Desde Los Angeles

A través de los años, Samuel L. Jackson ha visto toda clase de cosas, desde gangsters con armas hasta serpientes en un avión. Pero su más reciente papel está en el centro de una disputa que puede llevar a un juicio indeseado. La comedia Soul Men, en la que Jackson y el ya fallecido Bernie Mac encarnan a dos artistas de rhythm’n’blues en la decadencia que intentan una reunión, despertó la ira del cantante Sam Moore, quien sostiene que es un retrato apenas velado de su carrera en el dúo Sam & Dave. En el escrito que presentó, Moore reclama que la película estrenada hace unas semanas en Estados Unidos hace un recuento difamatorio de la reunión que él y el difunto Dave Prater intentaron en 1982, luego de no tener contacto por cuatro años. La presentación legal señala que el film infringe los derechos de autor de su canción más famosa, “Soul Man”, y que presenta erróneamente a los protagonistas como un dúo mal hablado que utiliza una y otra vez la “N-Word” (la “palabra con N”, por nigger) y tiene abundante sexo casual con las groupies.

“El film es sexista, racista, vergonzoso, nada de lo que eran Sam & Dave”, dice Moore, que busca una “compensación significativa” y una aclaración que lo distancie de la historia. “Es tan amateur, tan estúpida, que me sorprende que Samuel L. Jackson esté involucrado. En el guión todo es vulgaridad, abunda la ‘palabra con N’ o la ‘MF’ (por motherfucker)... no está bien, bastardearon la historia entera”, señala el músico. La productora del film, The Weinstein Company, refutó enérgicamente las quejas y sostuvo que la trama es “completamente ficcional”. De cualquier manera, Moore sostiene que los pasajes clave del argumento siguen la línea de su propia carrera, que aparece Isaac Hayes, el ya fallecido actor y cantante que trabajó como productor de Sam & Dave en 1970, y que la banda de sonido incluye uno de sus hits, “Hold on... I’m coming”.

“Me gustaría que la Weinstein Company dijera qué parte se supone que es ficción”, dice Moore. “Me gustaría que dijera qué dos músicos negros de soul que firmaron con Stax Records y trabajaron con Isaac Hayes se supone que están retratando.” Moore está especialmente furioso con las secuencias cómicas que lo muestran en un estilo casi bufonesco. Una escena del trailer muestra cómo una mujer de mediana edad les practica sexo oral a los protagonistas, sacándose primero un diente postizo. “Estoy más enojado que herido. Enviamos cartas de ‘cesar la acción’ y, ahora que el film se estrenó, iremos más allá. Estoy preparado para litigar hasta el final”, amenaza.

El abogado de Moore, Arnie Lutzker, agregó: “Claramente, la película se alimenta de la vida de Sam Moore sin pedir permiso. Si se mira la historia... si uno sabe lo suficiente sobre Sam & Dave podrá hacer la razonable suposición de que ésta es su historia. Los productores están explotando su reputación para hacer dinero, violan sus derechos al utilizar la frase ‘Soul Man’. Han abusado de su marca registrada de una manera que lleva a confusión”.

El abogado de The Weinstein Company, Bertram Fields, insiste en que la película no presenta ningún parecido con hechos reales. “Recibimos el reclamo del señor Moore y le señalamos que no había nada que reclamar”, alega. “Como cualquiera puede ver en el guión que le enviamos, Soul Men no está basado de ninguna manera, ni en parte ni en el todo, en la vida de Sam Moore. Cuenta una historia completamente diferente, sobre personas diferentes. Si Sam Moore decide iniciar un juicio... lo perderá.” Suceda lo que suceda en un tema que promete extenderse en el tiempo, la disputa llega en un momento difícil para la compañía de Harvey Weinstein, que viene sufriendo un fracaso tras otro y actualmente se encuentra enredada en un costoso proceso legal con la cadena de televisión NBC, que está impidiendo que el lucrativo programa Project Runway salga al aire.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.