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Viernes, 27 de junio de 2008

TELEVISION › A LOS 80 AÑOS, MURIO EL ACTOR COMICO VICENTE LA RUSSA

Compañero ideal de los capocómicos

Supo darle el pie a Pepe Arias, Juan Carlos Altavista, Tato Bores, Alberto Olmedo, Luis Sandrini, Jorge Porcel, Carlos Balá y Juan Carlos Calabró. Su personaje más célebrefue “El Preso”, compañero de andanzas de Minguito, y el que atendía el boliche de Polémica en el bar.

 Por Emanuel Respighi

Su respetado lugar en la escena artística argentina no lo consiguió a partir de largos monólogos. Tampoco por la interpretación de personajes con demasiada letra. Más bien su carrera como cómico se forjó a fuerza de una economía de palabra que se complementó a la perfección con la gestualidad que le imprimía a personajes entrañables como “El Preso”, el fotógrafo del diario La Voz del Rioba que secundaba a “Minguito”, y que luego atendió la barra de Polémica en el bar durante años. O a el “Pai José”, que compuso en El manosanta está cargado (1987) y que llevó a que Alberto Olmedo lo tomara de “prestado” tiempo después para su sketch televisivo. Humorista, imitador, artista plástico y cantante lírico –su otra pasión–, Vicente La Russa (o Rodríguez Cid, tal su verdadero apellido), el creador de aquellos recordados personajes, murió el miércoles pasado a los 80 años, alejado desde hacía años de las luces de neón y las cámaras que lo iluminaron en el teatro, el cine y la TV durante buen parte de la segunda mitad del siglo pasado.

Sin llegar a ostentar el status de capocómico, La Russa fue la apoyatura elegida por los grandes cómicos argentinos del siglo XX para llevar adelante sus sketches o números artísticos. En teatro, cine y TV acompañó a humoristas de la talla de Pepe Arias, Tato Bores, Juan Carlos Altavista, Alberto Olmedo, Luis Sandrini, Jorge Porcel, Carlos Balá y Juan Carlos Calabró, entre otros. El hecho de que con todos ellos haya trabajado en los momentos de mayor popularidad de cada uno pone de manifiesto que La Russa fue algo más que un mero actor secundario: su reconocido profesionalismo a la hora de componer los pequeños personajes que interpretaba hizo que pese a la escasa letra ninguno pasara inadvertido.

La Russa hizo su debut como actor en 1951 en Una noche cualquiera, junto a Pepe Arias, con quien actuó en varias temporadas teatrales. Además, trabajó en programas radiales e integró el elenco de La revista dislocada, grupo con el que filmó Disloque en Mar del Plata (1962) y Disloque en el presidio (1973), interpretando diversos personajes de apoyo a los protagonistas. Admirador de Luis Sandrini, con quien trabajó en ¡Qué linda es mi familia! (1980), los primeros reconocimientos los recibió por las caracterizaciones que desplegaba en el teatro de revista, en las que se destacaban las que hacía de los ex presidentes Perón, Illia, Aramburu y Frondizi, entre otros.

Luego de trabajar en Tato siempre en domingo y Operación Ja Ja a fines de los ’60, La Russa fue convocado por Gerardo Sofovich para interpretar a “El Preso”, un personaje que debía atender la barra del bar en el que se iba a desarrollar Polémica en el bar. Aunque pequeño y casi sin libreto, la autonomía del personaje hizo que el actor lograra convertirse en el “sexto hombre” del ciclo, gracias a la composición del impresentable que, con camiseta y saco desvencijados, boina oscura y cigarrillo entre labios le daba cuerpo al hosco dueño del lugar. Ese personaje tuvo su continuidad al lado de Juan Carlos Altavista (“no sos mi padre para pegarme”, le decía, cuando éste se sacaba la pantufla para pegarle) y lo mantuvo en diferentes espectáculos teatrales hasta su retiro de la actuación.

En No toca botón, junto a Olmedo, La Russa se destacó como autoritario jefe de Rogelio Roldán, con frases que aún hoy se recuerdan como “y no me vuelva sin firmar el contrato” o “no me haga emplear métodos que no querría emplear”. En la pantalla grande, La Russa actuó en casi veinte películas, entre las que se destacan El manosanta está cargado (1987), Cosa de locos (1981), Gran valor (1980), ¡Qué linda es mi familia! (1980), Operación Comando (1980), Locos por la música (1980), La noche viene movida (1980), Hotel de señoritas (1979), Las muñecas que hacen ¡Pum! (1979), Millonarios a la fuerza (1979), La nona (1979), Las locuras del profesor (1979), Minguito Tinguitella Papá (1974) y Disloque en Mar del Plata (1962), entre otras.

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Imagen: Télam
 
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