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Domingo, 22 de agosto de 2004

VALE DECIR

Renovación y Cambio

¡Ah! ¡Ojalá la vida fuera tan simple como las píldoras mágicas de Dana Wyse! Bastaría con tragar una de esas pastillitas para descifrar el misterio de la vida, enseñarle a hablar a un bebé, verse bien en un par de jeans o convertirse en técnico de televisión. Pero detrás de su aspecto lúdico, los sachets de Wyse se interrogan sobre el sentido de todos esos deseos y fantasmas.
La serie de sachets de píldoras se llama Supermarket art. ¿Qué más puede decirnos de ese título?
–La expresión supermarket art nació por casualidad en los primeros treinta segundos de la primera entrevista que di en mi vida. Estaba aterrorizada, así que fui con mi amiga Lorena para que me apoyara. La periodista esperaba muy pacientemente que contestara la pregunta que acababa de hacerme por segunda vez. “¿Cómo llama usted a su arte?”, me preguntó. “¡Supermarket Art!”, contestó Lorena. “Lo llama Supermarket Art”. Así que si quiere saber por qué las píldoras son supermarket art, tendrá que preguntárselo a Lorena.
¿Cuáles son los temas que aborda? ¿Son los deseos universales de la población “biempensante”?
–El proyecto de las píldoras es totalmente autobiográfico y detalla los temas existenciales con los que me enfrento todos los días. ¿Qué es estar viva? ¿Qué necesito para salirme con la mía, para tener una vida feliz, para ser un buen ser humano? ¿De qué soy testigo todos los días? ¿Y cuáles son los temas que están presentes en mi trabajo? La vejez, la fidelidad, el amor, la aceptación, el aprendizaje, las razas y las religiones, la identidad, la sexualidad, la comprensión, la cura, la muerte, el miedo, el recuerdo, el olvido, el cambio, las mentiras y la decepción, el placer y la perfección, la fe, el control y los milagros... y todo eso sucede instantáneamente, ¡con una facilidad utópica! Pero no podría decir que mis deseos sean los de la “población biempensante”. Por ejemplo, yo considero que en la vida es esencial ser un maestro en el arte de chupar pijas.
Por otro lado, sus sachets están en venta en galerías de arte y en las librerías de los museos. ¿No le gustaría venderlos directamente en los supermercados?
–Las píldoras ya están en venta en algunos supermercados de los Estados Unidos, entre las medias para mujeres y la góndola de alimentos para gatos.
¿Piensa usted que los productos que se venden en los supermercados tienen un poco la misma función que sus píldoras? En el fondo, ayudan a que la gente se acerque a una cierta norma.
–Para mí, las píldoras estimulan la autotransformación y la libertad absoluta. ¡Belleza! Conviértase en la persona que usted quiere ser... ¡en menos de tres minutos! Los productos que se venden en los supermercados, en cambio, adormecen el pensamiento y asesinan el alma. Son logos de grandes compañías, cereales con azúcar y carnes hechas con párpados de chancho.
Y los museos, por otro lado, ¿no son los supermercados del arte contemporáneo?
–No, no creo para nada que sean supermercados, porque una persona común no puede comprar lo que hay en las estanterías de los museos. Para mí los museos son más bien espacios de ensueño. Uno no se va de un museo con una obra de arte en una bolsa de plástico. Uno se va con un recuerdo de la obra... lo que es mucho más fuerte. Pregúnteme si pienso que las ferias como la FIAC son los supermercados del arte contemporáneo y le daré una respuesta distinta.
¿Cree usted (y le gustaría) que esos productos puedan venderse y consumirse sin ironía, en primer grado?
–Por supuesto.
Para terminar, ¿podría presentar y comentar brevemente algunos sachets?–Tres de mis títulos favoritos son Recuerde instantáneamente cada detalle de su vida... incluido su nacimiento, Sea un autor de éxito instantáneamente y Parezca y siéntase canadiense instantáneamente. Tres pequeños pasos para, a mi juicio, encaminarse hacia la realización de una vida perfecta.

LAS CINCO CARAS DE LA NOTICIA
El Pentagonchannel –el canal de cable del Pentágono– ya es un hecho, y de llegar eventualmente al básico del cable argentino podría competir cabeza a cabeza con el Animal Planet o Discovery Channel. Se trata de una iniciativa del Departamento de Defensa de los Estados Unidos en asociación con el conglomerado multimediático Time-Warner. Su programación estable incluye las series Around the Services, que se anuncia como una mirada sobre el quehacer castrense yanqui; Studio Five, serie de conversaciones con los jefes del Departamento de Defensa; y Focus on the Force, cobertura enfocada en las misiones militares en el exterior, tales como la de Irak y Afganistán, además de innumerables perfiles de personalidades del ejército, la marina y la fuerza aérea. “El canal del Pentágono contará especialmente con la apreciación de los miembros de las fuerzas militares y de aquellos de sus familiares que vivan en los alrededores de las más de 26 grandes bases del país”, informó Lynn Yeager, vicepresidente ejecutivo de asuntos corporativos de Time Warner Cable. Se sabe que para la empresa será un estupendo negocio, ya que habría casi un millón y medio de militares activos en los Estados Unidos y más de un millón de reservistas en la Guardia Nacional, y todos ellos constituyen su público potencial (por no decir cautivo) perfecto. Por el momento, se trata de un canal estrictamente oficial, sin injerencia de cuadros demócratas o de otros partidos de oposición y no, todavía no ha habido noticias de que entre sus películas se vayan a incluir Los colimbas se divierten ni videoclips de los Village People cantando “In the Navy”.

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