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Jueves, 11 de octubre de 2007

EL DISCO “SIN FRONTERAS”, ENTRE EL DIA DE LA RAZA, LA HISPANIDAD Y EL COLUMBUS DAY

El mestizaje por varios frentes

Aztecas Tupro de la Argentina, Go Lem System de Barcelona y los estadounidenses de Gadfly hicieron un disco que bien podría verse como un contraejemplo de amistad y experiencia multicultural de lo que fue el 12 de octubre de 1492. ¡Viva la patria! (¿Cuál patria?)

 Por Juan Manuel Strassburger

La gráfica interna remite al TEG: la obsesión por atacar Kamchatka o hacerse del continente africano para emprender la conquista del mundo. Pero su sentido no podía ser más opuesto. En vez de desembocar en el enojo y el enfrentamiento personal (¿quién no se peleó a muerte con un amigo por culpa de este maravilloso juego de mesa?), el disco apunta al mestizaje y la fraternidad. Se trata de Sin Fronteras, el proyecto que pergeñaron los argentinos de Aztecas Tupro, los estadounidenses de Gadfly y los barceloneses-argentinos de Go Lem System. Y que hoy, en vísperas del 12 de octubre y de la fecha que recuerda la violenta conquista de América iniciada hace algo más de 500 años (y de la que participaron la mayoría de las potencias europeas, no sólo España), puede leerse como contraejemplo de amistad y experiencia multicultural. “El disco habla de un mundo donde las diferencias culturales vienen a enriquecer al otro. Y no a tratar de imponerlas. El 12 de octubre fue la conquista de una raza sobre la otra, un sometimiento, y festejarlo me parece una aberración”, sentencia Pablo Huevo Wehbe, cantante de Aztecas Tupro.

Gadfly

El proyecto nació de un ciclo de shows en el que las tres bandas compartieron canciones, buena onda y después una tarde de grabaciones alucinadas. Pero el backstage, la historia detrás del disco (del que se espera en estos días su segunda tirada de mil unidades), se remonta a seis años atrás, a una perdida noche de 2001, cuando los Aztecas Tupro se disponían a tocar en el extinto Matrix (la cucha de San Juan y Entre Ríos) y de repente, de la nada, aparecieron unos chicos de Arizona —los Gadfly, en ese momento Stuck in a Groove—, pidiendo participar en la fecha. “Venían de tocar en New York City, Buenos Aires News, y estaban contentos porque al fin empezaban a conocer el verdadero under”, recuerda Huevo. La banda argentina los aceptó gustosa y ya en el camarín, entre fernet y alguna yerba, descubrieron que la afinidad iba en alza: “Estábamos en edades parecidas, entre 23 y 25 años, y teníamos más o menos las mismas influencias: nos gustaba Sublime y el reggae de corte más rockero, con distorsión, si pintaba”.

Go Lem System

Los shows fueron muy buenos. Pero la historia no hubiera pasado de anécdota de no ser por una llamada extraña que recibió Huevo cuatro o cinco meses más tarde. “Levanto el teléfono y aparece un chabón hablándome medio raro. ‘¿Te acordás?’ —me dice—. Soy Tommy Dubs, tocamos aquella vez en Matrix’ ¡Sí, claro, cómo no me voy a acordar!” El resultado es la segunda visita del frontman de Gadfly, y también Movin’ On: la primera canción que trabajan juntos y que aparece en los siguientes discos de cada banda. “Nunca habíamos grabado una salsa como Movin’ On. Y lo hicimos con Aztecas”, cuenta Tommy desde San Diego. “A partir de ese momento, y durante el tiempo que pasé allá, Argentina empezó a tener una gran importancia para mi música. Pablo me trajo un pilón de CDs y me maravillé con bandas como Sumo, Mano Negra y otras que nunca había escuchado antes y que no hubiera conocido de no haber estado allá. Todas se convirtieron en mis grandes influencias de los últimos 5 años”, dice sin temor a exagerar.

