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Jueves, 18 de junio de 2015

YAWNING MAN TRAE MUCHA ARENA

Viene del desierto

Treinta años de zapadas innegociables y ratos de pura reverb.

 Por Mario Yannoulas

Pocos pueden reconocer su principio rector sin caer en lugares comunes. Después de casi 30 años de camino andado, Yawning Man propone una definición potable para su cóctel desértico de garage: la cinemática. “Es el paso y la espacialidad de la música. Hay un movimiento que engorda y fluye con cierto dramatismo”, suelta Gary Arce desde La Quinta, California, “La Gema del Desierto” yanqui.

El trío, que está aterrizando por primera vez en Ezeiza, no dispara su desolación sónica desde las baldosas, sino con los pies en la arena, fuera de los radares del glamour, y siempre sin voz. “Claro, acá no hay nada para hacer. El desierto real es bastante aburrido, eso nos llevó a componer”, dice Arce. “Siempre fue tocar por tocar, jamás compusimos para un público. Es como hacer surf o caminatas para pasar el rato”, sigue la línea el bajista Mario Lalli.

La zapada es un ejercicio innegociable en común, pero la estética desértica hegemónica tiene hoy más que ver con la distorsión pastosa del stoner que con los cordiales arpegios de slide y el reverb que entregan los californianos. “En Europa se creó toda una escena, con un cierto sonido y una moda. Acá también, pero es un género más dentro del rock. Para nosotros, esos son limitantes, imponen un estilo que se vuelve conformista y exige cumplir para encajar. A nosotros nos interesa tocar lo que nos hace sentir bien, y no porque creamos estar más allá de cualquier categorización, sino porque, en definitiva, todo es rock”, responde Lalli.

Desde hace tiempo, Gary insiste con que el punk rock murió, y que el desierto tomó su lugar, ¿están todos de acuerdo?

Lalli: Yo no. Veo que la generación de mis hijos se inspira en las cosas buenas que surgieron del movimiento punk con el que Gary y yo crecimos, y pienso que no es una ética perdida. Chicos que no tocan por plata, sino para expresarse y ser parte de algo. Sea lo que sea el “desert rock”, si representa a gente haciendo cosas desde un lugar honesto, es resultado de ideas que el punk puso en práctica. Sí comparto la decepción de ver cómo el punk se devoró a sí mismo al comercializarse.

La improvisación es esencial en su música, ¿con qué criterio empaquetan ese vuelo en discos concretos?

Arce: Hacemos zapadas largas y editamos las mejores partes, así se arman las canciones. Estamos preparando un cuarto LP con un sonido más oscuro, probablemente sumando un chelo.

* Sábado 20, domingo 21 y lunes 22 en Club V, Av. Corrientes 5016. A las 19.

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