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Lunes, 5 de mayo de 2003

DE LA HOYA VOLVIO Y GANO POR KO TECNICO

Páguenme, que me entreno

Por D.G.

Oscar de la Hoya retuvo sin inconvenientes su título mundial CMB-AMB de los superwelters. Sobre el ring del Mandalay Bay Casino y Hotel de Las Vegas, derrotó por nocaut técnico a los 2 minutos y 54 segundos del 7º round al mexicano Luis Ramón “Yori Boy” Campas y ahora espera a uno de sus dos vencedores en el profesionalismo, Sugar “Shane” Mosley, quien le dará desquite el 13 de septiembre próximo en el Hotel MGM de Las Vegas.
El objetivo del Golden Boy se cumplió tal cual: la idea era sumar una pelea sin demasiadas exigencias de cara a la revancha con Mosley, que es lo único que verdaderamente le importa. Y Campas le vino como anillo al dedo. El mexicano, un noqueador de perdedores que siempre perdió la pelea que debía ganar, es un veterano de 31 años, con 16 temporadas de batalla sobre la espalda (combate profesionalmente desde los 15) al que el Consejo clasificó en el 15º puesto de su ranking de los superwelters para que estuviera en condiciones reglamentarias de poder desafiar a De la Hoya. Le armaron sin disimulos una pelea sin riesgos a Oscar. Y así salió.
Tan sencillo le resultó el combate a De la Hoya (69,854 kg), que hasta se dio el lujo de regalarle la iniciativa a Campas (69,627 kg) y pelearlo de contraataque. Sólo en el primer round asumió la iniciativa y mandó desde la media distancia, aprovechando el estatismo de su rival. Después lo dejó venir a Campas y, haciendo cintura y trabajando sobre sus ramalazos, puso las manos más claras y efectivas.
En el tercer round fue tal la superioridad de De la Hoya que Campas perdió tres veces su protector bucal, impactado por las derechas rectas y ascendentes que le asestaba el campeón del mundo de contragolpe. En el 5º, De la Hoya lo perforó a Campas con poderosos ganchos arriba combinados con derechas directas y cruzadas a la cabeza. Y en el 7º, llegó la definición cuando hacía rato que uno (De la Hoya) abrumaba por la velocidad y variedad de sus golpes y el otro (Campas) recibía y aguantaba, no más que eso.
A seis segundos del final del asalto, el segundo principal de Campas, Rómulo Quirarte, le solicitó al veedor de la Comisión Atlética del estado de Nevada que interrumpiese la paliza. Le hicieron caso y una seña al árbitro Vic Darkulich le puso punto final a un combate que hacía rato que no tenía razón de seguir y que hasta pudo haber terminado antes si De la Hoya se hubiera afirmado algo más a la hora de pegar y no hubiera saltado tanto.
De la Hoya, que logró la 36ª victoria de su carrera y la 29ª antes del límite, recibió la decisión con un gesto contrariado. Pero recuperó su sonrisa habitual cuando se percató de que había cobrado 8 millones de dólares más un porcentaje de las ventas del pay per view por pelear solo. A Campas (que sufrió su sexta derrota en 91 peleas profesionales) le correspondieron 700 mil por dejarse pegar.
En sus declaraciones posteriores al combate, el Golden Boy dijo que se había resentido una de sus manos y que por eso tuvo que castigar con el guante abierto y no había podido definir por nocaut efectivo. Pero tranquilizó a todo el mundo (y especialmente a Bob Arum, el promotor del combate) cuando dijo que el desquite con Mosley no correrá riesgo, que se tomará unos días de descanso junto a su mujer –la cantante puertorriqueña Millie Corretjer– y sus dos hijos, y que luego volverá a los entrenamientos para la pelea del 13 de septiembre en el MGM de Las Vegas.

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De la Hoya castiga duramente a Campas.
 
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