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Domingo, 17 de marzo de 2002

la cizaña no es un bicho

POR ANTONIO TABUCCHI
Un periodista prometió en su diario –propiedad de un familiar de Berlusconi– una acción clamorosa y demostrativa contra uno de los actores italianos más conocidos en el mundo: Roberto Benigni. “Será un tiro al blanco”, prometió, “de huevos y verduras en una manifestación musical seguida por millones de telespectadores”. ¿Por qué? Porque el gran actor, afiliado a la tradición más noble que Shakespeare enseña, se burla del monarca de turno de la comedia. Como requiere el guión, el monarca se calla, pero el paje promete venganza. Amplios y varios fueron los comentarios sobre este raíd anunciado. Pero, curiosamente, en un país católico como Italia, ninguno, creo, se detuvo en la definición que el periodista dio sobre la prometida incursión. “Haremos la noche de la cizaña”, había escrito el susodicho.
La cizaña es una planta de la familia de las gramíneas que comprende varias especies, entre ellas una venenosa, que el latín tardío define como la hierba maligna que, mezclándose al trigo, lo roe y lo intoxica. La cizaña fue frecuentemente abordada por la literatura. Pero su mención más antigua como metáfora maligna aparece en una parábola del Evangelio (Mateo, XIII, 24-30: “El reino de los cielos es similar a un hombre que sembró buenas semillas en su campo. Pero mientras su gente dormía, vino suenemigo y sembró cizaña entre el trigo y se fue. Cuando brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña. Los siervos del amo se acercaron a decirle: Señor, no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña? Él les respondió: Algún enemigo lo ha hecho. Los siervos dijeron: ¿Quieres que vayamos a recogerla? No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero”).
En Italia, hoy, se esparce cizaña como si fuera una fiesta, se hace de la venenosa cizaña un party mediático y social. Casi con alegría, la planta venenosa se difunde a través de las voces rimbombantes de los medios. Quizá sea mejor no recogerla. ¿Esperamos la siega?

(Traducción y adaptación: A. M. P.)

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