Lunes, 28 de noviembre de 2011 | Hoy
CONTRATAPA › ROGER FEDERER SUPERó AL FRANCéS TSONGA EN LA FINAL DE LONDRES
El suizo ganó 6-3, 6-7 (6-8), 6-3 y consiguió el título número 70 de su carrera, en cien finales disputadas. “Es maravilloso para mí, estoy muy feliz”, dijo el ganador, con los ojos humedecidos.
Por Sebastián Fest
Desde Londres
Mirka Vavrinec empuñó un iPhone blanco y registró el momento: no era para menos, su esposo, Roger Federer, acababa de lograr un triunfo que agiganta su figura en los libros de historia del tenis. Y mientras ella tomaba fotos, el seis veces campeón del Masters estaba al borde de las lágrimas, asunto parcialmente disimulado por la lluvia de papelitos que le daba color al ambiente del perfecto O2 Arena de Londres. Federer suele admitir sin tapujos que llora con facilidad, que las primeras lágrimas que descubrió en el deporte fueron las de la tristeza, pero que hace años que en los momentos felices se quiebra. Y el de ayer, sin dudas, lo era. No sólo por el sexto título en el torneo de los maestros, luego de superar 6-3, 6-7 (6-8), 6-3, en dos horas y 19 minutos al francés Jo-Wilfried Tsonga, ése en el que cada partido es digno de una final de Grand Slam, sino porque haber superado los cinco títulos de leyendas como Ivan Lendl y Pete Sampras es un logro notable del suizo. Pero los records se acumulan.
Federer es, por ejemplo, el jugador más veterano en haber ganado el Masters. El rumano Illie Nastase lo ganó en 1975 con 29 años, pero el suizo ya tiene 30. Y además termina por novena temporada consecutiva entre los tres primeros del mundo, tras recuperar con su racha final de títulos en Basilea, París y Londres ese tercer puesto que le había quitado en octubre el británico Andy Murray, al enhebrar tres triunfos en Asia.
“Es maravilloso, estoy muy feliz”, indicó Federer al momento de sellar el triunfo. “Creo que tendrás una gran temporada el año próximo, todo lo mejor para ti, Jo (al referirse a Tsonga)”, añadió el ex número uno del ranking del ATP.
Federer logró su octava victoria en 11 enfrentamientos con Tsonga (número seis del mundo), que perdió así por tercer domingo consecutivo con el suizo, implacable en la final de París-Bercy y ocho días antes en el partido inaugural del Masters. Además de llevarse 1.630.000 dólares y 1500 puntos para el ranking de la ATP, Federer cerró un 2011 complicado para él con la confianza al máximo, a pesar de que es la primera temporada desde el 2002 en la que no ganó al menos un torneo de Grand Slam.
El ganador sólo mostró dudas ayer cuando dispuso de una ventaja de 5-4 y su servicio para rematar el partido en el segundo parcial. Allí se esfumó el primer servicio del suizo, que quedó 0-40 y permitió la reacción de Tsonga. El tie break, en el que dispuso de una ventaja de 5-4 y dos saques, lo vio flaquear nuevamente, porque falló una derecha para quedar 5-5. Pero un ace lo situó match point, situación que Tsonga revirtió con una furiosa derecha invertida.
El francés apretaba el puño un minuto más tarde, porque el segundo set estaba en su bolsillo. El parcial final, tenso y sin puntos lucidos, vio a Federer más frío que el francés y capaz de quebrar para situarse 5-3. Esta vez no perdonó, para definir en la red con una volea de derecha antes de que a sus ojos, una vez más, asomara algo muy cercano a lágrimas de felicidad.
Federer jugó ayer su final número 100 y ganó el título número 70, para extender a 16 sus partidos ganados consecutivamente. Federer no pierde desde aquella aciaga semifinal del US Open ante Novak Djokovic, el 10 de septiembre último en el que tuvo dos match points, el partido en sus manos y perdió. Es cierto que reaccionó a ese duro golpe en el mejor de los ambientes posibles, el del tenis bajo techo, donde no hay viento, sol, polvo ni irregularidades que perturben su juego de estilista. Pero también es cierto que tantos triunfos revitalizan el ánimo de un jugador al que últimamente se le preguntaba demasiado si pensaba en el retiro.
No hay retiro a la vista para Federer, que ya se probó los modelos de su patrocinador de indumentaria para la temporada 2013, y que ahora puede irse de vacaciones y organizar una pretemporada apuntándole a su gran objetivo: el “doble Wimbledon”, un séptimo título en la “catedral” del tenis seguido, un mes más tarde, del oro olímpico sobre el mítico césped del All England Club.
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