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Lunes, 27 de mayo de 2002

FúTBOL › LA MITAD DE LOS FUTBOLISTAS JUEGA EN LAS CINCO LIGAS MAS FUERTES DE EUROPA

Un Mundial desnacionalizado

El concepto de “equipo nacional” se ha desnaturalizado: las ligas de Inglaterra, Italia, España, Alemania y Francia aportan casi el 50 por ciento de los futbolistas que jugarán el torneo; en la Premier League inglesa juegan 105 mundialistas, uno de cada siete convocados. la Selección Argentina es una de las más globalizadas del torneo, en el que los pases de camiseta se han multiplicado.

 Por Pablo Vignone

A su regreso de la gira que realizó por Europa la semana pasada, el presidente argentino Eduardo Duhalde confesó a sus allegados la perplejidad que le suponía haber descubierto “que el mundo estaba tan globalizado”. Para derribar su creencia antediluviana le habría bastado con dar una ojeada a las listas de buena fe de las 32 selecciones que tomarán parte, desde el viernes, en el Mundial de fútbol. Casi la mitad de los 736 futbolistas convocados no juega en un equipo de su país sino en uno extranjero. Y esa transnacionalización sigue una dirección unívoca: el 47 por ciento de los jugadores actúa en alguna de las cinco ligas más poderosas del mundo: las de Italia, España, Inglaterra, Alemania y Francia, que conforman una suerte de Primer Mundo futbolístico, signado por la conjunción entre nivel técnico y poderío económico. Con un dato adicional: de las selecciones candidatas a ganar el título mundial, la Argentina es la que más jugadores tiene jugando en el exterior.
Son 32 selecciones con 23 futbolistas cada una las que jugarán el Mundial. De esos 736 jugadores, 105 juegan en el fútbol inglés, 75 en el fútbol italiano, 58 en el alemán, 57 en el español y 55 en el francés. Esos 350 futbolistas que se desempeñan en las cinco ligas más poderosas del fútbol mundial echan por tierra la concepción tradicional que dio origen a la historia de los Mundiales –la del torneo como choque de naciones– que está en crisis aunque no afecte el negocio de la Copa del Mundo. El lugar de origen como símbolo de un estilo ha dejado de tener sentido porque los futbolistas ya no representan la idiosincrasia de su país sino la del nivel económico que los atrae.
Un dato lo confirma: uno de cada siete jugadores que actuarán en el Mundial proviene de la Premier League Inglesa, distribuidos en 22 de los 32 equipos participantes. Curiosamente, Inglaterra no es la selección que más jugadores ha extraído de su propio torneo. El entrenador de la República de Irlanda, Mike McCarthy, extrajo sus 23 preferidos de las filas del fútbol inglés; Sven-Goran Eriksson sólo eligió 22: el único “extranjero” es Owen Hargreaves, de extraño origen (ver aparte), quien integra el plantel del Bayern Munich alemán.
En la tabla de los países que tienen más jugadores actuando en el exterior, la Argentina está cuarta, detrás de Camerún e Irlanda, cuyos planteles están conformados íntegramente por futbolistas “extranjeros”, y de Senegal, que sólo tiene un jugador, el arquero Kalidou Cissoko, actuando en el fútbol de su país. La convocatoria de Marcelo Bielsa incluyó a 21 futbolistas que juegan en el exterior, 19 de los cuales lo hacen en ese reducido grupo de ligas del Primer Mundo: 8 en Italia (Batistuta, Crespo, Simeone, Zanetti, Samuel, Claudio López, Chamot y Almeyda), 7 en España (Burgos, Cavallero, Bonano, Ayala, González, Gustavo López y Aimar), 2 en Francia (Pochettino y Gallardo), uno en Inglaterra (Verón) y uno en Alemania (Placente). Un caso especial es el de Juan Pablo Sorín: acaba de pasar al Lazio, desde el Cruzeiro de Brasil. El último de los extranjeros es Caniggia, que disputa la Liga de Escocia, un torneo “menor” desde el punto de vista de las finanzas. Los dos “locales” son Claudio Husain y, otro caso similar al de Sorín, Ariel Ortega, que acaba de pasar al Fenerbahce de Turquía.
