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Viernes, 30 de septiembre de 2005

CINE › UNA MUESTRA ORGANIZADA POR EL INCAA

Argentinos en Madrid

Iluminados por el fuego, de Tristán Bauer, que viene de ganar el Premio Especial del Jurado en el Festival de San Sebastián, inaugura hoy un ciclo de cine nacional en la capital española.

Por Martín Pérez
Desde Madrid

Aunque todos los ojos de directores, actores y prensa argentina en Madrid están puestos en la inauguración de la muestra Argencine 2005, que se realizará esta noche en el cine Palafox, hay más cine argentino en Madrid. De hecho, si se recorren las páginas de espectáculos de los periódicos españoles es posible encontrar un aviso de Argencine en la agenda, pero los avisos más grandes corresponden a El método, la nueva película de Marcelo Piñeyro, que se estrenó aquí el pasado viernes. Con protagónicos de Eduardo Noriega, Pablo Echarri, Ernesto Alterio y Natalia Verbeke, las críticas han sido más que favorables. En referencia a la obra original, en la que está basada la obra, Jordi Battle Caminal escribió en La Vanguardia: “Piñeyro hace un gran trabajo creando densidad y aprovechando muy cinematográficamente un espacio tan reducido: El método huele a cine y no a teatro, y eso ya es mucho”. Pero, a decir verdad, el aviso más grande referido a la industria del entretenimiento de procedencia argentina no lo tiene el cine, sino la televisión. A toda página, los diarios anuncian el estreno de... ¡Rebelde Way! Y, según los responsables de distribución del material de Telefé en España, los espectadores españoles deberán prepararse para lo que sigue, nada menos que Rincón de luz.
A su vez, ya pasó casi una semana desde el cierre de San Sebastián y, sin embargo, es imposible no hablar del evento cuando se está frente a Tristán Bauer, director de la premiada Iluminados por el fuego. De regreso en Madrid luego de un breve paso por el Festival de Biarritz, Bauer será encargado de presentar esta noche su película en la inauguración de Argencine 2005, la muestra organizada por la Comunidad de Madrid junto al Instituto de Cine argentino, y que en junio del año que viene tendrá su versión porteña con un Madridcine 2006, dedicado al cine español.
Precisamente, a causa de los comentarios que despertó su película en el festival donostiarra, Iluminados por el fuego tal vez sea la mejor de las opciones a la hora de inaugurar hoy en Madrid un festival de cine argentino. “Para nosotros fue una muestra de orgullo y alegría que la prensa española recibiese y elogiase nuestro premio como lo hizo”, confiesa Bauer a Página/12. “Es algo que puedo constatar por la forma en que la gente se nos acercó luego del anuncio de los premios. Muchos despotricando contra otros premios, pero destacando que Iluminados... los había conmovido. Porque, antes que el análisis, lo que siempre todos destacaban era la emoción.”
“No hay duda, Iluminados por el fuego es una de esas películas que el público corea y celebra”, escribió, por ejemplo, Rodríguez Marchante en el diario conservador ABC. “Las diferencias que existen en cuanto a gustos entre dos personas pueden llegar a superar lo inimaginable”, publicó a su vez Angel Harguindeguy en El País, como prólogo a su particular celebración del premio de la película de Bauer: “El jurado tuvo a bien explicar las razones para conceder el premio especial a Iluminados por el fuego. Hubiera sido revelador y desde luego una lección de sabiduría cinematográfica poder apreciar las razones por las que concedieron el resto de los galardones”.
Bauer no puede reprimir una sonrisa cuando se le comenta esa particular pasión con la que los periodistas españoles comentan y discuten San Sebastián. Pero se pone serio cuando se le recuerda algún otro comentario, como el que escribió Lluís Bonet Mojica en El Mundo: “El premio especial a Iluminados por el fuego parece confirmar la decepción causada por El aura”. “A mí me sorprendió cómo trataron a la película de Bielinsky, porque en Argentina recibió una valoración muy fuerte cuando se estrenó”, dice Tristán, consciente de que se puede leer semejante comentario como una competencia entre ambas películas. Por eso la aclaración inmediata: “Con Fabián somos los dos del ’59 y estudiamos en la misma escuela de cine. Pero yo además tengo directores de cine que son muy amigos. Y cuando llegué a San Sebastián hace quince años con mi primera película, llegué detrás de Aristarain, Solanas o María Luisa Bemberg, y a mí esos nombres me abrían puertas. Yo no venía a competir, diciendo ‘eso que se hizo antes es una cagada, soy de una nueva generación, con ellos no tengo nada que ver’, sino todo lo contrario. Son los directores los que abren puertas, así que no tiene ningún sentido generar una disputa”.
–Aquel recuerdo de su primera visita a San Sebastián debe habérsele pasado por la cabeza más de una vez en este viaje...
–Sin dudas... Porque ésa fue la confirmación de mi decisión de hacer cine. Porque yo decidí que iba a filmar desde muy chiquito, tendría catorce o quince años. Fui a ver una película del neorrealismo italiano, Milagro en Milán, y quedé deslumbrado. Me dije: “Esto es lo que quiero hacer”. A los 29 años pude filmar Después de la tormenta y realmente no sabía si estaba bien o mal, cómo me iba a ir. Pero el premio que me dieron en San Sebastián entonces me sirvió para confirmar que mi camino iba a ser éste, el del cine.

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Bauer, orgulloso y alegre con los elogios de la prensa española.
 
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