajista de Deep Purple, en 1999. El encuentro se repitió ya con Rata, en 2003, con un logrado DVD como testimonio de esas noches incendiarias en el Gran Rex, haciendo canciones no sólo de Purple, sino también de Black Sabbath, el otro grupo por el que había pasado Hughes.

El camino tomó otra dinámica a partir de 2009, con la regrabación en inglés de El reino olvidado, noveno disco de estudio Rata Blanca (el tercero después de su vuelta en 2001). La idea surgió después de que la encargada de la revista oficial de Deep Purple en España lo vinculara con Doogie White, uno de los cantantes del Rainbow de Ritchie Blackmore, reconocida influencia artística de Giardino. El encuentro no fue casualidad: desde el regreso de Rata con el rockero El camino del fuego, el guitarrista mostró mucho celo en ofrecer una veta más visceral que aquella delineada por el ideario de magos, espadas, columnas densas de órganos e interminables arpegios de sweep picking. “Haber grabado con Doogie terminó demostrando que, en performance, no tenemos nada que temerle a nadie. Si no estamos en las grandes ligas es porque el negocio del rock en español no existe”, apuntaba Giardino en aquel entonces.

La gira posterior con White abrió una nueva línea de trabajo que encontró a Giardino vinculándose con otros vocalistas prohijados por Blackmore. Primero fue Graham Bonnet, también ex Rainbow, quien en 2010 se trajo a otro viejo compañero de aquella banda: el bajista Greg Smith. Y luego, finalmente, Joe Lynn Turner, que hoy volverá a compartir escenario con el guitarrista en Vorterix después de una intensa gira en 2012 que incluyó versiones de Rainbow, Deep Purple (donde Turner grabó el disco Slaves and masters, en 1990) y también de Temple, que Giardino se da el gusto de rearmar con Javier Barrozo, el ex vocalista de Lörihen, y dos músicos con el sello de Rata Blanca: el actual baterista Fernando Scarcella y el viejo tecladista Javier Retamozo.

–¿Cómo fue el reencuentro con Joe Lynn Turner? Es la primera vez que repite gira con un cantante extranjero...

–Fue bastante fácil, porque las cosas habían funcionado muy bien y entonces fuimos hablando durante todo este tiempo. Es todo más o menos parecido a aquella vez, así que fue cuestión de organizarse un poco para buscar un tiempo y espacio en común. El vino con la mejor y hubo mucha buena onda en los ensayos.

–¿Qué relación tiene Turner con la Argentina?

–Joe es un estadounidense con raíces italiana, así que se siente muy identificado. Le gusta muchísimo la Argentina y la otra vez ya se fue de acá pensando en volver. Estaba muy contento de poder venir, encima con este tour muy bueno que se armó por varios países de Latinoamérica. Hasta mayo vamos a estar tocando mucho en el interior y también en Uruguay, Chile, Paraguay y Bolivia. Estamos todos muy entusiasmados por la repercusión.

–¿Con él desarrolló mejor química que con Doogie White, Graham Bonnet y Glenn Hughes?

–Todos son excelentes y las cosas salieron bien. Con Doogie sigo en contacto. Nos vimos el año pasado en el Whisky a Go Go de Hollywood, cuando fuimos a Estados Unidos a grabar el último disco de Rata. Glenn es increíble, uno de los mejores del mundo. Y Joe, en su estilo, anda por ahí también. Con él trabajamos muy relajados. Sabe que yo me dedico a ordenar las cosas musicales, afilar la banda lo más posible, y él viene y canta. Trabajamos como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo. Aunque, a decir verdad... ¡yo lo conozco desde hace mucho tiempo! A través de sus discos, claro. Podría tocar mañana en Deep Purple y estoy seguro de que sonaría como si estuviese en la banda desde siempre, porque nací escuchando esa música.

–¿Nunca le interesó llevar este formato al mercado angloparlante? Usted vive en Europa, incluso le resultaría más cómodo salir de gira...

–Todo puede suceder. Cuando nos volvimos a juntar con Rata, no sabíamos si íbamos a durar un año o dos, y ya llevamos más de quince. Uno nunca sabe cómo discurrirán las cosas. Me gustaría hacerlo, por supuesto, entonces no hay que desecharlo. Sobre todo teniendo en cuenta que, si Rata no llegó a más partes del mundo, fue por el idioma.

–Temple duró poco y grabó un disco que hoy es muy valorado. ¿Grabaría algo nuevo con ese proyecto?

–Me interesaría, aunque habría que marcar muy bien el calendario para que las cosas se alinearan de una manera que funcionen, y no terminar estando una mitad en un lado y otra en el otro. Eso nunca me interesó ni me pareció honesto. Hay que enfocarse en algo y meterle toda la energía, como sucedió con Temple, proyecto al que me dediqué de manera exclusiva mientras duró. Por eso hoy es tan reconocido y tenido en cuenta. Rata viene tocando muchísimo. Es una banda que no para, y a la que no dejan parar tampoco, porque salen permanentemente fechas en distintos lugares. Habría que charlarlo, pero no lo descarto. Las ganas están.

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Tras el show de esta noche, Giardino saldrá de gira latinoamericana con Temple y Turner.
Imagen: Pablo Piovano
 
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