Las planillas de rating del último día de septiembre, suministradas por Ibope, dan cuenta de que Telefé volvió a recuperar el liderazgo de la televisión argentina, tras dos meses a manos de Canal 13. En esa instantánea superficial que devuelve la planilla se percibe que el canal dirigido por Claudio Villarruel se impuso en la tabla general de septiembre con un promedio de 13 puntos, por sobre los 12,7 que marcó el 13. Cotejando esas cifras con las de agosto, se puede concluir que tanto un canal como otro perdieron audiencia en septiembre: mientras Telefé obtuvo 0,8 décimas menos que el mes pasado, la pantalla diseñada por Adrián Suar vio caer su sintonía en 1,2. Pero si se evalúan esos números en forma retrospectiva, surge un dato mucho más rico que el mero resultado que cada mes los canales líderes se encargan de publicar: el encendido de la TV, especialmente el de la TV abierta, va disminuyendo en forma constante, tal vez un signo que debería ser analizado y evaluado por quienes programan los contenidos de la TV abierta.

Antes de aludir a la evolución del encendido durante los últimos tres años, vale la pena analizar el mes que acaba de terminar. En septiembre, Telefé volvió a la cima de la TV nacional gracias a la diferencia que le saca al 13 durante los fines de semana, donde se impuso cómodamente gracias a largos maratones de un programa tan rendidor que ni siquiera le hace mella el hecho de que los capítulos se emitan en continuado (sin créditos) y se repitan una y otra vez: Los Simpson. El programa de Matt Groening es el as que hizo que Telefé ganara todos los sábados y domingos del mes pasado, con emisiones que se extienden por más de siete horas, con un promedio siempre superior a los 10 puntos. Sin ir más lejos, el último fin de semana el canal programó Los Simpson de 12 a 19 (el sábado) y de 12 a 18.30 (el domingo). De hecho, el 13 se impuso durante 17 de los 20 días hábiles de septiembre, donde de lunes a viernes gana por 14,6 contra 13,2 puntos.

Pero más allá de esta coyuntura se esconde una tendencia que debería alarmar a Suar y Villarruel, como también al resto de los hacedores de la TV. Es que la planilla también indica que el encendido de la TV abierta durante septiembre cayó 2,1 puntos respecto de agosto. Es decir: el rating acumulado entre los cinco canales de TV abierta alcanzó los 36,2 puntos, por debajo de los 38,3 del mes pasado. El principal factor de este descenso es estacional, debido a que el aumento de la temperatura hace que la gente no esté tan pendiente de la TV, como durante los meses más fríos. En tal sentido, se puede atribuir la baja del encendido a una cuestión que trasciende la pantalla y se arraiga en las costumbres cotidianas de las diferentes estaciones climáticas.

Sin embargo, una mirada en perspectiva sobre los últimos tres años muestra que, sin descuidar el papel que juega el elemento estacional, cada temporada la TV ve disminuir su encendido. Según un estudio realizado por la consultora EPM, sobre la base de TV Data de Ibope, mientras en el período de enero a julio de 2005 el encendido de TV fue de 32,5 puntos, en los mismos meses de 2006 el promedio cayó a 32,4 y este año el rating acumulado en ese lapso fue de 29. En tal sentido, es notorio cómo en 2007 –saturado de Bailando... y Patinando por un sueño y Gran Hermano, y con escasa ficción– se percibe una disminución de la audiencia respecto de los valores históricos de la TV en general.

Una explicación que se le puede encontrar a este fenómeno es que justamente se toma como período de referencia (2005 a 2007) los años en los que el consumo cultural –en general– y audiovisual –en particular– se vieron modificados por la masividad de los medios digitales, que renovaron viejas costumbres. En este razonamiento, los argumentos que explican la baja en el encendido de la TV podrían tener su anclaje en que el uso de la videograbadora, el DVD player o el videojuego le quitaron público a la TV. Sin embargo, vale decir que cuando se habla de encendido televisivo se está hablando de la suma de TV abierta, TV por cable y otros rubros, categoría que implica cualquier tipo de uso del televisor, por lo que la línea de análisis carecería de sentido. En todo caso, la utilización de la computadora, Internet y los reproductores portátiles podrían ser quienes le estén quitando horas de visionado a la TV.

Con esta aclaración, entonces, no puede soslayarse que la caída de la audiencia televisiva responde fundamentalmente a factores intrínsecos, además de los exógenos señalados. Y es en este aspecto en que el diagnóstico de la TV abierta es más oscuro aún, ya que el encendido de los cinco canales de aire disminuyó mucho más en ese terreno de la pantalla chica que en el de la TV por cable. En efecto, mientras el encendido de la TV abierta durante el período de enero a julio de 2007 respecto de los mismos meses de 2005 bajó un 16,1 por ciento de promedio (23 contra 19,3), en la TV por cable el descenso fue de tan sólo 0,5 por ciento (9,1 contra 8,6), ineludible muestra de que la TV abierta necesita reenfocar sus estrategias de programación a algo más que el minuto a minuto, si es que pretende conservar el lugar de privilegio que cosechó en generaciones pasadas.