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Lunes, 1 de abril de 2013

AUTOMOVILISMO Y MOTORES › ALTUNA Y LóPEZ ABANDONARON, GIROLAMI SE COMPLICó SOLO

La mayoría sintió dura la calle

 Por Pablo Vignone

”No me la sacaba ni la policía”, graficó Mariano Altuna, tan seguro estaba de la victoria. Pero la ilusión del piloto de Peugeot, el más rápido del sábado, duró apenas dos giros. “Ya estaba más o menos cómodo en la punta, pero al salir de la chicana, el motor empezó a ratear –explicó–-. Paré en boxes para ver si se podía arreglar, pero no encontraron la falla, el V8 andaba en dos cilindros menos y no tenía sentido continuar. Siento mucha amargura porque son muchos los puntos que se pierden.”

Su compañero Néstor Girolami pudo haberlo vengado, “pero arriesgué hasta un punto en que casi quedo fuera de carrera. Le pegué a la pared al entrar en Alcorta, y a partir de allí fueron 16 vueltas de angustia, arriesgando a que se rompiera la goma que vibraba”. Hasta último momento se esperó un ataque suyo a Ardusso por la vanguardia, que nunca llegó.

No fue Girolami el único que se equivocó. Más caro lo pagó el campeón José María López, que embistió el mismo muro, en la puerta del edificio de Canal 7, sólo que en el giro 11, y su flamante Fiat no resistió: la rotura del portamazas lo dejó fuera de combate. López heredó la punta de Altuna en la vuelta 2, pero le duró apenas una recta: se pasó de largo en la horquilla del Automóvil Club Argentino. “Pecho no estuvo cómodo con los frenos en todo el fin de semana”, reconoció su DD Scarazzini.

Los pilotos de Renault aportaron una buena cuota de espectacularidad, chocándose entre ellos. “La lucha entre los compañeros de equipo es lo mejor que hay en el automovilismo, en el equipo tenemos vía libre”, afirmó Leonel Pernía, el mejor ubicado de la marca, que polemizó con su coequiper Emiliano Spataro. “Me llamó la atención lo áspera que fue la pelea con mis compañeros”, repuso el de Lanús, que dejó la carrera nueve vueltas antes del final con el auto todo golpeado en los toques con sus colegas. “¿Qué quieren, que demos órdenes de equipo en la primera carrera?”, se excusó un directivo de la escuadra. Pernía, que también se involucró en un toque con Ortelli (“la maniobra con Guille fue difícil y terminamos contra la pared”), de paso le apuntó a quien, finalmente, terminó delante suyo y en el podio: Christian Ledesma. “Me frenó a propósito”, se quejó.

“Que se queje, el que está en el podio soy yo –repuso el marplatense–. Todos tenemos derecho a equivocarnos, pero a mí en las tres primeras curvas me tocaron tres veces...” El piloto, que debutaba en el equipo Honda Petrobras, había largado séptimo y se transformó en una de las estrellas de la competencia. “Hay demasiados excesos para la jerarquía que tienen los pilotos de esta categoría”, se lamentó.

Desdibujado el subcampeón Rossi (“sufrí con los frenos y al final pinché una goma”, al final fue undécimo), su compañero Werner fue séptimo: pobre consuelo para el ganador del Obelisco en 2012. Sí se resarció el único porteño de la carrera, Franco Vivian, que se golpeó el sábado y terminó ayer noveno con el único auto nuevo del equipo Chevrolet. Su compañero Agustín Canapino no llegó a dar una vuelta: se le rompió un palier en la chicana...

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n El 408 de Altuna entre los Línea de Ardusso y López en la largada, detrás asoma el Fluence de Spataro.
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