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Martes, 23 de junio de 2009

CINE › HOLLYWOOD EXPLORA LA RECESIóN EN TODAS SUS FACETAS

La crisis ya tiene quien la filme

Ya sea con una película de terror, un reality show, una comedia de televisión o un documental, en los próximos meses, cinéfilos y telespectadores serán testigos de las maquinaciones de Wall Street y sus catastróficas consecuencias.

 Por Barbara Munker

En el humorístico trailer de su próxima película, el documentalista estadounidense Michael Moore pide una generosa donación. “Por favor, ayuden a aquellos que se vieron gravemente afectados por la crisis económica”, dice el ganador del Oscar por Bowling for Columbine, y solicita dinero para banqueros, ejecutivos y jefes de juntas directivas empobrecidos de consorcios en bancarrota. La película, aún sin nombre, llegará en octubre a los cines. Es un duro y satírico ajuste de cuentas con aquellos que según Moore son culpables de la crisis financiera y bancaria. El cineasta asegura que la causa del drama global fue que “los ricos en algún momento decidieron que todavía no eran suficientemente ricos”.

Ahora mismo, Hollywood explora la recesión en todas sus facetas, ya sea con una película de terror, un reality show, una comedia de televisión o un documental. En los próximos meses, los cinéfilos y telespectadores serán testigos de maquinaciones ficticias de Wall Street y sus catastróficas consecuencias. Oliver Stone, por ejemplo, revivirá al corrupto financista Gordon Gekko en una secuela de Wall Street. A veintidós años de su drama –ganador del Oscar– sobre el lado oscuro del mundo financiero, vuelve a filmar en Money Never Sleeps con Michael Douglas en el papel de un codicioso broker que introduce en su negocio a un joven operador (Shia LaBeouf). Stone filmó Wall Street en 1987 tras los escándalos criminales en torno del llamado “insider trading”, siguiendo los ejemplos reales de los especuladores bursátiles Ivan Boesky y Carl Icahn.

El director Mark Waters, cuyo último largometraje fue la fantasiosa The Spiderwick Chronicles, quiere filmar ahora Minimum Wage (Sueldo mínimo). Esa comedia gira en torno de un empresario corrupto, que en castigo es condenado a trabajar un año por un salario mínimo. Otra película en coordinación perfecta con los tiempos de despidos masivos es el inédito drama The Company Men, en la que un joven y exitoso ejecutivo (Ben Affleck) pierde su trabajo bien remunerado. Por su parte, el cineasta de Australia, Baz Luhrmann, se aseguró los derechos de una nueva versión de la fábula pre Depresión El gran Gatsby. Esta crítica novela de Francis Scott Fitzgerald habla de un joven y rico empresario en Nueva York en los años ’20. Más que levantar el dedo acusador, Luhrmann quiere mostrar al público, con delicadeza, el peligro de los excesos del dinero. “Si a la gente se le muestra un espejo con el mensaje de que ha sucumbido a la embriaguez del dinero, nadie lo mirará –dijo el cineasta al Hollywood Reporter–. Pero si se fija la atención en otro tiempo, tal vez lo entienda.”

¿La crisis es “de terror”? Pues bien, el maestro del horror Sam Raimi filma Drag me to Hell, donde una joven asesora de créditos recibe una maldición. Christine Brown (Alison Lohman), que niega un crédito a una terrorífica clienta, sólo tiene tres días para conjurar el maleficio y no irse al infierno. Más seriamente, los directores de American Casino presentaron en abril su documental sobre víctimas y victimarios de la crisis de Wall Street, en el festival de cine de Tribeca en Nueva York.

En la televisión, la estrella de los dibujos animados Homero Simpson lamenta en la exitosa serie Los Simpson el remate de su casa al no poder pagar la hipoteca. Los guionistas de la serie de televisión Ugly Betty, que transcurre en una editorial, implementaron despidos en el drama. Y la cantante Brandy aceptó un papel en la comedia de ABC This Little Piggy. La planeada serie habla de tres hermanas adultas que por razones financieras se mudan a la casa de sus padres. El reality show Someone’s Gotta Go (Uno debe irse) convierte el temor al despido en un entretenimiento de televisión. Según los planes del canal Fox, los empleados de una empresa con problemas financieros decidirán quién debe ser despedido. En tanto, el entorno del millonario Donald Trump anunció recientemente que busca para su reality show The Apprentice (El aprendiz) candidatos que ya hayan sufrido con la crisis económica.

El propio Hollywood no correrá riesgos este verano (boreal): los estudios apuestan por secuelas de éxitos probados como Star Trek, Transformers y Una noche en el museo. Sin embargo, un éxito inesperado fue la comedia juvenil Hangover (Resaca), que en menos de diez días recaudó más de 100 millones de dólares en Estados Unidos y llegó a la cima de los éxitos cinematográficos en las últimas dos semanas. La cinta sobre una fiesta de egresados en Las Vegas costó menos de 30 millones de dólares. Una clase de rentabilidad con la que, hoy en día, Wall Street sólo puede soñar.

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En Drag me to Hell se hace justicia poética con una asesora crediticia.
 
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