En el bunker del Frente para la Victoria todo fue resignación. Aunque la elección de Agustín Rossi estuvo dentro de las "estimaciones" que manejaba el kirchnerismo santafesino, la baja performance de la lista que encabezó Osvaldo Miatello para concejales rosarinos terminó por completar una decepcionante jornada para el justicialismo de Santa Fe. Desde temprano, en el hotel escogido por los seguidores del Presidente para esperar los primeros resultados, se percibió clima de derrota. A punto tal que hasta entrada la noche no hubo dirigentes de peso dispuestos a dar proyecciones propias. Apenas el solitario Arturo Gandolla ofició de vocero, desde cuyo rol sólo atinó a pedir paciencia ante los escasos datos oficiales que existían. Recién cuando la tendencia ya era indescontable, aparecieron Rossi, Miatello y la vicegobernadora María Eugenia Bielsa para reconocer la victoria del Frente Progresista Cívico y Social.

Terminado el comicio, y con los datos aportados por sus fiscales y punteros, los principales referentes del Frente para la Victoria empezaron a preocuparse. La ventaja de Binner en Rosario sobre Rossi era la que habían pronosticado los mismos sondeos que el candidato a diputado había criticado calificándolas como "operaciones políticas": entre 25 y 30 puntos, una diferencia díficil de descontar por el peso electoral de la ciudad en el mapa político provincial.

Los guarismos para la elección a concejales eran menos auspiciosos. La lista que encabezaba Miatello aparcía muy detrás de la boleta de Horacio Ghirardi, a partir de lo cual los militantes justicialistas empezaron a sacar cuentas para un cálculo impensado: si el PJ lograba ingresar cuatro ediles -sobre 11- al Palacio Vasallo.

A diferencia del búnker socialista-radical, donde abundaban los interlocutores, en el hotel que escogió el Frente para la Victoria ningún dirigente de peso aparecía para dar proyecciones propias. El concejal Gandolla sólo se limitaba a pedir paciencia y aclaraba que el kirchnerismo iba a esperar resultados oficiales para sentar postura. Arriba, en uno de los pisos del hotel Rossi recibía datos en su celular, acompañado por la concejala Luisa Donni. Osvaldo Miatello, no estaba.

Tuvieron que pasar tres largas horas y media, hasta que a las 21.30 hicieron su aparición Rossi, Bielsa y Miatello. El primer candidato a diputado no pudo ocultar en su rostro la sensación de derrota. De inmediato se aclaró de aclarar que ese escenario estaba en los cálculos del Frente para la Victoria incluso "por mayor margen porque cuando empezamos la campaña estábamos 30 puntos abajo".

Rossi felicitó al Frente Progresista por la elección realizada. Agradeció el apoyo recibido de parte del Presidente y los votos obtenidos. No quiso responder preguntas y volvió rápido a su habitación. En su entorno reclacban que para Rossi el resultado fue más que auspicioso teniendo en cuenta la forma en qué fue elegido candoidato.

Miatello reconoció la contundencia de la derrota. "Evidentemente casi la mitad de los rosarinos avalaron la gestión del intendente. Todavía es prematuro para avanzar en un análisis más profundo", señaló.

Bielsa atribuyó la derrota a la conformación de las listas, sin aliados históricos del peronismo como el Partido del Progreso Social, el menemismo y la Ucedé de Carlos Castellani. Y negó que el peso de la derrota caiga sobre el gobernador Jorge Obeid.