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Domingo, 18 de marzo de 2007

MúSICA > EL DEBUT COMO SOLISTA DE JUAN RAVIOLI

Traccion a sangre

Colaboró con Ariel Minimal, Flopa y Mariano Esaín, nombres indispensables del rock under porteño, y tuvo su propio grupo, París 1980. Pero cuando presentó su primer disco el año pasado, hizo una jugada extraña: en vez de quedarse en Argentina para tocar y promocionarlo, se fue a Europa. De vuelta, Juan Ravioli vuelve a la carga con Album para la juventud - Volumen 1, un conjunto de canciones rockeras clásicas, donde deja atrás lo digital y recupera algo de aquel sonido de los vinilos de los años ’70.

 Por Juan Andrade

Cinco días después de haber presentado en sociedad el disco que marca su debut como solista, Juan Ravioli estaba subiéndose a un avión con un destino incierto. Fue en agosto del año pasado. La fecha formaba parte del ciclo Nuevo! en el Centro Cultural San Martín. Y lo que otros músicos hubieran aprovechado como un puntapié inicial para salir a tocar, en su caso funcionó como una especie de despedida: las canciones de Album para la juventud - Volumen 1 se las arreglaron solas para no caer en el olvido, mientras él iba detrás de un impulso vital antes que artístico. “Fue un viaje más de vivencia que de otra cosa. Tenía una necesidad de ver las cosas desde una cierta distancia. Además nunca había ido, quería visitar algunos lugares y ver qué onda”, dice, recién llegado luego de un semestre de travesía por España, que incluyó escapadas a París y Berlín. “¿Madrid? Está buenísima para vivir, pero no me sentí muy identificado con la movida cultural de la ciudad.”

Varios de los temas incluidos en el álbum en cuestión formaban parte del repertorio de París 1980, su ex banda. De hecho, las primeras bases fueron re-gistradas allá por 2002 junto a sus anti-guos camaradas. Pero el grupo se disolvió, Ravioli comenzó a involucrarse en proyectos ajenos y dejó a sus propias canciones en pausa. “Lo cierto es que justo hace un año tomé la decisión de terminar el disco. Y todo ocurrió rápidamente”, repasa. Y enseguida sintetiza: “Tenía una lista de cosas que faltaban grabar, convoqué a la gente, hice los arreglos. No bien terminé, estaba pensando en el arte, la fabricación, el mastering. Estaba jugando a mil puntas a la vez. Entonces, en el momento en el que me subí al avión, no me hacía mucho cargo de que me estaba yendo. Bajé en Barajas y me di cuenta de que no tenía teléfonos adónde llamar. Un delirio. Me metí en una cabina de Internet y empecé a revisar mails viejos, de algunas personas que me habían pasado teléfonos. O sea: el viaje estuvo marcado por la incertidumbre”.

ROCK NEOSETENTISTA

Tras la disolución de París 1980, Ravioli comenzó a estudiar en una escuela de grabación y producción musical en la que conoció a Mariano Manza Esaín. Y el ex Menos Que Cero, que por ese entonces formaba parte de Flopa Manza Minimal, lo convocó para tocar junto al trío en algunos de sus recitales. Así fue como uno de los pequeños grandes hitos de la escena independiente de los últimos años se convirtió en un pequeño gran hito en su propia historia. Porque después de esa experiencia también participó en el proyecto solista de Ariel Minimal y, finalmente, pasó a ser uno de los habituales colaboradores de Florencia Lestani. “El disco tiene mucho que ver con haber estado tocando durante varios años con otra gente, que tiene más experiencia que yo y que labura de una manera que aprecio. De alguna manera, estando con ellos me nutrí para después poder encarar lo mío y terminarlo”, redondea.

De los discos que escuchó a su regreso, hay dos que Ravioli menciona en varias ocasiones a lo largo de la nota: Hoy, de Pez, y No es, de Coiffeur. Y su elección, por cierto, no causa sorpresa. Es que Album para la juventud... encuentra zonas de intersección con ambos, entre la pulsión instrumental y la corriente valvular del primero y el tono confesional y el aire acústico del segundo. He aquí su propia autodefinición: “No me considero un songwriter. Si escucho el volumen del disco, no encuentro a un cantautor. Hay, sí, mucho rock clásico. No hay una sola canción despojada. Está todo encarado desde los arreglos y el sonido”. Por momento suena casi como un vinilo de los ‘70. “¡Es que yo me compro vinilos de la década del ‘70! Y hago lo que me gusta. Lo digital llegó a su época de máxima popularidad, y la gente se empezó a hinchar las bolas. Por eso ahora vuelve un poco el motor a sangre. Es lógico: son modas. A mí me gusta hacer canciones, pero en mi modo de hacerlas entran una serie de variables que no contemplan sólo la letra, sino también cuestiones como la instrumentación, un arreglo o un ostinato.”

MINI MUNDO

En su rol de orquestador de sus propias canciones, Ravioli no deja nada librado al azar. “No diría que soy obsesivo, suena un poco fuerte plantearlo así. Pero el ...Volumen 1 es bastante neurótico en ese sentido. Hay muchos detalles y mucha insistencia para que suenen de una determinada manera. El desafío para el próximo disco es lograr que sea más humano, desde lo musical: poder entrar con una banda en un estudio y grabarlo de una. Estar atento a la estructura como algo básico de la música popular, pero desde el punto de vista del vivo”, se entusiasma. Su ambición es encabezar un grupo en el que no todas las decisiones recaigan sobre él. Y, de nuevo, el ejemplo a seguir es el de Pez: “Al otro día de llegar pasé por TNT y justo estaba ensayando Pez. Flasheé. La rompen”.

Después de entrenar un par de semanas con el mismo equipo que lo acompañó el año pasado, el plan de Ravioli es defender en público los temas de su primera cosecha como solista y adelantar algunos de los que asoman para la segunda, todavía sin una fecha prevista. “Mi trabajo ahora es juntar todo lo que estuve haciendo, para ponerme al día y mostrarlo de la manera que me vaya saliendo. Me gusta cambiar la forma de hacer las cosas. El primer disco lo hice de una manera y me gustaría enfocar el segundo de otra. Album para la juventud... agrupa un poco todo lo que me vino pasando, el encare de una problemática universal pero nueva para cada uno. Tenemos que pasar por ciertas situaciones para darnos cuenta de algunas realidades existenciales, digamos. Sigue siendo mi minimundo actual. La verdad, no sé qué me lleva a hacer las cosas que hago. Pero tampoco me detengo mucho a pensarlo. Lo cierto es que la gente me dice que le pega profundamente, emocionalmente. La única respuesta que encuentro es que a mí también me pega mucho hacerlo.”

Juan Ravioli se presenta el martes 3 de abril en el marco del ciclo Faro Deslumbra, en el auditorio de Radio Nacional (Maipú 555). Entrada: un alimento no perecedero.

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