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Miércoles, 19 de diciembre de 2012

CINE › CICLO DE CINE DE LA REPúBLICA DEMOCRáTICA ALEMANA

Imágenes de cuando había Muro

La DEFA, productora estatal de la Alemania del Este, tenía la necesidad “de justificar y presentar el régimen político como el bueno y el único”. Los films de y sobre las cuatro décadas en que el país estuvo dividido se verán desde el viernes en el Palais de Glace.

 Por Oscar Ranzani

Durante las cuatro décadas en que Alemania estuvo dividida, hubo una productora estatal del sector del este encargada de ser el centro de realización cinematográfica de la RDA. Y, en general, la DEFA –tal su nombre– tenía la necesidad “de justificar y presentar el régimen político como el bueno y el único”, señala la curadora de programación cultural Inge Stache, responsable de la Cinemateca del Goethe Institut Buenos Aires, institución que aportó el material para el ciclo La RDA y el Cine que podrá verse desde este viernes y hasta fines de enero en el Espacio de Artes Audiovisuales del Palais de Glace (Posadas 1725). Seis programas de cortos y largos producidos en la Alemania Oriental y otros que establecen miradas sobre la ex RDA, tras la caída del Muro de Berlín, componen la programación de esta muestra.

Si había una unidireccionalidad por parte de la DEFA respecto de la mirada sobre la vida en la RDA, hubo otras visiones desde la unificación alemana. En ese rubro, Stache describe “un enorme abanico de películas” que, según su visión, “es interesante que se haya tardado unos años en hacer cine que encarase el propio pasado”, porque “siempre es necesario tener una mínima distancia con lo vivido para poder hacer un registro artístico”. En esta última categoría se inscribe Senderos en la noche, dirigido por Andreas Kleinert, en 1999. Filmado en blanco y negro, el largometraje presenta la historia de Walter, un hombre adulto que durante las noches y sin que su mujer lo sepa “establece el orden” en los transportes públicos cuando se producen situaciones complejas. Pero el método que emplea junto a dos jóvenes es el de la violencia. Walter tenía un cargo de control ciudadano en la RDA. De modo que este film retrata que los que estaban en una situación similar a la suya en la RDA cuando se quedaron sin el sostén institucional “no sólo se quedaron sin trabajo, sino también sin sentido de vida”, explica Stache. Es que esta película habla también de la dificultad de adaptarse a un cambio de identidad como el que tuvieron que hacer muchas personas de la Alemania del Este.

Otro de los largometrajes que ofrecerá Kino Palais es Berlín, Esquina Schönhauser (1957), de Gerd Klein. El film retrata a un grupo de jóvenes de la RDA que no responden al modelo de juventud que se pretendía desde las altas esferas del poder: se los ve escuchando música occidental en radios portátiles, bailando en lugares públicos y utilizando vestimentas, peinados y gestos más propios “del otro lado”. Stache señala que este largometraje no muestra una cultura juvenil que era difícil de ver en las calles de Berlín Oriental durante la RDA, sino que “era difícil de verse reflejada en los medios o en los hechos oficiales”. Se trata de un film atípico de la producción de la DEFA: “Fue sorprendente que se haya podido proyectar. Y fue muy bien recibido justamente porque se veía un retrato de la realidad que normalmente se trataba de dejar de lado”, subraya Stache. En bicicleta por el marco es un documental realizado por Cynthia Beatt, quien a partir de un viaje en bicicleta por la Berlín Oriental durante 1988, proyecta junto a la actriz Tilda Swinton sus visiones, deseos y pensamientos sobre las paredes del Muro. Y dos décadas más tarde, en 2009, Swinton emprende un recorrido –también en bicicleta– por el curso que tenía el Muro, dando cuenta de los lugares por los que pasaron, cuyas imágenes quedaron plasmadas en El marco invisible. “Son dos caras de la misma moneda”, sostiene Stache. “Me conmueve mucho ver una realidad en el ’88 donde hay un recorrido en bicicleta por el trazo del Muro de Berlín que es un monumento de poder tan fuerte y tan omnipresente en la vida de las personas. Y cuando esto desaparece, años después, es muy difícil encontrar los rastros o requiere de una mirada muy especial para encontrar los rastros de este hecho histórico tan fuerte en su momento.”

Filmado durante la reunificación alemana, El Muro (1990), dirigido por Jürgen Böttcher (1990), se trata de un documental de observación que muestra distintas situaciones cotidianas frente a los restos del gigante de cemento: desde turistas que les sacan fotos a las partes que quedaron, pasando por chicos que lo pican o le quitan pedazos para venderlos hasta equipos de filmación que lo utilizan de fondo para las producciones que realizan. En ese sentido, Stache sostiene que este documental no sólo narra el fin de una época sino también “el comienzo de otra, porque ahí la gente común se acerca otra vez a este monumento y lo desarma o lo usa para expresarse”. De hecho, en la película “se muestra un evento de proyección de imágenes de la construcción del Muro proyectados sobre los restos del Muro. Cuarenta años después, se hace memoria de cuando se construyó esto. Entonces, la gente con todas sus necesidades y posibilidades mete mano y hace algo con esto que la marcó tan fuertemente”, describe Stache.

Huella de piedras (1966), de Frank Beyer, que fue censurada poco después de su estreno en 1966 hasta noviembre de 1989, es una de las películas más políticas de la etapa de la RDA. “Es un retrato fiel de una realidad del momento. En un ámbito de trabajo, una gran obra en construcción, se muestra la presencia de los cuadros políticos que influyen, los capataces, los grupos de choque, las relaciones de poder interno entre los que tienen determinado poder de decisión en la empresa y los que tienen poder político. Y se muestra la hipocresía de una sociedad frente a la mujer, por ejemplo. Tiene una cantidad de lecturas increíbles”, cuenta Stache. Y la considera “la obra maestra de la DEFA, porque pone en crisis todo el sistema político”.

Junto con la proyección de estos largometrajes habrá dos programas de cortos. Uno es sobre cine de animación producido por la DEFA. Y el otro es sobre cine experimental realizado por cineastas en la clandestinidad, por fuera de las normas de la cultura oficial de entonces. Stache rescata lo poco habitual “que es ver los cortos que estamos agregando que fueron filmados en Súper 8 y que son una contraimagen no autorizada de la RDA. Y, además, son películas muy interesantes artísticamente de los años ’80”, concluye.

* Programación completa en www.palaisdeglace.gob.ar/kino

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Berlín, Esquina Schönhauser muestra a jóvenes de la RDA lejanos a lo que pretendía el poder.
 
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