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Jueves, 15 de agosto de 2013

CINE › FINALIZó EL 15º FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE DERECHOS HUMANOS

Imágenes de un encuentro consolidado

El primer premio de la Competencia Oficial de Largometrajes quedó en manos de Pamela Yates, directora de Granito de arena, film sobre las violaciones a los derechos humanos en Guatemala. Hubo una mención a Nosilatiaj: la belleza, de la salteña Daniela Seggiaro.

 Por Oscar Ranzani

El cierre del 15º Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos, organizado por el Instituto Multimedia DerHumALC, tuvo una ceremonia extensa y emotiva en el Auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, donde no faltó la música, ya que la actriz, cantante y madrina de la muestra, Virginia Innocenti, y el músico y compositor Gabo Ferro interpretaron algunos temas para finalizar el acto que duró aproximadamente tres horas. El primer premio de la Competencia Oficial de Largometrajes quedó en manos de la estadounidense Pamela Yates, directora de Granito de arena, documental sobre las violaciones a los derechos humanos por parte de la dictadura en Guatemala. El jurado integrado por el gerente de Extensión Cultural de Página/12, Carlos “Gandhi” González; los cineastas Pedro Zurita y Lucía Puenzo; la presidenta del Foro Argentino de Radios Comunitarias (Farco), Mariela Pugliese, y la socióloga y gestora cultural Lucía Cappozo, consideró que la realización de este documental “deviene en vehículo para la transformación política y social de la historia de Guatemala. Un documento que aportó pruebas y testimonios fundamentales para iniciar los juicios a los responsables del genocidio de la población maya durante la dictadura de Efraín Ríos Montt. Esta obra ha ido construyéndose a fuerza de sumar cada granito de arena con coherencia y al servicio de la Justicia”. Los miembros del jurado destacaron, además, “una temática común que atraviesa varias de las películas presentadas: la venta de armas y las consecuencias trágicas que este vil negocio genera”.

Este jurado también entregó una mención a Nosilatiaj: la belleza, de la cineasta salteña Daniela Seggiaro (el film se estrenó en mayo de este año en la Sala Lugones del Teatro San Martín). En su ópera prima de ficción, Seggiaro reflexiona sobre el valor de la identidad y la defensa de la cultura originaria, a través de la historia de una criada wichí que trabaja en una familia de clase media y que entra en crisis cuando le cortan la cabellera, símbolo de su cultura. El fundamento del jurado para la mención que recibió Seggiaro indica que Nosilatiaj “devela la invisibilidad y la sordera que condenan la condición de las mujeres de culturas históricamente sojuzgadas. La protagonista resume en la recuperación de su lengua y de su espacio familiar el encuentro con la propia identidad”.

El jurado de la Competencia Oficial de Documentales Nacionales entregó el primer premio a Años de calle, de Alejandra Grinschpun, sobre chicos en situación de calle. En tanto, el primer premio de la Competencia de Cortos y Mediometrajes fue para el belga Jan Beddegenoodts, director de Thank God it’s Friday, documental sobre el conflicto árabe-israelí. Finalmente, el jurado del premio Signis otorgó el galardón a la cineasta estadounidense Alison Klayman por su documental Ai Weiwei: Never Sorry, que cuenta la historia del artista y activista chino Ai Weiwei, reconocido mundialmente. Antes de la entrega de los premios, la presentadora del acto, Liliana Hendel, convocó al escenario al decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Sergio Caletti (quien se refirió a la vinculación histórica de esa casa de estudios con el compromiso por los derechos humanos), a la presidenta del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), Liliana Mazure (que recordó los comienzos del Festival DerHumALC, cuando no estaba tan instalado en la sociedad el tema de los DD.HH. y destacó cómo en el actual contexto de país se logró consolidar la memoria histórica y recuperar derechos), y también a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto. Cuando subió al escenario, Carlotto también recordó el origen del Festival DerHumALC, con Julio Santucho como director y continuado en la actualidad por su hija, Florencia Santucho. “¿Cómo no vamos a apoyar el deseo de hacer cine? Y cine nuestro, que cuenta historias, realidades, dolores, alegrías, triunfos, derrotas, pero sobre todo el ánimo de los pueblos. Así que siento emoción porque quince años es mucho tiempo”, dijo la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. Luego expresó: “Esta es la década ganada. Eso es seguro también. Y esto es parte de esta década”. Carlotto manifestó que le hubiera gustado ver más películas y estar más tiempo en la ceremonia “pero el tiempo se nos va en encontrar nietos y ése es nuestro desvelo. El 109 es un número, pero no, es un hombre: 38 años. Estaba esperando que lo encontráramos. Está haciendo su proceso, tiene familia, va a encontrar su historia. Esa historia la tenemos que construir entre todos, porque los nietos son de todos”, concluyó Carlotto, ante el aplauso de todo el auditorio.

