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Jueves, 14 de septiembre de 2006

TELEVISION › ENTREVISTA A SONYA WALGER

“Me convienen los papeles delicados”

La actriz de Lost habla de su trabajo en Hollywood y de su relación con la Argentina.

 Por J. G.

Sonya Walger, de madre inglesa y padre argentino, es ante todo una ascendente actriz de Hollywood a la que se pudo ver en el capítulo final de la segunda temporada de Lost. Su rostro tuvo a cargo el cierre del último episodio, como la inquietante Penny Widmore, novia de uno de los náufragos conocido como Desmond. Penny pasó, en la ficción, varios años pendiente de su pareja, perdido luego de un accidente marítimo en esa isla misteriosa del Pacífico mucho antes de que llegaran los sobrevivientes del vuelo 815 proveniente de Sydney. Penny Widmore será tal vez una figura fundamental para entender –el año próximo– por qué y cómo fue que llegó toda esa gente hasta ese confín. Y podría convertirse, de este modo, en el único nexo entre el mundo real y la isla de los misterios, en recompensa por su perseverancia. Luego se sabrá que también Sonya Walger espera, pacientemente, en busca de su salto a otro tipo de actuación.

Graduada en Letras en la Universidad de Oxford, mucho más que una cara bonita, Sonya es, además de una incorporación reciente y fundamental de Lost, una figura central de otras series que se vieron en la Argentina como CSI: New York y Numbers, lo que la convierte (gracias a su perfecto castellano y la facilidad de acceso que da su condición de sobrina de la periodista argentina Sylvina Walger) en una voz oportuna para conocer la industria de series por dentro y, en el mejor de los casos, para saber cómo sigue la trama de Lost el año próximo. ¿Podrá adelantar a qué respondió su mueca entre el horror y la alegría cuando un grupo de contratados por el emporio multinacional de su padre le avisa que aparecieron (en un paisaje parecido al del Polo) los primeros rastros de su prometido.

–Honestamente, yo nunca había visto la serie –admite Sonya Walger–. Al principio, cuando filmaron el piloto me postulé para Kate (la actriz Evangeline Lily). Pero como no quería mudarme a Hawai por tanto tiempo, quedó Evangeline. La producción ya había intentado contratarme varias veces y, al final, todo cerró para que aceptara representar a Penny. No sé cómo van a hacer para cumplir con todo lo que abrieron. Por el momento, han logrado contratarme para tres capítulos más....

–¿Alguna pista sobre cómo sigue, dónde están, en qué confín del mundo...? Usted es, en la serie, el único contacto entre la civilización y ese mundo perdido...

–Puedo decir que Penny Widmore (su personaje) es una mujer que sabe realmente lo que quiere y lo persigue sin temores. Es una mujer sensible pero fuerte a la vez. Y muere por Desmond. Aprovecha todos los recursos que tiene, su holgada posición económica, para encontrarlo. Ojalá pudiera aclarar qué fue ese llamado final que recibí, la cara de sorpresa, lo que anticipaba. Pero cuando filmé esa escena el director (J. J. Abrams, un maestro en el arte de narrar grandes intrigas en tours adrenalínicos con poca dosificación de datos) me dijo que pusiera cara de susto con una mezcla de tristeza. Les pedí que me dijeran qué es lo que estaba escuchando. Y me estaban pidiendo la reacción sin decirme a qué se debía. A lo mejor él no lo sabía tampoco.

Sonya, nacida en Londres, hija de padres divorciados, pasó temporadas en Buenos Aires visitando a su padre. “Papá volvió a la Argentina cuando yo tenía 10; cuando tenía 18, antes de empezar Letras en Oxford, vine un año a Buenos Aires y me sentí más argentina. Una vez por año vuelvo.” Su carrera –define– comenzó por una cuestión de suerte cuando un productor la vio en una puesta amateur de una obra de George Bernard Shaw y le presentó a los tres agentes más importantes de Londres. “Los tres se ofrecieron a representarme. Al principio me dediqué exclusivamente al teatro”, sigue. Su primera incursión hollywoodense, para TV, fue en el papel de la esposa en La mente de un hombre casado, miniserie que se vio en HBO también en Buenos Aires. “Ese fue mi gran salto, en un papel difícil; era una línea fina entre ser una mujer cálida y exigente en lo personal, pero a la vez entregada a su rol de esposa de este hombre casado”. Su papel de investigadora forense en CSI: NY (que aquí se ve por Sony) la conectó con la fascinación por la enfermedad y cadáveres que generan series y realities variados (desde Medium, CSI, Ghost whispered hasta el local E24) a nivel mundial.

–Creo que el boom mortuorio responde al momento histórico que estamos viviendo –razona Sonya Walger–. Papá me mandó un artículo de J. G. Ballard en el que se refiere a cómo el lugar de la muerte es central en nuestra cultura contemporánea. Y pienso que es así, mientras que décadas atrás sólo regía a los extremos de la sociedad, y no se hablaba tanto de eso. En la actualidad lo vemos como un tema dominante también en la tele. ¿Si me resultó impresionante el contacto con los cadáveres? Yo no era médica, me tocaba interpretar desde la teoría, llegando a conclusiones después de mirar las huellas.

–Luego de actuar en Lost, CSI, Numbers, ¿cree haber obtenido un master de interpretación dramática en series de acción?

–También en el telefilm El bibliotecario, de HBO, me tocó una heroína de acción, del tipo Lara Croft. Tuve que hacer karate, saltar de aviones, tirarme en paracaídas. Me resulta divertido, pero sólo para variar. No lo haría como constante en mi carrera. No me atraen esos papeles; prefiero los roles más profundos, donde domine la sutileza. Siempre hay margen para elegir, pero hay que tener paciencia y coraje para esperar... Tampoco quiero imponer una jerarquía de mejores y peores roles, pero estoy convencida de que me convienen los papeles delicados.

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Walger, londinense, hija de un argentino y graduada en Oxford.
 
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