Aztecas Tupro

Pero el aprendizaje no sólo fue musical. Dice Huevo: “Estando acá, Tom se empezó a interesar cada vez más por la cuestión social. De lo que había pasado en la dictadura y durante el menemismo”. El contexto ayudaba. “Cuando estalló la represión del 20 de diciembre estábamos en La Tribu, en el programa Argentilan-dia de Ezequiel Avalos, con el movilero transmitiendo desde Plaza de Mayo. Tom quedó tan impresionado que cuando salimos a la calle directamente enmudeció. No habló más”, recuerda Huevo. “El hecho de haber presenciado las revueltas en la Argentina y el tener que convivir con un hijo de puta como George Bush hace que hoy la política tenga un gran peso en mi vida”, asegura Tom. Y por supuesto: con el corralito, la represión, los cinco presidentes en una semana, “muchos fueron los que pensaron ‘este pibe no vuelve más’”, reconoce Huevo. “Pero fue al revés. ¡Se quería venir a vivir acá!”. Tom trajo a su banda de Estados Unidos y armó una gira con los Aztecas por la costa en 2003. “Nos dimos cuenta de que muchos de los prejuicios que podía haber hacia ellos eran una boludez”, cuenta Huevo. “Los pibes no tenían problema en dormir en el piso, la tenían clara en la carga y descarga de equipos; se notaba que estaban curtidos porque quizás hacían 200 fechas en un año. No eran ningunos nenes de mamá.”

Fueron diez días de playa y el suceso que todos recuerdan es el recital con Andrés Ciro de Los Piojos. El cantante observaba el show de Tom y sus compañeros en un balneario de Pinamar y se acercó a Huevo para comentarle: “Che, son muy buenos tus amigos. Lástima qué canten en inglés. Así les va a costar pegarla”. “Es que son yanquis, Ciro”, le dijo Huevo. “Ah, con razón. ¡Porque los veía muy rubios!”, le contestó el cantante de Los Piojos. Y la situación terminó con Andrés subiendo a tocar la armónica con ambas bandas. “Yo iba a ver a Los Piojos en la época de Arpegios y siempre guardo una gran admiración de Andrés como performer”, revela Huevo. “Después de los shows, Ciro se quedó charlando con nosotros y se mostró muy interesado en cómo estábamos haciendo la gira y demás. Incluso sé que después se encontraron con Tom en San Diego y que en algún momento les ofrecieron abrir un show de Los Piojos en Mar del Plata.” La iniciativa no prosperó, pero dejó su huella. “Sé que esto que voy a decir podrá sonar extraño... pero siento que la Argentina es mi casa. Que los grandes momentos de mi vida los tuve con los chicos de Aztecas. Y que toda esa experiencia fue determinante para mi vida y para mi música”, dice Tom desde Estados Unidos.

¿Y Go Lem System? ¿Cómo se suma al combo? La banda argentino-catalana que combina reggae, dub y bases electrónicas ya tenía un vínculo con Huevo y los demás a través de Federico Fassa, guitarrista de Aztecas, de quien eran amigos antes de partir a España. Tras editar dos discos allá (Viaje y Cacería; antes habían participado del mítico compilado de La Colifata) y girar por las principales ciudades de Europa, los Go Lem hicieron un alto y volvieron de vacaciones el verano ‘06. Pero pronto se dieron cuenta de que la onda iba más allá de descansar y estar en familia. “A través de Aztecas lo conocemos a Tom y surge la idea de tocar, aprovechando que estábamos todos juntos en una misma ciudad”, cuenta desde España Serge Korin, guitarrista de los Go Lem System. La pasan tan bien arriba del escenario que al día siguiente alquilan un estudio y se quedan “toda una tarde de vino, mate y humo” grabando de casi una sola toma los primeros cuatro temas del disco. “La química en el estudio fue increíble. No hubo ego, ni estrés. Sólo 12 personas pasando un gran momento y haciendo una gran música”, dice Tom. Una mezcla de géneros, letras bilingües (y hasta trilingües), fusión interfolklórica, pulso reggae-ska, actitud punk, espíritu festivo, sensación de comunidad y una gratitud al inoxidable legado de Sumo (repartida en citas a lo largo del disco) que representa bien la movida mestiza que cultivó el rock interlatino desde la irrupción de Mano Negra para acá.

—Día de la Hispanidad en España, Columbus Day en Estados Unidos. ¿Cómo viven la fecha en esos países y cómo se planta Sin Fronteras al respecto?

Tom: —Acá es un feriado nacional, pero no está bien. Celebramos a Columbus, una persona que mató en nombre de Dios. Para mí, el mensaje del disco es el de la unidad y la vida sin ningún tipo de bordes o restricciones.

Sergio: —Hace casi siete años que vivo en España y la primera vez fue un poco chocante. Hay desfile de militares, el rey presente y banderas españolas a nivel oficial. Luego, como siempre, está la gente. Y como hablar tanto de España recuerda a Franco, hay movilizaciones, contramarchas y casi siempre algún enfrentamiento con grupos fascistas, pero nunca algo muy relevante.

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