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Sábado, 18 de octubre de 2003

Prostata que me has hecho mal

Hiperplasia benigna de la próstata: Más frecuente a partir de la sexta década de vida, esta afección consiste en el agrandamiento no tumoral de esta glándula que rodea la uretra y que al crecer la va apretando, obstaculizando el flujo de la orina.
El primer síntoma es una dificultad para orinar o una sensación de que no se ha vaciado la vejiga. Lo que es cierto, y a su vez obliga a orinar cada vez con mayor frecuencia. Otros síntomas son la presencia de sangre en la orina y fiebre, como resultado de infecciones urinarias secundarias a la hiperplasia.
Existen fármacos que permiten aliviar los síntomas, aunque la reducción de la próstata a tamaños más normales corre por cuenta del cirujano. Luego de la cirugía, un 5% experimenta incontinencia urinaria y, en menor proporción, alguna disfunción eréctil.

Cáncer de próstata: De causa aún desconocida, es extremadamente frecuente. Generalmente no presenta síntomas, por lo que cuando es diagnósticado a través de un examen de rutina (dosaje de antígeno prostático específico o PSA en sangre y examen rectal) suele encontrarse en estadíos avanzados. Cuando sí presenta síntomas, éstos se asemejan a los de la hiperplasia prostática benigna.
Existen varias opciones de tratamiento (muchas veces utilizadas en combinación), como la radioterapia, la braquiterapia, la cirugía o los tratamientos hormonales. Sus más frecuentes efectos secundarios son la incontinencia urinaria y la disfunción eréctil. Para evitarlos, si el tumor no se encuentra muy avanzado y progresa lentamente puede optarse por un monitoreo médico periódico hasta que médico y paciente decidan encarar alguno de los tratamientos.
La castración (extirpación de ambos testículos) con el fin de reducir los niveles de testosterona, relacionados positivamente con el crecimiento tumoral, es un opción con un elevado costo físico y psicológico para el paciente. Aun así es eficaz.

Prostatitis: es una inflamación de la próstata, que en algunos casos puede ser secundaria a una infección del tracto urinario. Su síntoma principal es el dolor en la zona afectada, aunque puede incrementarse la necesidad de orinar o aparecer sangre en la orina. Cuando es de origeninfeccioso bacteriano se recurre a antibióticos; si no, los baños de asiento calientes, el masaje periódico de la zona y la eyaculación frecuente son actividades recomendadas.

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