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Domingo, 6 de agosto de 2006

Historial de resistencia

Es cierto que la resistencia no comenzó con T.A. La lucha se libraba desde antes, y de manera personal o en pequeños grupos, como el que condujo Raúl Serrano en el Teatro IFT. Este maestro de actores que dirigió en 1981 El que me toca es un chancho, de Drago, había presentado en la sala de la calle Boulogne Sur Mer una versión de El proceso, de Franz Kafka, donde se refería a “organizaciones que secuestraban ciudadanos y los mataban sin que se supiera por qué”. Hubo que convencer a un coronel que presenció una función de que eso sucedía en Praga. “Ese coronel no era ningún estúpido, pero dejó que la obra siguiera”, contó Serrano. No fueron pocos los autores, directores e intérpretes que intentaron hallar su lugar en un tiempo donde abundaban las encerronas. Las listas negras daban cuenta de aquellos que no debían ser contratados. En esas listas, el color negro era para los prohibidos, el marrón y gris para dos tipos de “dudosos” y el rosa para los homosexuales. La declaración que precedió al ciclo de 1981, la respuesta a la pregunta ¿por qué hacemos Teatro Abierto? Y las vivencias de los artistas han quedado plasmadas en el testimonio fílmico de Arturo Balassa, País Cerrado, Teatro Abierto.

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