futuro

Sábado, 22 de marzo de 2003

Que pasa cuando el sexo no es divertido

Francisco Argañaraz: En los últimos siglos aparece el placer unido al sexo, y eso es lo que hace que el sexo se transforme en divertido, y que pierda ese exclusivo afán reproductivista. Pero para que uno pueda gozar de este placer sexual deben conjugarse muchos elementos, desde lo orgánico hasta lo psíquico. Dentro del componente orgánico existe lo que se llama “el principio del placer”, centros psíquicos que son activados cuando uno tiene experiencias sexuales buenas; incluso se ha dicho que es el fundamento biológico del amor. Y es un mecanismo que se retroalimenta; uno busca nuevamente las experiencias que le han sido gratificantes, y tiende a la repetición.
También importante es la cuestión hormonal. Y la hormona fundamental es la testosterona, que es la hormona del deseo tanto para hombres como para mujeres. En hombres la cantidad es mucho mayor; pero ambos la necesitan porque genera el deseo de encontrarse sexualmente con otra persona, genera la fantasía, los sueños eróticos.
Pero de todos modos el factor más importante es el factor psíquico, que es lo que activa lo orgánico, a pesar de que se da una constante interacción. Por ejemplo, experiencias sexuales traumáticas producen alteraciones endocrinas que hacen que disminuya la testosterona. Hay una gran variedad de alteraciones, que muchas veces tienen que ver con información errónea, lo que suele llamarse “mitos sexuales”, que continúan en nuestros días (personalmente lo puedo ver todos los días en el consultorio). Uno de los mitos más grandes tiene que ver con el tamaño del pene, cuya percepción es distinta en hombres y mujeres. Los hombres siempre lo ven chico, y buscan mil formas de medírselo. Por otra parte, en el campo de la sexología se decía habitualmente que a las mujeres no les importaba el tamaño, porque para el orgasmo lo que se estimula es el clítoris y el tercio externo de la vagina, sin importar el tamaño del pene. Pero últimamente se planteó un debate después de que en un congreso se hiciera una encuesta en la que se preguntaba a las mujeres qué opinaban del asunto: mientras que a algunas no les importaba en absoluto, a otras sí les importaba mucho, no tanto por la anatomía en sí, sino por la fantasía de un órgano grande (la fantasía actúa sobre nuestro cerebro, y se sabe que nuestro cerebro es el principal órgano sexual que tenemos).
Entonces, pasa que llegar al orgasmo requiere que se den un montón de pasos previos que no siempre se logran dar. Y nadie nunca nos enseñó nada de todo esto, y es más difícil porque es común ocultar la ignorancia, “nosotros sabemos todo” parece ser el lema. El hombre no sabe cómo estimular a la mujer, y la mujer no se comunica para contar qué es lo que más le gusta. Viene entonces una pareja y me dice que ella no tiene orgasmos y él tiene eyaculación precoz; y es porque ella no fue suficientemente estimulada y él, no bien tuvo una erección, penetró. Se olvidan los juegos y la estimulación previa. Generalmente eso las parejas no lo saben. La sexualidad es algo que se aprende, y muchas veces se aprende mal. Y pasan muchos años hasta que las parejas se dan cuenta de que algo anda mal, y deciden la consulta. El sexo es divertido... sólo si uno sabe cómo hacerlo.

Compartir: 

Twitter

SUBNOTAS
 
FUTURO
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.