Martes, 3 de abril de 2007 | Hoy
CINE › HOY EMPIEZA LA NOVENA EDICION DEL BUENOS AIRES FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE INDEPENDIENTE
Más grande que nunca, con casi medio millar de cortos y largos repartidos en doce salas que van desde el Abasto a Belgrano, pasando por la Lugones, el Rojas y el Malba, el Bafici 2007 promete una selección del mejor cine mundial fuera del mainstream.
Por Horacio Bernades
Vieja novedad: el Bafici se agranda. Como sucede sin solución de continuidad desde 1999, en su noveno año de vida el festival de cine porteño amplía su oferta, pasando de las 450 películas exhibidas en 2006 (contando largos, medios y cortos) a 470 en total (de ellas, casi 300 largometrajes). Para darles cabida a todas esas películas, el evento –que quedará oficialmente inaugurado hoy a la noche, con la proyección de Bamako, del mauritano Abderrahamane Sissako– extiende su circuito de salas, plantando una primera bandera en el barrio de Belgrano. Y mantiene su ciclo de trece días, tal como sucede desde 2005, empezando hoy y concluyendo el domingo 15 de abril, un día antes del comienzo de la Feria del Libro. Esa es una buena noticia: por primera vez el ajetreado vecino porteño podrá concurrir a los dos eventos, si así lo desea. Algo que desde hace casi una década se le hace más que peliagudo, por culpa de las superposiciones. Teniendo en cuenta que el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata terminó hace un par de semanas y que en días más se celebrará una nueva edición del Quilmes Rock, habrá que preguntarse por qué los organizadores de todos estos megaeventos no se sientan a charlar un poco, antes de fijar las fechas.
¿Hasta dónde se agrandará el Bafici?, cavilan los concurrentes asiduos, abrumados por un evento tan amplio que termina dejándolos con cierto gustito a frustración, ante la imposibilidad de abarcarlo todo. Sin embargo, los habitués son cada vez más: desde su inauguración, el penúltimo año del siglo XX, no hubo edición en que la cifra de participantes no aumentara, alcanzando en 2006 la friolera de 230.000 espectadores y previéndose más para esta edición. Que se llevará a cabo bajo un signo preocupante: el Bafici 2007 quedará para la historia como el primero que no recibe apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales. Un hecho denunciado casi a gritos por su director, Fernando Martín Peña, desde las primeras páginas del catálogo oficial. Aunque la semana pasada circuló la versión de que tras una guerra de comunicados encontrados el Incaa y el Bafici habían llegado a un acuerdo, la circular que oficializaría esa éntente jamás llegó a los medios. Por lo cual el festival arranca hoy sin el esencial aporte del Instituto que regula el cine, sin que medie otra explicación que no sea la disputa electoral entre el gobierno nacional y el de la ciudad. Es un hecho lamentable, habida cuenta de la importancia que este festival siempre tuvo (desde su primera edición, en la que ganó Mundo Grúa) para la difusión del cine argentino, tanto aquí como en el exterior.
Para confirmar el carácter de gran vitrina, nada mejor que revisar la programación del Bafici 2007 y chequear la cantidad e importancia de estrenos argentinos incluidos este año. Treinta y cinco largos y treinta nueve cortos de producción local se presentarán al mundo, repartidos en distintas secciones. Tres son las películas nativas que se alinean en la Selección Oficial Internacional. Dos de ellas, ópera primas de ficción: El asaltante, de Pablo Fendrik, y El desierto negro, de Gaspar Scheuer. La tercera es Estrellas, docuficción que representa el opus dos del reconocido teatrista Federico León (luego de su debut con Todo juntos), contando aquí con la codirección de Marcos Martínez. Hay en esa sección una cuarta película que bien puede considerarse casi argentina. Se trata de La marea, que más allá de lo que diga su carta de ciudadanía belga fue filmada por el argentino Daniel Martínez Vignatti (director de fotografía de Japón y de Batalla en el cielo), en las playas de Claromecó y con elenco enteramente local.
Sin contar películas sueltas que aparecen en distintas secciones (La Navidad de Ofelia y Galván, del infaltable Raúl Perrone; el nuevo documental de Pablo Reyero; la coproducción argentino-boliviana Cocalero; las retros de cortos de Daniela Cugliandolo, Martín Mainoli y Paulo Pécora), la representación nacional vuelve a concentrarse, como todos los años, en la Selección Oficial Argentina. En esta ocasión se presentan diez en competencia y cinco fuera de ella. Mañana a las 20.30, en el Hoyts 12, abre la Selección Argentina El otro, de Ariel Rotter, que viene de ganar dos premios en Berlín (el Especial del Jurado para su director, y el de Mejor Actor para Julio Chávez) y el sábado 14 a las 20.30 la cierra, en el Teatro Coliseo, La antena, de Esteban Sapir. Anticipándose como todo un hito para el campo de la digitalización en la Argentina, se trata del imaginativo opus dos de este realizador, una década después de Picado fino.
