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Martes, 1 de septiembre de 2015

CINE › HOY ARRANCA EN LA BIBLIOTECA NACIONAL LA QUINTA EDICIóN DEL FESTIVAL CARTóN

Cómo hacer crecer a la animación local

Referente insoslayable de la producción animada independiente argentina, el Cartón convoca público joven, crea lazos con creadores del resto del mundo y abre el juego a otras instituciones. Este año habrá un foco dedicado a Polonia.

 Por Andrés Valenzuela

“Nunca imaginamos que el festival iba a ser tan reconocido”, afirman los organizadores. Foto: Carolina Camps

Los nuevos consumos culturales online acuñaron un término: “binge-watching”, que consiste en ver muchos capítulos de una serie al hilo (más de uno lo hizo con Lost o Breaking Bad, liquidándose de a temporadas enteras por fin de semana), pero que se aplica especialmente bien a la visualización de videos online. Un videíto lleva al otro, y como todos son cortos, da la sensación de que no se está viendo tanto. Cuando uno apaga finalmente la computadora (o se pone a trabajar), pasaron tres o cuatro horas. Quizá por eso funciona tan bien el Festival Cartón, el encuentro anual de cortometrajes animados que organizan FM La Tribu y el programa Va... de Retro, cuya quinta edición comienza. Es que uno va al auditorio de la radio (Lambaré 873), ve un corto, dos, tres... y al rato se vio la sección entera. Después comienza otra y cuesta despegarse de la silla y la pantalla. Porque además el ambiente en la sede central del festival se parece mucho a un bar. O mejor dicho: es un bar, donde los “dibujitos” se pueden acompañar con una buena cerveza o un noble fernet. Quizá por eso funciona tan bien Cartón.

O quizá funciona bien porque en estos cinco años se convirtió en un referente insoslayable de la producción animada local, porque convocan y crean lazos con creadores del resto del mundo, porque abren el juego a otras instituciones (este año también habrá funciones en la Biblioteca Nacional –Agüero 2502–, el Centro Cultural Ricardo Rojas –Av. Corrientes 2038– y el Club Cultural Matienzo –Pringles 1249– y porque creen en la autogestión como camino para construir y ayudar a crecer a un sector de la producción artística. Quizá –además o también– funciona porque no se olvida de dónde viene la disciplina y brega por un 9 de noviembre declarado Día de la Animación Argentina en honor al pionero Quirino Cristiani, o porque este año hará un homenaje permanente a los 25 años de Caloi en su tinta, ciclo televisivo fundamental para el género. No, claro, debe ser la cerveza.

“El balance de estos cinco años es buenísimo”, afirma con sorpresa Diego Cabarcos, uno de los organizadores del festival. “Nunca imaginamos que íbamos a llegar a una quinta edición ni que el festival iba a ser tan reconocido entre los animadores, creo que es algo que ni nos terminamos de dar cuenta, lo importante que esto es para ellos”, reflexiona. Cartón es un espacio donde la producción local –mayormente independiente– se encuentra cada año para mostrarse, discutir, ampliar sus horizontes y celebrarse. No sorprende entonces que prácticamente todos los grandes nombres de la disciplina local pasaron por su pantalla, fueron miembros del jurado o apoyaron el ciclo en alguna de sus encarnaciones.

Historias contaminadas, uno de los cortos del Festival Cartón.

Marisa Fernández, también integrante del colectivo organizador de Cartón, destaca que celebrarán el logro sumando a las secciones habituales una selección de lo mejor de las pasadas ediciones. Además, este año habrá focos de otros festivales hermanos del continente: el venezolano Animandino, el Animasivo de México, el Animamundi de Brasil. “Más allá de que todos los festivales tienen cortos de todos lados, nosotros les pedimos que nos hagan un recorte de la producción de su país o región”, anticipa Fernández.

También habrá un foco dedicado a la animación polaca, que llega por dos vías, el festival Opla y el Krakow Film Festival. “Ellos hacen acopio de material y por eso el contacto”, explica Agustín Sinibaldi, también parte del colectivo organizador. “De alguna forma Europa del Este siempre fue muy particular en esto: República Checa, Hungría, todos los ex países soviéticos tuvieron mucha animación”, destaca. “Hay toda una corriente de animación que se desarrolló sobre todo entre los ’50 y los ’90 con un nivel de experimentación diferente al que uno ve en cortos norteamericanos, franceses o ingleses, y además tienen la cuestión mucho más política, probablemente por las realidades que vivieron esos países y que no son tan comunes en otros lados”, plantea.

La propuesta se completa con retrospectivas de realizadores locales (del rosarino Luis Bras) y un vínculo con el festival de cine de género Buenos Aires Rojo Sangre. Esto además de los habituales talleres, charlas magistrales, las muestras de las escuelas de animación y la competencia oficial, que suma 77 cortometrajes de 22 países. La programación completa y más datos del festival se puede encontrar en Facebook (/animacioncarton) y en Twitter (@animacioncarton).

La apertura de hoy se realizará en la Biblioteca Nacional, a las 19, y allí se proyectará el primer bloque del primer capítulo de Caloi en su tinta. También participará María Verónica Ramírez, la mujer de Caloi y productora histórica del programa, quien les ofreció este material que –por el formato en que estaba grabado– ya no se podía ver en ningún lado y hubo que digitalizar especialmente para la ocasión. “Después a lo largo de todo el festival vamos a proyectar programas de media hora, completos, de los 18 años que el ciclo estuvo en pantalla”, dice Cabarcos.

Parte fundamental del espíritu del festival es su vínculo con otros encuentros similares. Con los grupos de animadores rosarinos o el festival Anima, de Córdoba (el más importante del género en el país) suelen colaborar. Este año suman un foco del BARS, con una selección que realizó el equipo del propio Rojo Sangre. Pero además Cartón integra la Red Argentina de Festivales y Muestras Audiovisuales (Rafma) que se presentó en sociedad el año pasado, tras algunos años de puesta a punto. “A partir de eso todos los festivales, como jurado de Rafma, entregan un diploma a los realizadores argentinos y eso va a comenzar acá”, cuentan.

Cartón creció mucho desde su primera edición. Y quizá, sí, sea la posibilidad de ver los cortos cervecita mediante. O quizá sea una oferta inagotable y muy variada, o el trabajo enorme puesto en cada edición, con la mirada puesta en hacer crecer la animación argentina. Algo de eso debe ser.

La noche del océano, con el trazo en primera línea.

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