La primera noticia para muchos fue comprobar que Ciudad Abierta, la señal del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, continúa al aire, pese a que antes de asumir como jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri había deslizado públicamente sus intenciones de cerrarlo. La última información respecto del canal, sin embargo, señalaba que CA “está a la deriva: la producción propia está casi paralizada por falta de presupuesto, carece de criterio y grilla de programación, y la señal que alguna vez fue cuna de experimentación y nuevos lenguajes se limita a transmitir las sesiones de la Legislatura, cubrir actos de gobierno y emitir latas compradas al extinto canal Sólo Tango” (ver nota publicada el 20 de mayo). En una larga charla, Página/12 entrevistó a Carlos Pugliese, director artístico del canal, para que profundice algunas cuestiones.

–¿En que situación se encuentra el canal?

–El canal está al aire. Aquellos que piensan que no está emitiendo, fogonean un fantasma que vengo escuchando hace años...

–Un fantasma que el mismo Macri generó cuando dijo que lo iba a cerrar porque era un canal que no miraba nadie y que gastaba mucho...

–En ese momento había un canal con un presupuesto muy grande que no reflejaba la inversión. El gobierno se compone por muchas temáticas, como hospitales, veredas, bicisendas... Si un canal insume una parte excesiva del presupuesto, lo primero que uno piensa es en cerrarlo. Pero no solo no se cerró, sino que el canal ha crecido más que nunca.

–¿Le parece? La planta de trabajadores se redujo de 150 a 28 y la calidad artística de la emisora deja mucho que desear.

–Durante mi gestión, el canal mudó su sede y eso no es algo menor. Vinimos al Centro Cultural San Martín para hacer un multimedio junto al teatro y la radio. Salir de un lugar rentado para pasar a un lugar que es parte del Gobierno de la Ciudad insumió un ahorro. Cuando llegamos aquí estos dos pisos eran Kosovo, tuvimos que hacer todo con un presupuesto mínimo. El Gobierno de la Ciudad sufre los mismos inconvenientes que tiene el país frente a la crisis multinacional del año pasado.

–De todas maneras, el presupuesto del canal disminuyó a partir de la asunción del PRO en el gobierno, en 2007, anterior a la crisis. Los 12 millones de pesos presupuestados el año previo a la gestión de Macri se fueron recortando hasta llegar a los 3,5 millones de 2010.

–Sí, pero de cualquier manera el canal está mejor equipado que el que poseía cuando el presupuesto era mucho más abultado.

–Los trabajadores denuncian que no se reequipó, que sólo se utilizan cuatro cámaras de más de una docena y que el mantenimiento es nulo. Y el canal estuvo dos meses sin teléfono ni Internet...

–Hemos puesto aire acondicionado en buena parte de los ambientes, las líneas telefónicas ya funcionan... Y no se demoró por culpa del gobierno, sino porque la estructura de una línea telefónica que hay que extender tarda un par de meses. Estamos engrandeciéndonos...

–El aire acondicionado tiene que ver con el confort.

–El confort es básico para trabajar... Estamos en proceso de compra de un server que nos permitirá tener autonomía de emisión, ya que ahora lo hacemos a través de la antena de Artear. Otro avance es que Ciudad Abierta va a tener streaming, que significa que toda la programación va a salir por computadora en cualquier lugar del mundo. Esto es el Gobierno de la Ciudad, no una empresa privada. No somos Telefe. El que compara Ciudad Abierta con un canal grande no entiende nada. Es un canal chiquito de ciudad, cuya misión es servir al ciudadano. Hay que comunicarle a la gente que existen determinados barrios para que empiecen a conocer la ciudad.

–¿Qué programas hizo en su año de gestión para satisfacer ese fin?

–Todas las acciones culturales que suceden en los barrios las anticipamos en pantalla con un mapa para que la gente sepa dónde suceden. Ahora vamos a hacer una agenda cultural. Yo tengo una cierta edad y pienso en la gente que tiene cierta edad, que no tiene medios, y que quiere tener un entretenimiento, que la ciudad lo homenajee. ¿Vio lo que fue el Bicentenario? Cuando la gente ve que hay algo que lo entusiasma y que es transparente, concurre. Estamos tratando de que la gente se entere.

–¿No cree que esa idea hizo que el canal deje de ser cultural para transformarse en una agenda audiovisual y difusora de actos de gobierno?

–Es la misión que yo le encuentro. Hubo otras direcciones artísticas que pensaban que el canal debía ser una especie de escuela experimental para los cinematográficos; yo no creo en eso. No es que esté en desacuerdo, sino que creo que la TV tiene un ritmo, un idioma...

–¿Transmitir las sesiones de la Legislatura o cubrir actos u obras de gobierno tienen “ritmo televisivo”?

–Las sesiones de la Legislatura las transmitimos por ley. Los anuncios de gestión... Hay que tener bien claro: así como está el ciclo “Los legisladores hablan”, mostramos la gestión de gobierno porque esa tiene que ser un poco... En esta etapa es este gobierno, cuando venga otro gobierno, será otra. Porque si no, para la gente los políticos son una cosa muy lejana y de los funcionarios sólo saben que existen algunos nombres, pocos saben lo que es esa persona. Por eso tenemos ciclos donde se ve al funcionario hablando de su gestión. De su gestión de gobierno, porque nosotros no hacemos política en el canal, a pesar de lo que se pueda creer.

–Que haya programas dedicados a difundir la gestión de gobierno y sus acciones, ¿no es una manera de hacer política?

–No, no. A mí me interesa que si se está haciendo una canalización del Maldonado por las inundaciones, con una grúa gigante, que la gente sepa. Tiene que estar enterada de que la plata de los impuestos vuelve a través de acciones. No imaginárselo, que sea una nebulosa... Cuanto más podamos mostrar, mejor.

–Pero nunca antes el canal se había prestado a cubrir actos de gobierno o a emitir programas sobre funcionarios.

–Llama la atención porque la gente ve cosas de gestión en pantalla, pero representan el 7 por ciento. Hay programas de discapacitados... Mostrar la gestión es parte de la responsabilidad. Históricamente el canal mostraba cosas tan disímiles y disparatadas como la vida de un fotógrafo de General Pico o Pehuajó, contando el trabajo que hacía y cómo revelaba las fotos... Yo no le encontraba ningún sentido. Había una especie de experimentación. Entiendo que haya un grupo al que le guste eso, pero no es el canal para toda la ciudad...

–Para usted el objetivo del canal, entonces, es que difunda todas las actividades que ocurren en la ciudad, incluidas las de gestión.

–No, mi idea es que el canal refleje a la ciudad, un canal que le sirva al ciudadano, no a la Secretaría de Comunicación. Si las acciones de la Secretaría tienen una funcionalidad, que la gente las conozca; no que estén tapadas o solapadas. El próximo gobierno hará las suyas.

–O no.

–Claro, depende de cuál será la política con el canal.