Otro momento de gran emoción colectiva se vivió durante el homenaje a la Madre de Plaza de Mayo Laura Bonaparte, fallecida el pasado 23 de junio. Luego de la presentación, la locutora leyó una carta de Marta Vásquez, presidenta de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, quien no pudo estar presente pero dejó el escrito que iba a leer la semana anterior, cuando se suspendió la ceremonia de apertura del festival por el duelo nacional decretado debido a la tragedia sucedida en Rosario. “Querida Laura: Es muy difícil pensar que te has ido. Tu presencia se notaba cuando llegabas a los encuentros de los defensores de los derechos humanos y en todas partes donde asistías”, empieza el cariñoso escrito. Luego de ser leído y aplaudido, el homenaje continuó con un avance de la ópera prima de su nieta, Natalia Bruschtein, que vive en México. Se trata del documental El elefante en la habitación. En palabras de la propia Natalia, este documental “muestra la contradicción con una sociedad que después de tantos años de dolor y silencio, hoy ha recuperado la memoria del pueblo gracias al incansable trabajo de personas como mi abuela Laura”. En ese fragmento que pudo verse resulta desgarrador el testimonio de Laura contando la desaparición de tres de sus hijos.

Posteriormente fue invitado a decir unas palabras el hijo de Laura, Luis Bruschtein, subdirector de Página/12, quien manifestó estar muy emocionado tanto con la carta como con el avance del documental de su sobrina. Luis habló no sólo como hijo, sino también como testigo de las luchas de Laura Bonaparte. “El homenaje que yo le puedo hacer a ella es porque soy testigo, como soy testigo de las luchas de ustedes cada segundo y cada hora por transformar ese dolor tan profundo, el odio que empuja a ese dolor tan profundo en un acto de amor rabioso, en rabia de amor”, expresó Bruschtein dirigiéndose a las Madres y a las Abuelas. “Ella fue un exponente del amor por el otro”, recordó su hijo. También comentó cuando Laura estuvo en el Líbano junto al pueblo palestino y al libanés para protestar por los bombardeos que estaban sufriendo en el Líbano. Laura pisó Bosnia para denunciar junto a las Mujeres de Negro, familiares de los bosnios musulmanes, “que habían sido masacrados en ese genocidio étnico tan reciente y tan terrible”, señaló Bruschtein, quien reconoció que siempre le admiró a su madre “esa inteligencia aguda y esa capacidad de anticiparse y detectar el corazón de los problemas que a mí, como soy periodista, me sirvió mucho”. Laura también fue observadora de Amnistía Internacional en los campos de refugiados en El Salvador y en campos de refugiados guatemaltecos que estaban en la frontera con México durante la guerra en Centroamérica. El dolor no la hizo retroceder y desde su exilio en México inició una campaña internacional para que la Desaparición Forzada de Personas fuera declarada delito de lesa humanidad. “Se dio cuenta de que si la desaparición forzada de personas no se declaraba delito de lesa humanidad no iba a poder ser castigada, no iba a poder ser llevada ante la Justicia”, comentó Bruschtein. Laura ya pensaba por aquel entonces en los juicios a los genocidas argentinos. Años después, interpuso un recurso judicial para impedir que se privatizara el predio de la ex ESMA, cuando el entonces presidente Carlos Menem pretendió hacer allí un negocio inmobiliario. Otro valor de Laura tiene que ver con la solidaridad que siempre manifestó con el movimiento lésbico, gay, travesti. “Yo la recuerdo a mi madre por todas esas cosas”, finalizó Bruschtein. Luego hubo un aplauso colectivo de pie por parte de todo el auditorio. Y la ceremonia se completó con interpretaciones del Coro Quiero Retruco, integrado por ex presos políticos, familiares de desaparecidos y militantes de DD.HH.

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Granito de arena se llevó el primer premio.
 
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