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Viernes, 26 de junio de 2009

DIEZ PREGUNTAS

A Maria Elena Naddeo

 Por Roxana Sandá

¿Por qué deberían votarla a usted?

–Porque represento a una lista independiente del gobierno nacional y fuertemente opositora al macrismo. Porque cuando fui legisladora en la primera Legislatura porteña, fui coautora de leyes importantes que hoy están en vigencia, como la Ley 114 de Protección integral de derechos de los niños/as y adolescentes, el registro de deudores alimentarios morosos o la creación en el área educativa de la carrera superior de enfermería. Porque como presidenta del Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, inaugurado en la gestión de Aníbal Ibarra, ampliamos y desarrollamos la Red de Defensorías Barriales, pusimos en marcha el programa de talleres de Sexualidad, género y derechos en las escuelas secundarias de la Ciudad, y la primera campaña contra la explotación sexual infantil, nunca más reiterada.

Usted fue titular del Consejo de Niños, Niñas y Adolescentes de la Ciudad. ¿Cuáles son las deudas pendientes con ese sector?

–Las deudas tienen que ver con la necesidad de dotar al personal especializado de infancia y adolescencia de estabilidad, de organizar la carrera definitiva con un escalafón propio y unificado. El proceso estaba en marcha y como tantas otras cuestiones que se interrumpen con los cambios de gobierno, no fue continuado, pero puede abordarse desde la Legislatura. Por otra parte, es necesario ampliar las competencias de los equipos técnicos y profesionales para que cuenten con los recursos necesarios cuando adoptan una medida de protección integral o excepcional. Si el organismo de infancia establece que un niño y su familia deben ser incluidos en un programa social, el área respectiva tiene que brindar la respuesta necesaria. Estamos proponiendo la declaración de emergencia de las áreas de infancia y de asistencia en adicciones, muy golpeadas por los recortes y despidos que se están llevando adelante en la Ciudad.

¿En qué piensan las porteñas cuando ven como favoritas a Elisa Carrió o a Gabriela Michetti?

–No es solamente un tema de “las” porteñas, también reciben un voto fuerte masculino. Son figuras con mucha instalación mediática, con apoyos de distintos sectores del poder económico, religioso y político. Elisa Carrió evoca la experiencia fallida de la Alianza, Gabriela Michetti concentra los votos de centroderecha, una versión light del menemismo.

¿Por qué cree que las agendas políticas de esta ciudad nunca terminan de incorporar las temáticas de género ni las de infancia?

–La Ciudad incorporó con mucha fuerza las temáticas de género y de infancia: en la Constitución porteña, en la primera Legislatura con normas importantísimas, en la propia creación del Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, en la puesta en marcha de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva para toda la población en edad fértil. Se crearon además programas de avanzada, como los servicios de atención a víctimas de delitos sexuales en los hospitales Muñiz, Alvarez y Pirovano, articulados con la Dirección General de Mujer. En esta etapa estamos retrocediendo y en la Legislatura porteña, por ejemplo, no se logra la aprobación del procedimiento para habilitar en sede administrativa los abortos no punibles, es decir aquellos que están comprendidos en el actual Código Penal, pero que todavía son objetados por determinados sectores que piden intervención judicial. ¿Causas del retroceso? Básicamente la dispersión de proyectos de los grupos y sectores políticos y sociales que compartimos los mismos principios.

Elija la foto que más la impresionó de estos últimos días.

–La foto que más me impresionó fue la del PRO llevando una oreja gigante como símbolo de escuchar a los vecinos, mientras hacen lo contrario a lo que prometieron en la campaña de 2007: no escuchan a los ciudadanos, ni a los maestros, ni a los profesionales de la salud, de la niñez, ni a los bloques de los distintos sectores políticos. Contradicciones elementales.

¿Abortó alguna vez?

–No, por el contrario, hice muchísimos tratamientos de fertilidad asistida.

¿Alguna vez la manosearon en el colectivo? ¿Qué hizo?

–Más de una vez. Mi respuesta en general fue pegar un codazo lo más fuerte posible y gritar todo lo que me permitían las circunstancias. Las chicas jovencitas, las nenas, son quienes más sufren en silencio el acoso sexual en los colectivos. Hay que decirles que pidan ayuda a cualquier persona que tengan cerca, que no se queden en silencio frente a la perversión.

¿Para qué cosas cree que resulta imprescindible?

–Como decía Bertolt Brecht, todos los que trabajamos intensa y cotidianamente, con convicciones y objetivos claros, para hacer esta sociedad más igualitaria y más justa, somos imprescindibles. Cambiaría el sentido de mi respuesta para indicar más humildemente un rasgo característico de mi trabajo personal, bien diferenciado de otros y otras colegas: desde posturas claramente de izquierda he podido y puedo construir consensos para concretar leyes y acciones de gobierno.

¿Cuándo le cuesta más decir no?

–Cuando me piden las cosas con amabilidad y ternura. Si me enfrentan con exigencias y violencias, me resulta mucho más fácil la negativa.

Si tiene la chance de hacer efectiva una ley, ¿cuál sería?

–Es muy difícil elegir solamente una ley. En la Legislatura actual, en la cual soy asesora, estamos intentando que se apruebe la declaración de emergencia de los servicios de protección de derechos de la infancia, para dotarlos de nuevas partidas presupuestarias, con control parlamentario. Esta norma tiene una urgencia particular. En la próxima Legislatura vamos a impulsar la creación de un Fondo Integral para el acceso a la vivienda, destinada a las personas y familias con ingresos que no alcanzan a cubrir las exigencias de las tasas bancarias actuales. Un fondo que subsidie los créditos hipotecarios del Banco Ciudad, con cuotas bajas, para concretar el sueño de una primera vivienda, eliminando numerosos obstáculos burocráticos actuales.

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* Profesora de Historia de la Universidad de Buenos Aires, posgrado en estudios de género. Candidata a legisladora por Diálogo por Buenos Aires. De 1993 a 2000 se desempeñó como concejala porteña y legisladora por el Frente Grande y el Frepaso, respectivamente. Fue presidenta del Consejo de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes. Integra el Consejo de Presidencia de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) y coordina el Instituto Latinoamericano de Estudios Políticos y Sociales.
 
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