La hipótesis de la dominación ecónomo-futbolística que el poderoso fútbol europeo ejercería sobre la debilidad estructural de la actividad en América latina no es del todo consistente, pero tiene de dónde agarrarse: a los 21 “extranjeros” de la Argentina, se suman los 15 de Uruguay, el 65 por ciento del plantel, de los cuales 14 actúan en las ligas centrales. Por el contrario, de los 14 extranjeros de Paraguay (el 60 por ciento), sólo tres futbolistas actúan en esas ligas poderosas; hay dispersión por la periferia latina (4 en México, 3 en la Argentina, uno en Brasil y uno en Chile) y europea (en Portugal y Grecia).
El Brasil es otro caso curioso. Como publicó Líbero la semana anterior, hay más jugadores brasileños que argentinos jugando en el exterior. Sinembargo, más de la mitad del plantel convocado por Luiz Felipe Scolari juega en su propio país. El controvertido entrenador sólo convocó a once futbolistas del exterior, todos actuando en las ligas centrales. La conclusión no es tan obvia; o el fútbol brasileño es más poderoso que el argentino en términos económicos –y eso le permite retener mejor a sus jugadores más dotados– o, simplemente, la visión de Bielsa es más eurocéntrica que la de Scolari. Es evidente: la dinámica de la Selección Argentina es netamente europea, mientras que los brasileños, aunque a los tumbos, respetan su propio estilo.
Más al norte, la transnacionalización es casi nula; Ecuador sólo tiene cuatro extranjeros: dos en el fútbol central (en Inglaterra) y dos en el de los “suburbios” (en México y Escocia). México y Costa Rica sólo convocaron a tres “extranjeros” cada uno. Tiene que ver con la escasa calidad técnica del fútbol de esos países, que exportan pocos jugadores. Pero no escapan a la regla: de esos seis futbolistas extranjeros, cinco juegan en equipos de las ligas centrales.
Si la globalización en términos sociales señala en dirección a los Estados Unidos, en el fútbol la flecha apunta indudablemente a Europa, al punto que la selección de las barras y las estrellas tiene más de la mitad de su plantel jugando del otro lado del Atlántico. Los influencia el idioma: seis de los 12 futbolistas “extranjeros” de los EE.UU. actúan en clubes de Inglaterra.
La fortaleza de la dominación se advierte en un dato concreto: las selecciones que representan a las cinco ligas más poderosas, las de Italia, España, Inglaterra, Alemania y Francia, también tienen jugadores actuando en el “extranjero”... que no son más que esas mismas ligas. El entrenador de Alemania, Rudi Voeller, llamó a 20 jugadores de la Bundesliga, y sólo convocó del extranjero a Ziege (que juega en el Tottenham inglés), Hamann (del Liverpool) y Bierhoff (del Monaco francés). Giovanni Trapattoni sólo “repatrió” a un jugador: Francesco Coco, del Barcelona... y José Antonio Camacho devolvió gentilezas, porque el único español convocado que no juega en la Liga de España es Gaizka Mendieta, jugador de la Lazio.
El caso especial en la cima del poderío es el campeón del mundo, Francia: “repatrió” al 80 por ciento de su plantel: 18 de los 23 elegidos por Roger Lemerre no juegan en la Liga de Francia. Pero lo hacen en Inglaterra (8), Italia (5), España (3) y Alemania (2). La explicación es que la Liga de Francia es la menos poderosa de las cinco grandes y la de menor convocatoria.

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Japoneses hinchas de Inglaterra: hay jugadores de la Premier League en 22 de las 32 selecciones.
 
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