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Sábado, 18 de enero de 2014

TELEVISION › EL FENOMENO DE AV. BRASIL Y ESCOBAR, EL PATRON DEL MAL

Latas para cambiar el juego

Este verano, Telefé tiene motivos para festejar: la telenovela brasileña de la tarde promedia 13 puntos de rating, con picos de 17. La notable serie colombiana que sigue los pasos del capo de Medellín promedia 6,5 puntos, con picos de 8,2.

 Por Emanuel Respighi

El verano televisivo viene enlatado. En un fenómeno extraño pero previsible, dos ficciones extranjeras están poniendo “patas para arriba” a la pantalla chica local. Las altas audiencias que cosechan diariamente Avenida Brasil (a las 16.30, por Telefe) y Escobar, el patrón del mal (a las 22, por Canal 9, con un resumen conducido por Raúl Kollmann los domingos a las 22)) no son otra cosa que un síntoma. ¿De qué? Imposible determinarlo con una respuesta absoluta, pero existen varias razones para pensar que los productores, programadores y autores locales deberían ponerse en alerta y reflexionar sobre su oficio. ¿Cómo es posible que una novela brasileña, doblada al castellano neutro, y en la que en vez de “hablar” se refieren a “platicar”, pueda ser el programa más visto de cada día, en un horario marginal como el de las 16.30? ¿Cuál es el fenómeno mediante el cual la ficción colombiana sobre la vida del líder del cartel de Medellín triplica el rating que la emisora suele promediar en ese horario, en pleno enero?

Los números de las ficciones son contundentes, y tienen algunos puntos en común. Desde su estreno, la megaproducción de Globo, Av. Brasil, se posiciona diariamente como el programa más visto del día, con un promedio de 13,3 puntos y alcanzando picos de más de 17. Por su parte, la producción de Caracol promedia en sus dos semanas al aire los 6,5 puntos, llegando a tener capítulos que promediaron 8,2 puntos. Ambos rompieron toda lógica, demostrando que más allá de volúmenes de encendido en determinadas franjas horarias y supuestas “pantallas frías”, la única realidad es que cuando a la gente se le ofrece un contenido atractivo y distinto, no hay “leyes tácitas” que se impongan. Las audiencias se movilizan y se construyen si lo que se les ofrece tiene atractivo. El dicho, tan obvio como real, de que “el rey es el contenido”, se hizo carne en este verano televisivo.

Hay un dato que no se puede soslayar: pese a tratarse de producciones extranjeras, tanto en Av. Brasil como en Escobar..., ambos ciclos mantuvieron sus audiencias a lo largo del tiempo. El detalle de que ambos, además, lo hicieron desde el primer día –aun cuando uno se estrenó a las 16.30 y el otro el ¡2 de enero!– también habla de que se trata de producciones que de alguna manera ya generaban cierta expectativa. En este punto, a las promociones y a los caminos formales de los canales para generar expectativa habría que sumarle el silencioso apoyo que genera en este tipo de productos que sus capítulos estuvieran subidos a Internet, circulando –legal o ilegalmente– desde hacía un tiempo entre los usuarios. Un ejemplo de cómo la web puede potenciar, desde el boca en boca, las programaciones de la TV abierta.

Con un presupuesto de 91 millones de dólares para sus 179 capítulos (la versión internacional que pasa Telefe es de 160), Av. Brasil cuenta la historia de Rita, una niña que queda huérfana y a la que de pequeña su madrastra la abandona en un basural. Lejos de olvidar la crueldad con la que fue rechazada por su madrastra, Rita intenta vengarse de la ambiciosa Carminha, la causante de sus pesares. Este es el punto de partida de una telenovela que cuenta con distintas líneas argumentales populares, que se sofistican a medida que el autor, João Emanuel Carneiro, les imprime textura social. Así, la trama surfea problemáticas como las del fútbol, la favela y las que inauguró lo que en Brasil se conoce como la nueva Clase C, una suerte de clase media que ascendió económicamente y que por primera vez accede a bienes y servicios.

Jean Pierre Noher, que en Av. Brasil hizo de padre adoptivo de Rita, repasa ante Página/12 los argumentos que, a su juicio, explican el fenómeno internacional de la novela. “Trabajé en distintas novelas brasileñas, incluida La favorita, también de Carneiro. La razón fundamental del éxito de Av. Brasil es la trama que tiene, esto de convertir lo que ellos llaman la bomzinha (‘buenita’) en un personaje que jura venganza y hace cosas terribles, con causa justificada. Esa es la magia. En toda novela brasileña hay una buena y una mala, pero aquí lo novedoso es que por venganza la buena hace maldades de todo tipo”, explica uno de los actores argentinos que participaron de la novela, junto a Daniel Kusniecka y Marina Gleyzer.

La audiencia que la telenovela brasileña acapara cada tarde generó su propia polémica en Argentina. Mientras muchos sostienen que el éxito recae únicamente en el enorme presupuesto con que cuenta, otros creen que el aspecto diferencial no es otro que... el enorme presupuesto con el que cuenta. Noher le agrega, a esos factores, una mirada adicional integral respecto del sistema de producción brasileño. “Las novelas en Brasil, tengan éxito o no, duran 8 meses. Se las sostienen”, reflexiona el actor. “En Brasil, por ejemplo, ya se sabe que en 2016 se va a estrenar la próxima novela de Carneiro. O sea: un autor tiene 4 años para planificar su próxima novela. Siendo un genio, además, tiene todo dado para que sea una gran novela. En el medio puede llegar a asesorar otros programas, pero no más que eso. El otro aspecto es el volumen: Brasil es un país de 200 millones de habitantes, mientras que en Argentina hay 40 millones. Todo hay que multiplicarlo por cinco. Respetan los cinco bloques porque tienen muchos anunciantes. Es una industria que funciona como un relojito. Por supuesto que hay matices. Hay mejor y peores autores, más y menos sofisticados. Lo que Carneiro consiguió es un nivel de popularización y sofisticación.”

El impacto del volumen presupuestario con el que contó cada producción no debe minimizarse: mientras en Argentina cada capítulo de una telenovela tiene un costo que varía entre los 50 y los 70 mil dólares, el presupuesto estimado de cada jornada de grabación de Escobar... fue de 164 mil dólares. La megaproducción de Caracol basada en el libro La parábola de Pablo, escrito por el ex alcalde de Medellín Alonso Salazar, contó para sus 113 episodios (la versión internacional es de 74) con 1300 actores, quienes le pusieron el cuerpo a una historia que fue grabada totalmente en exteriores, en más de 500 locaciones de Colombia y Estados Unidos. El guionista de la ficción que se centra en la vida de Pablo Escobar Gaviria (magistralmente interpretado por Andrés Parra) durante los ’80 y los ’90 es un experto en el tema: Juan Camilo Ferrand ya había abordado la temática del narcotráfico en series como Las muñecas de la mafia y El cartel.

Megaproducciones muy diferentes entre sí, lo cierto es que Av. Brasil y Escobar... parecen conjugar historias populares, altos presupuestos y personajes de ambigüedad moral interpretados por actores nuevos. Un coctel saludable para una pantalla chica que pide aire fresco.

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El actor Andrés Parra hace una interpretación magistral de Pablo Escobar Gaviria.
 
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