El campeón mundial, Lewis Hamilton, aprovechó los problemas de la mayoría de sus rivales para avanzar 15 puestos en el estreno de su título mundial y, después de haber largado en la 18ª posición, terminar en el podio de una manera extraña: si en la última carrera del 2008, el GP de Brasil, consiguió su título a dos curvas del final, en Australia llegó al tercer lugar después de finalizada la carrera, cuando quien había arribado en esa posición en la pista, el italiano Jarno Trulli (Toyota), fue recargado con 25 segundos por haber superado a Hamilton en las vueltas finales mientras la carrera estaba neutralizada.

Otro ex campeón que pudo ascender fue Fernando Alonso (Renault) que tras la largada había quedado en la anteúltima colocación y finalmente logró colarse, tras el recargo a Trulli, en la quinta colocación. “Los Brawn GP están a otro nivel. Entonces casi que es difícil tenerlos en cuenta. Si siguen así y el 14 de abril, cuando se reúne la Corte de Apelaciones de la FIA, no decide nada (sobre la presunta ilegalidad de los difusores de los Brawn), pues se supone que ganarán las 17 carreras”, se lamentó el asturiano. “Entonces contando con que Brawn juega en otra división, pues tenemos que centrarnos en los demás y para nosotros son los equipos grandes, Ferrari, BMW y McLaren.”

A Ferrari, en cambio, le fue mucho peor: ninguno de sus dos autos consiguió terminar el Grand Prix. “Sabíamos que los Brawn GP serían imbatibles, pero pensábamos que podíamos hacer una buena carrera”, comentó Felipe Massa, que se despidió en Melbourne por problemas en el motor, en una carrera en la que su compañero Kimi Raikkonen tampoco pudo terminar, después de despistarse y pegarse contra un muro. “En mi opinión, aparte de los Brawn GP, somos competitivos, pero tenemos que trabajar de forma perfecta para estar delante. ¿La solución para Malasia? Trabajar y trabajar, ¡aún más!”, añadió el piloto de San Pablo.