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Lunes, 8 de septiembre de 2008

MUSICA › SE PRESENTó EN LA FERIA UN NOTABLE BOX SET DE AQUELARRE

Edición de lujo para un clásico

 Por Cristian Vitale

“¿Quiénes son?” “No sé, una banda de los sesenta.” Tres pelados, Emilio del Guercio, Héctor Starc y Hugo González Neira, más uno que tiene todo el pelo que ellos no, Rodolfo García, están presentando una joyita: el flamante box set de Aquelarre. La secuencia transcurre en el Bafim y llama la atención de una pareja categoría ’90. Tal vez, sea el inicio de un descubrimiento con perspectivas de deslumbre. Primero, ubicarse en tiempo y espacio: Aquelarre, aunque imbuido por esa aura, no fue específicamente un grupo de los sesenta. Duró entre 1971 y 1977 en dos partes: una, la más prolífica, en Argentina, signada por la edición de cuatro discos (Aquelarre, Candiles, Brumas y Siesta) y otra, más corta pero intensa –dos años, más de cien presentaciones–, en España. Segundo, entrarle como un grupo de excepción en la historia del rock de acá. “Aquelarre fue un grupo muy tesonero, laburador, por eso pudimos estar casi tres años en España. Muchas veces, la gente cree que los grupos nacen de hacer buenos temas y tener onda para tocar. No, además de tocar bien, ensayar y matarte, te tenés que poner en estado de comunicación”, dice Neira.

Además de los cuatro discos oficiales y el material en vivo registrado durante el regreso de 1998 (Corazones del lado del fuego), la caja editada por Acqua Records contiene la única canción que Aquelarre grabó “oficialmente” en España: “Mágico y natural”, exquisita pieza que una compañía medio piratona incluyó en el compilado Ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. “Hicimos un testeo con el sello, pero no llegamos a grabar un disco porque los tipos ponían condiciones demasiado beneficiosas para ellos, y nosotros ya estábamos curtidos en esa cosa de manoseo”, evoca Del Guercio. Otra de las gemitas que forma parte de Otras pistas, el disco de rarezas, es la versión desconocida –incluso para melómanos– que la banda tocaba en vivo: “El monstruo de la laguna”, de Pescado Rabioso. “La versión está tomada de un recital que hicimos en un plaza de toros. Alguien la tomó del aire y no tiene buen sonido, pero es piola como documento... como esa foto que guardás, así medio vieja, como un recuerdo lindo”, equipara Del Guercio.

La caja, que además trae un libro de 48 páginas con fotos desconocidas, crónicas periodísticas de la época, videos y una completísima biografía, resulta de un trabajo ciclópeo: cosas de derechos, plata, transfugueadas y omisiones. Dice García: “Hace años que venimos peleando para poder recuperar ese material, un poco con la idea de honrar nuestra situación de autogestionarios. Había tres compañías con material nuestro y siempre chocábamos con que una decidía mantenerlo en catálogo, otra no, y bajarlo siempre implica un trabajo dificultoso”. Afortunadamente, el paquete no impide que cada disco se comercialice por separado: Acqua pretende, para noviembre, hacer circular los discos individualmente.

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