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Domingo, 20 de octubre de 2002

VALE DECIR

Vale decir

El lugar indicado
Qué Eurodisney ni Parque de la Costa. Lo último en parques de diversiones es iniciativa de Corneliu Olar, intendente del pueblo rumano de Horea, quien ha logrado duplicar la tasa de nacimientos en su distrito tras levantar un parque temático sexual en el cual las parejas son invitadas a mantener relaciones en sus cabinas privadas y a preparar cenas románticas en los espacios más estimulantes, con un sistema de ambientación musical y una línea de llamados eróticos. El propio intendente ha estado pavoneándose de su ocurrencia ante la prensa. Según reprodujo el periódico Libertatea, Olar aseguró haber puesto “mucho trabajo en este lugar” y haber “intentado convertirlo en una atracción para todos aquellos que quieren hacer el amor en un ambiente especial. Queríamos ofrecerle una aventura que jamás olvidarán”. “Las concepciones logradas aquí son especiales”, declaró una mujer del pueblo al mismo medio, “porque creo que este lugar recibe toda la energía positiva de todas esas parejas que han hecho el amor aquí en su momento”. El nombre del parque es El Valle de la Felicidad, pero lo que nadie dice en medio de tanta felicidad y energía positiva es cuántos de esos hijos concebidos en el Valle son legítimos y reconocidos. Un asunto de cuidado, por lo menos cuando una invitación semejante la hace un tipo llamado Corneliu.

 

Para acabar con la guerra
“Hemos ingresado en tiempos de guerra y rumores de guerra. Amenazas de terrorismo y destrucción masiva han inundado el mundo de temor y nos han arrimado peligrosamente a un conflicto a escala mundial. Pero del amor llega la paz: el poder del amor propio”. Con estas palabras comienza el alegato pacifista-onanista de la organización Masturbate for Peace (Masturbate por la Paz), que enarbola el lema “Usar la masturbación para terminar con las guerras”. “No hay mejor antídoto para la guerra que el amor”, insisten los muchachos desde su sitio web, donde publican una lista interminable de juegos de palabras, rimas y poemas masturbatorios y que insiste con que sumarse a la iniciativa es la cosa más fácil del mundo: “Unirse a nuestro movimiento es sencillo. Tan sólo mastúrbate a tu manera, enfocando tus pensamientos y energía en el amor y la paz”, arenga, y prosigue: “Estimula a otros (esto sin doble sentido) para que hagan lo propio. Y por favor, completa nuestro formulario contándonos de qué manera planeas masturbarte por la paz”. Y, sin soslayar jamás el carácter innegablemente loable del movimiento, propone recordar en todo momento que “el verdadero amor siempre proviene del interior”. Un pensamiento profundo para tener a mano.


El sapo nos da la leche
Que se diga que en el campo reside la gran esperanza de la economía argentina para salir de una vez del pozo vaya y pase. También es un argumento atendible ese que señala a las actividades alternativas para ir tirando mientras tanto. También resulta una noticia bastante positiva ver que el país no descuida el ámbito de la experimentación genética. Pero la verdad es que este híbrido llamado “rana toro” entre las tres posibilidades suena, al menos, un tanto extraño. Muchas preguntas se disparan en múltiples direcciones: ¿Tienen más de rana que de toro, al revés, o es en partes iguales? ¿Tienen buen lomo, pero un sabor amarguete? ¿Hacen corridas o pegan saltos? Pero, sobre todo: si se los ordeña y la leche salpica en un ojo, ¿lo deja ciego a uno?

Esa maldita costilla

La sección El Cielo y el Infierno de la Semana que cierra el suplemento de Espectáculos de Clarín cada domingo es tajante. Hace una semana, destinaron el paraíso al estreno de Un oso rojo, la nueva película deAdrián Caetano. El averno, en cambio, fue para otra producción local estrenada el jueves de esa misma semana, un documental intitulado Marechal o la batalla de los ángeles. Al parecer, el pecado que lo condena es poner “de manifiesto lo difícil que es congeniar el trasfondo literario con el cinematográfico al abordar al autor de Adrián Buenosayres” (sic). ¿Qué Adrián? ¿El mismo que actuaba en Una Eva y dos Adrianes? ¿O el nuevo talento contratado por Adán Suar?

 

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