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Viernes, 8 de octubre de 2004

EL MEGáFONO

2º Llamado a la Acción 2004

Por La Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe*

A una década de la ratificación de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer, Convención de Belem do Pará, La Red desea dar continuidad al llamado a la acción lanzado el año pasado para la Campaña 25 de Noviembre y al esfuerzo iniciado en el 2003 por diversos grupos que trabajan en la región en pro de los derechos humanos de las mujeres, en especial, su derecho a vivir libres de violencia. Agradecemos el apoyo de las 90 organizaciones participantes en esa jornada de activismo, representando a 11 países de la región e involucrando a una población de más de 12 mil personas, y las instamos a continuar este esfuerzo, ojalá involucrando a nuevas organizaciones sensibles a esta temática.
La importancia de esta Convención ha sido significativa para los derechos humanos de las mujeres, pues tiene características que la distinguen de otros convenios o tratados internacionales. Puede decirse que es uno de los textos jurídicos que más ha ayudado a esclarecer que la violencia contra las mujeres es una violación a sus derechos humanos, y que todos los sectores sociales y también los Estados son responsables de que no siga ocurriendo. Por tanto, rompe con el remanido concepto de que los actos de violencia y abuso contra las mujeres constituyen hechos del ámbito privado, y que por ende se los considera de natural ocurrencia.
Sin embargo, una de las conclusiones de la campaña del 2003 fue que, en general, los grupos de mujeres manifiestan un nivel de desconocimiento del potencial intrínseco de protección de los derechos humanos de las mujeres que caracteriza a la Convención de Belem do Pará. Por ende, no se ha realizado en el curso de la década una vigilancia ciudadana efectiva y permanente de su implementación en los países, ni se ha planteado con suficiente fuerza a los Estados ratificantes la urgente necesidad de que la apliquen en toda su extensión y promulguen leyes contra la violencia en los contextos nacionales. O bien, si esas leyes existen, no se ha exigido que se constituyan en instrumentos realmente efectivos para la denuncia de la violencia contra la mujer y para la sanción de los agresores.
La realidad de la región –y de todo el mundo– es que la violencia hacia las mujeres y las niñas es un fenómeno grave, frecuente y con profundos efectos en la vida y salud de las afectadas. No hay perfiles únicos de mujeres agredidas, cualquiera puede serlo: jóvenes y ancianas, mujeres casadas o solteras, mujeres de sectores populares o pertenecientes a clases acomodadas. Especialmente grave es el panorama en aquellos países afectados por una situación de conflicto armado. Ante este desolador panorama, la Red de Salud ha estimado necesario continuar apoyando las actividades de las organizaciones de mujeres tendientes a lograr que los contenidos de esta Convención histórica se constituyan en elementos clave en la defensa de la integridad de las mujeres y niñas, y en la reafirmación de sus derechos en todos los ámbitos de la sociedad.

* [email protected], recepción
de proyectos hasta el 10 de octubre.

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