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Lunes, 10 de marzo de 2003

FúTBOL › CELEBRACION ROJA

Azúcar para uno

Por Juan Jose Panno

Dulces, tan dulces como aquella tarde en la que le igualaron a Boca en Avellaneda y se allanaron el camino al título, los de Independiente se quedaron un rato largo celebrando el empate contra Racing. Los jugadores repartieron camisetas en las tribunas; los hinchas repartieron cantitos pretendidamente burlones hacia los de Racing; todos se fueron felices de la cancha de Lanús. Es que el presente del rojo es tan pálido, que el color rosa de la camisa que ayer estrenó Américo Gallego vale como símbolo. Anda tan de malas el rey de Copas, que parece una bola de flipper rebotando de un lado a otro en búsqueda de una cancha donde jugar de local, un poco de aire, un cacho de fútbol, los retazos de aquel equipo que salió campeón en el último torneo sin ir más lejos. Independiente saludó más que el empate la no-derrota. Había llegado a este partido con tres caídas consecutivas y una cuarta hubiera producido una multiplicación de las cargadas, el oprobio de verse colas, sin puntos y verlo a Racing bien arriba, con el puntaje ideal.
No parecen demasiado grandes las ambiciones de un cuadro grande que se pone contento con un empate jugando como local, pero si se considera que venía atrás en el marcador; que bien podía haberse comido tres o cuatro goles en el primer tiempo y que su gol, el primero del campeonato lo hizo justamente para cortarle la felicidad a Racing, aparecen algunos justificativos.
La racha negra que padece Independiente se expresa en los vaivenes de Gallego para armar el mejor equipo y también en la impotencia de sus jugadores que se ganan amarillas tontamente (Guiñazú, por patear la pelota al diablo) hacen foules absurdos (Silvera a Bodeya, ganándose la amarilla); o pierden goles imposibles (Pusineri). Naturalmente de ninguna de estas cosas se le puede echar la culpa a Gallego. En todo caso, y por el contrario, deberá admitirse que el técnico acertó con los cambios que produjo en el entretiempo, porque Eluchans y Rivas rindieron mucho más que Insúa y Guiñazú y le dieron más dinámica al ataque.
Es cierto que Independiente terminó dejando una mejor imagen que Racing y pudo liquidar el partido en una palomita que desvió Silvera, pero cuando se enfríe el domingo, revisarán la tabla de posiciones y verán que siguen últimos, con 1 solo punto, la misma cantidad que Huracán y Chacarita y con peor diferencia de gol. Chaca tiene 1 a favor y 4 en contra: Huracán tiene 3 y 7 e Independiente 1 y 8. Es el peor del campeonato y por supuesto, el peor de todo Avellaneda.

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