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Jueves, 2 de mayo de 2002

Barderas

 Por Roque Casciero

¿Se acuerdan de 1993? Era el reino del rock indie: Kurt Cobain estaba vivo, Beck se declaraba “un perdedor” y la palabra “alternativo” tenía sentido. Ese año, entre la pila de material que publicaron los sellos independientes, brilló una canción punk-pop con guitarras no del todo precisas (aunque explosivas) y un derroche de adrenalina: “Cannonball” trasladó a The Breeders de un lugar de culto al de vendedores millonarios. La canción sonó en todas partes, MTV armó un separador con ella y la conocían hasta las abuelitas. Después de una gira agotadora, la banda se planteó grabar su tercer álbum. Pero ese bendito disco probó ser tan esquivo como el que Axl Rose prometió ese mismo año. Milagro: justo cuando nadie daba dos Lecops falsos por el futuro de The Breeders, la banda de las hermanas Deal está a punto de publicar Title TK.
La historia del grupo había empezado mucho antes. Kim Deal, cantante y guitarrista, fue la bajista de Pixies y, en un parate del influyente cuarteto, armó The Breeders junto a Tanya Donelly (ex Throwing Muses) y Josephine Wiggs. Pod, el debut, fue producido por Steve Albini, responsable de álbumes de Nirvana y Pixies. Luego Kim volvió con Frank Black (entonces Black Francis) y demás por un tiempo, hasta que el cantante se hartó de la impuntualidad y la falta de profesionalismo de la bajista. Entonces la niña desempolvó su antiguo proyecto, reclutó a su gemela Kelley para que se ocupara de una guitarra (aunque no sabía tocar) en reemplazo de Donelly y grabó Last Splash, que vendió más de un millón de copias en Estados Unidos. En la cumbre de su éxito, Breeders tocó para multitudes durante la gira Lollapalooza de 1994. Y después desapareció.
Hubo algunos rastros: primero, se supo que Kelley se había hecho adicta a la heroína y que había sido detenida tras recibir un “paquete” por correo. El 11 de abril de 1995, su padre la inscribió en una clínica de rehabilitación. Ella completó el tratamiento y por eso le fueron retirados los cargos penales. Kim hizo un disco como The Amps, que apenas facturó 25 mil copias, y desarrolló una obsesión por conseguir la perfección en las grabaciones. Su gemela también sacó un disco poco memorable con una banda efímera, Kelley Deal 6000. En un momento, Kim volvió a ponerle The Breeders a su banda, pero su hermana no era parte de ella. Finalmente, mamá Deal tuvo que zanjar las diferencias y dictaminar que The Breeders sólo podía existir si sus dos hijas tocaban juntas.
Sin embargo, los problemas estaban lejos de terminar. La banda continuó cambiando de miembros estables, de productores y de estudios. Kim insistía en conseguir un determinado sonido de batería: una mudanza. La banda fumaba crack en el lobby: otra mudanza (forzada). Kim se peleó con el productor y llamó a otro. Entre enero y noviembre de 1997, la banda gastó 339.054,89 dólares en no hacer un disco: la mayor parte de ese dinero fue usado en habitaciones de hotel, tiempo de estudio fútil y mover los equipos de un lugar a otro. Más tarde, Kim desapareció durante una semana, lo que hizo que el productor renunciara. Sin embargo, después ella le dejaba mensajes como si no se hubiera enterado. En marzo del 2000, ella reclutó a tres miembros de Fear en un bar neoyorquino y, con el quinteto consolidado, se fue a los estudios de Steve Albini en Chicago. Increíble pero real: ¡grabaron un disco!
Title TK suena a Breeders modelo ‘93, pero como si algún Dr. Evil les hubiera robado su mojo. Hay buenas canciones, pero han desaparecido esas erupciones de palabras y guitarras que resultaban tan atractivas. Las hermanas Deal y el resto (así son las cosas) hicieron una gira de retorno en la que se agotaron todas las entradas para sus shows, aunque algunas crónicas dan cuenta de que en los camarines siguen los problemas. Kim se emborracha antes de algunos shows y después le cuesta mantenerse en pie todos los temas. Mientras, Kelley teje como una poseída carteras que vende a 40 dólares en su sitio web. Y, a los 40, las peleas entre ambas son tan frecuentes como cuando eran adolescentes. La pregunta, entonces, es: ¿cuánto durará The Breeders?

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