espectaculos

Sábado, 21 de marzo de 2009

OPINIóN

El armazón invisible

 Por Horacio González *

Los libros de la Colección La Siringa, con sus frágiles tapas y su menudita tipografía, son una parte de lo que en la historia moderna del país podemos considerar un ejemplo de edición libertaria, de libros de trinchera. Recuerdo esos libros sobre antiguas mesas de mármol, en las noches del bar La Giralda de la calle Corrientes, repleto de humo, ginebra Bols y egregio utopismo. En nuestra rápida cultura de esos años, sonaba vagamente el nombre de Arturo Peña Lillo, pero no cultivábamos historias, anécdotas ni biografías de editores. Con los años, fui conociendo cosas de Peña Lillo, leí por fin su autobiografía y ahora, por un justificado engaño de la memoria, me parece natural que siempre hubiera estado allí, que fuera un hecho previsible que hubiera editado, muchos años antes, casi de casualidad, la Historia argentina, de Ernesto Palacio. Menciono a este autor, porque siempre lo leímos como si estuviera fuera de lugar. Peña Lillo, pienso ahora, parecía no tener un sitio específico, un lugar en los bares, pero era el armazón invisible de un cuerpo ansioso tendido colectivamente sobre las mesas de café.

* Director de la Biblioteca Nacional.

Compartir: 

Twitter

SUBNOTAS
 
CULTURA Y ESPECTáCULOS
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.