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Martes, 28 de agosto de 2012

TELEVISION › ENTREVISTA A MATT LEBLANC, PROTAGONISTA DE EPISODES

“Si buscara sentirme cómodo, nunca saldría de mi casa”

El actor, famoso por su rol de Joey Tribbiani en Friends, hace de una versión exagerada de sí mismo en la comedia que I-Sat emite todos los martes. El programa aprovecha para criticar con sutil acidez las locuras de la trastienda de Hollywood.

 Por Roque Casciero

El personaje que Matt LeBlanc interpreta en cada capítulo de Episodes se llama Matt LeBlanc. ¿Demasiado trabalenguas? Esa es la idea: el actor que un par de generaciones disfrutaron como Joey Tribbiani en Friends hace de una versión un tanto corregida –no mejorada, ojo– de sí mismo en la serie que I-Sat emite todos los martes a las 21.30. El Matt Leblanc que se ve en pantalla es un individuo al que le cuesta sostener sus relaciones, especialmente por su compulsión al sexo. Que acaba de divorciarse y no puede ver seguido a sus dos hijos. Que siente cierta desesperación por volver al primer plano después de su gran éxito de los ’90. Y que se encuentra metido en una serie llamada Pucks (el tejo del hockey sobre hielo), la versión demasiado adaptada de otra creada en Inglaterra. Salvo porque el actor está divorciado, el resto no guarda relación con su realidad. Pero la gracia de Episodes reside en buena parte en este ambiguo juego de similitudes y diferencias, que es aprovechado finamente por los guionistas David Crane (cocreador de Friends) y Jeffrey Klarik (guionista de Mad About You). “Básicamente, el personaje es la percepción que el público tiene de un famoso, en este caso yo, así que no todo es real –le dice LeBlanc a Página/12 durante una teleconferencia con medios de América latina–. La mayor parte es una versión exagerada de mí, en cierto sentido, no es un documental sobre actores. Para ser honesto, la versión televisiva de mí es mucho más interesante que la versión de la vida real.”

El actor asegura que “hasta ahora” le ha resultado agradable interpretar a un tipo llamado como él, con su historia pública y su rostro. “Mucha gente me pregunta si no me molesta ser el centro de tantas bromas, pero no me preocupa si las bromas son buenas. Hasta ahora el guión ha sido muy sólido, los personajes han sido muy ricos y muy divertidos.” Muchos chistes involucran al pasado artístico de LeBlanc, desde menospreciar la inteligencia del actor relacionándolo con su personaje de Friends hasta reírse del fracaso del spinoff Joey. “Dejo que los guionistas se burlen de mi vida si es gracioso. Si no es gracioso, entonces es simplemente triste. Hubo un par de cosas en las que dije ‘mantengámonos lejos de esto’, como temas de mi vida personal real. Lo que hicimos fue crear una vida personal enteramente ficticia para mi personaje del programa, así no tiene que ver con la mía. Pero no tengo problemas con que se burlen de mi carrera para el programa. Quizás eso sea algo malo y me perjudique en el futuro, no sé. Pero hasta ahora ha sido divertido.”

–Tan mal no le ha ido, ya que ganó el Globo de Oro como mejor actor de comedia por su actuación en Episodes. Pero, ¿no le preocupa que la gente piense que usted es el Matt LeBlanc de la serie?

–No, al contrario, mi trabajo como actor es hacer creer que ése es quien soy. Durante mucho tiempo la gente pensó que yo era Joey Tribbiani. Ahora mi trabajo es hacer que la gente crea que el Matt LeBlanc de Episodes es mi verdadero yo, así que si mucha gente lo cree, en realidad es un cumplido porque lo estoy haciendo bien. Quién soy en realidad no tiene importancia.

–Una de las características de su personaje, bien explotada en la serie, tiene que ver con cierto tamaño desmesurado de su anatomía.

–Anatómicamente también soy muy diferente al Matt LeBlanc de la pantalla (risas). ¡No crean todo lo que ven en televisión!

–Antes dijo que el programa era sobre la percepción de los demás acerca de los famosos. ¿Cambió su visión de la fama?

–No lo sé, pero no es algo que me afecte. En términos de popularidad, este programa no está ni cerca de lo que fue Friends, no creo que jamás yo vuelva a tener ese nivel de fama. Eso fue un viaje muy loco.

Episodes ya va por su segunda temporada y es producida conjuntamente por Showtime y la BBC, lo que carga más de sentido el hecho de que el guión se ría de las “adaptaciones” que Hollywood intenta del humor inglés. En la serie, todo empezó cuando a la pareja de guionistas británicos Beverly (Tamsin Greig) y Sean Lincoln (Stephen Mangan) le propusieron trasladar su éxito Lyman’s Boys a la pantalla norteamericana. El estaba entusiasmado, ella no tanto. Y todo empeoró con las concesiones que debieron hacer: si la original era sobre el sesentón director de un internado de jóvenes enamorado de una bibliotecaria lesbiana, la versión de Hollywood termina siendo sobre un entrenador de hockey (LeBlanc) en plena tensión sexual con una Barbie bibliotecaria (Mircea Monroe). La primera temporada trató sobre la realización del piloto y culminó con la disolución del matrimonio, después de que Beverly terminara en la cama con Matt. Y en el punto más fuerte de la pelea, los llamaron para confirmarles que Pucks, por la que nadie en la cadena apostaba, había sido un éxito en las exhibiciones que se hacen para testear reacciones. En la segunda temporada, el programa finalmente sale al aire, pero hay muchos más conflictos por delante.

–¿Encuentra alguna conexión entre Pucks y los papeles que le ofrecieron después de Friends?

