futuro

Sábado, 15 de noviembre de 2003

FINAL DE JUEGO

Donde se sigue con las historias epicúreas y se propone un enigma aritmético

 Por Leonardo Moledo

–Me gusta Aristipo –dijo el Comisario Inspector–. El otro día sólo pudimos contar algunas historias, pero hay muchas más.
–A mí también me gusta –dijo Kuhn–. Tanto, que estoy por volverme epicúreo, dejando de ser estoico.
El Comisario Inspector lo miró extrañado. Dudaba, por lo visto, de la sinceridad de Kuhn.
–Todas estas son anécdotas que cuenta Diógenes Laercio en su Vidas de filósofos ilustres. Una vez, Aristipo pasaba por donde Diógenes estaba lavando unas hierbas y Diógenes le dijo: “Si hubieras aprendido a prepararte esta comida, no solicitarías los palacios de los tiranos”. Y Aristipo le contestó: “Y si tú supieras tratar con los hombres, no estarías lavando hierbas”. Cuando le preguntaron qué era lo que había sacado de la filosofía, respondió: “El poder conversar con todos sin miedo”.
–Como yo –dijo Kuhn–. Cuando uno adhiere a la teoría de los paradigmas, puede conversar con cualquiera sin miedo, porque siempre puede decirle: “Lo siento, estamos en diferentes paradigmas”.
–Eso puede decirse aunque uno no adhiera a la teoría de los paradigmas -dijo el Comisario Inspector–. Una vez Dionisio le preguntó por qué los filósofos iban a visitar a los ricos, y los ricos no iban a visitar a los filósofos. Aristipo le contestó: “Porque los filósofos saben lo que les falta, pero los ricos no lo saben”.
–Es lo que yo digo –dijo Kuhn–. Aristipo y Dionisio estaban en diferentes paradigmas.
–Pero que no eran inconmensurables –dijo el Comisario Inspector–. Al contrario, eran muy conmensurables. Estoy seguro de que Dionisio le pagaba a Aristipo exactamente para que le diera esas respuestas despectivas.
–Ya tendríamos que proponer el enigma –dijo Kuhn.
–Hay una historia de Aristipo muy a propósito –dijo el Comisario Inspector–. Una vez le propusieron un enigma, y como le exigieran la solución, él dijo: —¿Cómo quieren, ¡oh necios!, que desate una cosa que aún atada nos da en qué entender?”
–No entiendo –dijo Kuhn.
–Yo tampoco –dijo el Comisario Inspector–. Debe ser un problema de traducción, o del mismo Diógenes Laercio. Respecto del enigma. El número 124 tiene una curiosa propiedad: si se lo corta en dos en cualquier lado, 1/24 o 12/4, uno de los dos números es múltiplo del otro. ¿Cuál será el mayor número de cifras diferentes con esta propiedad?

¿Qué piensan nuestros lectores? ¿Cuál será? ¿Y qué piensan de los paradigmas epicúreos de Kuhn?

Correo de lectores

Solucion: Epicteto y Aristipo
En el improbable caso de que Epicteto tuviera amigotes que escupen, intentaría una respuesta que no esté basada en sentimientos irracionales, como la humillación o el deshonor, y que incluya una dosis de resignación para cumplir el destino propio. Para rendirle honores al Tirano de Siracusa, racional y resignadamente, no le hubiera quedado otro camino que devolverle el escupitajo.
Si consideramos que solamente lucró con la trampa de los platillos, sin agregarle margen de utilidad a la fava de lana, creo que Aristipo pagó 187 óbolos con 5 decióbolos, sin importar la cantidad adquirida.
Jorge Puccio
Santa Fe

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