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Lunes, 27 de julio de 2009

FúTBOL › OPINIóN

Filosofía barata y calcetines de nylon

 Por Diego Bonadeo

A la profusa lista de “opinators” vernáculos del tercer milenio, como Moria Casán, Juan José Sebreli, Víctor Hugo Morales, Jacobo Winograd, Susana Giménez y tantísimos otros, cuya característica identificatoria pasa por especializarse en generalidades, parece querer agregarse por estos días el sedicente filósofo y fabricante de calcetines Tomás Abraham. Varios libros publicados y centenares de pares de medias Tom –estas últimas salidas de su establecimiento fabril– parecen haberle ayudado a sacar chapa como para haberse avenido a que una de las publicaciones peor escritas de la Argentina, el diario deportivo Olé, hiciera que algunos de sus sesudos comentarios provocara socarronas secuelas.

Como confeso fanático de Vélez, intentó salirles al cruce a quienes desde el paladar futbolero, sin Hegel ni Kant mediante, admitimos haber disfrutado en este primer semestre de 2009 con el fútbol de Huracán. “Vi jugar a Huracán dos veces y me pareció un equipo menor”, conceptúa Abraham, quizá remedando aquella boutade de Jorge Luis Borges cuando decía que Federico García Lorca era un andaluz profesional y un escritor “menor”. Y agrega Abraham del mismo Huracán: “No resiste competencia internacional de cierto nivel. No por eso es un mal equipo, ni debe ser menospreciado el hecho de que haya pasado de salvarse del descenso a pelear el campeonato (...) Esta vez fue el choque de un buen equipo como Vélez y un cuadro entusiasta pero limitado como Huracán”.

Pero falta la frutilla del postre: “Huracán aparecía como el más débil y poético, con un Cappa que se mostraba como Papá Noel y Amado Nervo. Los predicadores aburren y mienten. No me despierta antipatía, simplemente creo que no aportan algo positivo al fútbol ni a la vida. La soberbia los pierde. Me rectifico. No digo que le haga mal al fútbol sino a la filosofía. Se pone en pastor de la pelota, y pierde la pelota y la pastoral. Lo de la pastoral no me importa, pero lo de la pelota sí”.

El solo escribir y luego rectificarse de lo escrito en vez de borrar o tachar y hacer referencia a Cappa como predicador que aburre y miente, para trascartón afirmar que no le despierta antipatía, explica con meridiana claridad la mixtura de Papá Noel con Amado Nervo. ¡Por favor! Faltó Charly García mezclando, como en su hit de los ’90, “Filosofía barata y zapatos de goma”, que en este caso pueden ser reemplazados por calcetines de nylon.

El problema está en quien les dio diploma a ciertos personajes para mandar fruta a mansalva.

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