–El personaje que interpreto en Pucks representa la clase de ofertas que tuve: después de que terminaron Friends y Joey, todos querían que hiciera cosas similares a Joey Tribbiani. Había un par que eran mejores programas que lo que es Pucks, aunque éste no sea tan malo. El tema es que según la cadena, si no es espectacular no es bueno. Y no importa si es malo, pero tiene buen rating. Los números son lo único que preocupan a los ejecutivos.

–El programa tiene muchas anécdotas sobre Hollywood. ¿Usted aportó algunas personales?

–Tiré algunos chistes y cosas así, pero el 99 por ciento del guión es de David Crane y Jeffrey Klarik. Muchas de esas anécdotas están basadas en experiencias que tuvieron ellos en el negocio. Hay gente muy loca en Hollywood. También hay gente fantástica, genuina, honesta, trabajadora y talentosa, pero es más divertido hablar sobre la que es problemática.

–¿Cuánto incidió el hecho de trabajar con Crane en su decisión de volver a la televisión?

–La verdad, no planeaba volver, no estaba buscando nada. Pero, de la nada, me llamaron David y Jeffrey, me dijeron que tenían una idea y me preguntaron si me juntaría a comer con ellos. Cuando nos vimos, me contaron toda la primera temporada y dije que sí antes de levantarme de la mesa. Ha sido una gran experiencia. Confío en ellos como guionistas, son muy talentosos y tienen gran inventiva. Ahora soy más grande, cometí algunos errores en mi carrera, y aprendí que los guiones son lo que realmente se necesita para empezar con una buena historia. Y con ellos dos me siento en buenas manos.

–¿Cómo es la dinámica detrás de la escena entre usted y los dos actores británicos que son sus coprotagonistas?

–Trabajar con ellos es de lo más interesante que tiene Episodes para mí como actor. Tasmin Greig y Steven Mangen son actores talentosísimos. Ambos han interpretado Shakespeare, son verdaderos actores de teatro, muy creativos, pero con los pies sobre la tierra. Tenemos una buena camaradería entre los tres, nos reímos mucho, exploramos juntos las escenas para ver de qué modo hacerlas más graciosas. Trabajar con ellos es un proceso creativo muy divertido.

–¿Siente que finalmente encontró un sitio en el que puede sentirse cómodo?

–No sé si estar cómodo es lo que busco. Si buscara sentirme cómodo, nunca saldría de mi casa. Como artista, siempre quiero nuevos desafíos personales, cosas que me saquen de mi zona de confort, que amplíen mi imaginación.

–¿Le interesaría tener papeles en dramas?

–No sé, me gusta mucho hacer comedia. El drama es muy diferente. Soy la clase de persona que cuando se encuentra en una situación embarazosa trata de encontrar algo gracioso para aligerar el ánimo. En los dramas eso no corre. No sé, veremos qué depara el futuro. Si me llegara el proyecto adecuado y todo se alineara de modo apropiado... Lo que quiero es encontrar personajes interesantes, ya sea en comedias, thrillers, películas o dramas. Si el personaje me atrapase, entonces sí lo haría. Ahora acabo de terminar de filmar una pequeña película independiente dirigida por Luke Bisseni, quien ganó el Oscar el año pasado por un cortometraje. Este es su primer largo. Lo pasé muy bien trabajando con él, Ali Larder y Chevy Chase.

–¿Le intersa dirigir o producir?

–No, en realidad no. Soy actor. La idea de dirigir me intriga, pero no todavía, quizá cuando sea más grande. Y no creo que vaya a gustarme dirigir un proyecto en el que actúe. Si alguna vez decido hacer el intento de dirigir, será mejor que no actúe, así podré enfocarme en una sola cosa.

–¿Habrá una tercera temporada de Episodes?

–No sé si se anunció oficialmente, pero creo que sí. No sé cuántas temporadas se pueden hacer de Episodes... Tampoco es que estemos haciendo una serie con temporadas largas como las de las cadenas, de 22 o 24 capítulos. La primera temporada de Episodes tuvo 7 y la segunda 9.

–¿Le pasó que en la calle le hablen de Episodes y ya no de Friends?

–Un poco, sí. La gente vio la serie, eso me gusta.

–¿Y alguna vez aparecerá en Episodes alguno de sus viejos compañeros de Friends?

–Para la segunda temporada hicimos una historia en la que la cadena me pide que consiga a uno de los miembros del elenco de Friends que participe en Pucks. No quiero arruinarles la sorpresa a los lectores, pero en la ficción tuve que llamarlos a todos y finalmente conseguí que viniera uno. Pero no voy a decir quién, es mejor que lo vean en Episodes.

Otra clase de humor

Episodes pone el dedo en la llaga en esa suerte de lost in translation que se produce cuando se intenta adaptar el humor británico a los parámetros de Hollywood. Pero, según Matt LeBlanc, hoy el público norteamericano recibe mejor que antes las comedias inglesas. “Creo que esa barrera, esa suerte de estigma, está desapareciendo”, le dijo a Página/12. “Con Internet, cualquiera puede acceder a material de todo el mundo, no importa dónde esté. El humor inglés es un poco más sutil, no tan manifiesto, y creo que hoy los televidentes son más despiertos y que lo aprecian más. No está tan frente a tu nariz. Y creo que eso se ha trasladado bien a Estados Unidos. A mí me gusta mucho la comedia británica, esa especie de enfoque sutil que tiene. Me encantaron programas como Fawlty Towers o Absolutely Fabulous, y cuando era chico adoraba a Benny Hill.”

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“Mi personaje es la percepción que el público tiene de un famoso”, explica Matt LeBlanc.
 
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