Las otras que participan, fuera de competencia, en la Selección Oficial Argentina, son El gran simulador (polémico documental de Eduardo Montes-Bradley, en contra de los cortes de ruta en Gualeguaychú), M (investigación de Nicolás Prividera sobre su madre detenida-desaparecida, llamado a ser, tras sus dos premios en Mar del Plata, uno de los documentales más polémicos del próximo cine argentino) y Las mantenidas sin sueños, de Vera Fogwill y Martín Desalvo, posiblemente la película local de mayor circulación en festivales internacionales, durante el último bienio. Las diez de competencia abren un abanico de máxima diversidad, alternando films de ficción con documentales y las consabidas óperas primas (cinco de ellas) con las nuevas entregas de cineastas ya veteranos (Raúl Filippelli, Andrés Di Tella, Alejandro Fernández Mouján, el omnipresente Perrone). Entre ellas, una que viene de llamar la atención en Berlín (La león, de Santiago Otheguy), una producción del interior (la correntina Cabeza de chancho), una bizarría de ciencia ficción (Filmatrón, de Pablo Parés) y, algún día tenía que ocurrir, la primera cinta que osa meterse con el hasta ahora intocable Nuevo Cine Argentino. Se trata de UPA! Una película argentina, dirigida a seis manos por Santiago Giralt, Camila Toker y Tamae Garateguy.
Y todavía están quedando afuera cinco películas-evento, a las que el festival les dedicará sendas Noches Especiales. Todas ellas esperadísimas, se trata de Copacabana, imprevisto documental de Martín Rejtman sobre la comunidad boliviana en Argentina; Extranjera, versión libre de Ifigenia, filmada por Inés de Oliveira Cézar (Como pasan las horas) en las sierras de Córdoba; Hacer patria, recorrido de David Blaustein (Cazadores de utopías, Botín de guerra) a través de su historia familiar y Las vidas posibles, elogiada segunda película de Sandra Gugliotta (Un día de suerte). Como para ratificar que el arco estético del Bafici no reconoce fronteras de fama, prestigio ni edad, la quinta Noche Especial estará dedicada nada menos que a Argentina latente, tercera pata de la tetralogía que Pino Solanas inauguró con Memoria del saqueo y La dignidad de los nadies, y promete cerrar con la inminente Los hombres que están solos y esperan.
Sí, también habrá cine extranjero en el Bafici 2007. De las que se presentan en Competencia Oficial Internacional, tres llegan con fuertes antecedentes: la francocubana El telón de azúcar, recuento de la revolución de Fidel que pasa de la esperanza a la desilusión; la estadounidense Old Joy (considerada uno de los debuts más interesantes del reciente cine indie) y la rumana Bucarest 12:08, ganadora de la Cámara de Oro en Cannes 2006 y reconocida como toda una revelación por quienes la vieron allí. De allí en más será cuestión de apostar sobre seguro, yendo a los nombres consagrados, o jugar la carta inesperada, esa que no se sabe si puede salir ganadora o no. Para quienes prefieran la primera opción, nada mejor que la sección Trayectorias, que presenta los nuevos títulos de Kim Ki-duk (El tiempo), Tsai Ming-liang (I Don’t Want to Sleep Alone), Apichatpong Weerasethakul (Syndromes and a Century), Marco Bellocchio (Il regista di matrimoni), Hong Sang-soo (Woman on the Beach), Hal Hartley (Fay Grim), Alain Resnais (Corazones), François Ozon (Un lever de rideau) y Kore-eda Hirokazu (Hana), para nombrar sólo algunos.
Los más jugados al descubrimiento deberán rumbear hacia Cine del Futuro, que este año se hace competitiva e incluye musts como la catalana Honor de cavallería, la china Betelnut y la coproducción asiática 4:30, de Royston Tan. Incluyendo películas desconocidas y otras tan recomendables como la brasileña O céu de Suely (Premio Fipresci Mejor Película Latinoamericana 2006), la mexicana Drama/Mex y las alemanas Madonnen y Summer’04, la sección Panorama está en condiciones de recibir por igual a ambos bandos de espectadores. Por lo demás será posible verificar, a lo largo y ancho del Bafici, la habitual profusión de films musicales (con la retro D. A. Pennebaker y las películas dirigidas por Frank Zappa a la cabeza), una gran cantidad de documentales, repartidos en cinco secciones (La Tierra Tiembla, Democracias, Lugares, Métodos y Personas y Personajes), más de una docena de retrospectivas y focos (Jacques Tati, Joaquim Pedro de Andrade, el mencionado Pennebaker, Sadie Benning et al), una sección dedicada al cine experimental, otra a la comedia independiente, varios rescates (la obra en el exterior del argentino Hugo Fregonese, films de John Huston, Carl Dreyer y Budd Boetticher), las habituales charlas, encuentros, mesas redondas y master classes... y esa inconfundible sensación de inabarcabilidad que sólo el Bafici sabe generar.
Más información y programación completa en www.bafici.gov.ar
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