La trama de Tiempos compulsivos avanzará a partir de encuentros grupales diarios que los pacientes y los profesionales tendrán en la Fundación Renacer, el espacio terapéutico que atiende a pacientes ambulatorios. El doctor Ricardo Buso (Mirás) es el profesional que tiene a su cargo a un particular grupo de personas que padecen distintos tipos de compulsiones, a saber: Gerardo (Arengo) es un workaholic, adicto al trabajo y a la conectividad constante; Inés (Peterson) tiene una compulsión a la acumulación, obsesiva del orden y con trastornos alimentarios; Sofía (Gamboa) posee su cuerpo plagado de heridas y cicatrices que ella misma se inflige para opacar dolores más profundos; Teresa (Carrá) tiene múltiples personalidades, que pujan por prevalecer una sobre la otra; y Esteban (De la Serna) tiene el cuadro más complejo: es un psicópata mitómano, pero con una lucidez arrasadora. En encuentros diarios, Ricardo intentará aliviar el malestar que aqueja a sus pacientes, junto a su fiel colega y amigo Ezequiel (Minujín) y una nueva doctora que se suma a este trabajo multidisciplinario: la psicóloga Julieta Despeyroux (Krum). En clave dramática, aunque con algunas dosis de humor, la ficción mostrará el trabajo del equipo de profesionales que enfrentará a los pacientes a sus miedos, sus angustias y deseos, siendo el eje de sus propios dramas y, a veces, el reflejo o la multiplicación de los traumas del otro. En medio de esa rutina, los médicos no estarán exentos del tiempo que recorren: ellos también deberán luchar contra sus propios fantasmas, no muy diferentes de los que padecen los pacientes a los que deben curar.