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Domingo, 11 de febrero de 2007

CINE › JORGE MARRALE ANALIZA SU PAPEL EN LA PELICULA

La dificultad de un personaje

 Por Oscar Ranzani

Jorge Marrale fue el encargado de ponerle cuerpo y alma al padre Mario en Las manos. Pero su trabajo con Doria se remonta prácticamente a los comienzos de su carrera como artista. “La primera Alta Comedia la hice en los años ’70, dirigido por él y tenía que ver con los siete pecados capitales. O sea que lo conozco a Alejandro calculo que desde 1974”, cuenta Marrale, y asegura que se cruzaron tanto en sus vidas como en los trabajos “varias veces”. Marrale participó en su segunda película, Contragolpe, donde “hacía de un oficial de justicia. Trabajé en Darse cuenta, haciendo de un médico medio cretino y todo el período de Atreverse”. Hasta Las manos.

Marrale comenta que trabajar con Doria “es algo muy particular porque Alejandro ha creado su molde y con él se romperá, se terminará con él porque es único. Tiene una mirada sobre lo dramático, sobre el arte dramático y sobre el trabajo del actor muy particular. Es un hombre que se maneja con mucha libertad expresiva. Si bien tiene muy claro lo que quiere hacer, es muy libre. Yo en Las manos tuve toda la capacidad y la posibilidad de sumar lo mío al guión que él hizo con Stagnaro”.

Durante la filmación “fue todo muy armónico” y “no era una película sencilla de hacer sobre todo porque el del padre Mario Pantaleo era un personaje que había dejado un recuerdo muy vivo. Así que no era sencillo para mí. Pero tanto Alejandro como yo sabíamos que teníamos que sumergirnos en lo que era la historia del guión. Y el guión tiene una parte de realidad y también una parte de ficción. Con lo cual hicimos una construcción. El tenía claro lo que quería filmar y yo tenía claro lo que quería actuar. Eso siempre facilita las cosas”.

Respecto de la composición del personaje, Marrale sostiene que si bien es dramático, “no le quité humor. Donde pude meterle humor lo hice”. El actor asegura que el del padre Mario es “un personaje complejo porque fue una persona abandonada desde pequeña y pudo revertir su historia personal acompañando y no abandonando a tanta gente. Eso fue lo que más me atrajo del personaje y me pareció como una clave del film: cómo alguien abandonado en la niñez podía transformar ese abandono y no transformarse él mismo en una persona esquiva o poco afectiva”.

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