rosario

Domingo, 28 de enero de 2007

SANTA FE › LA LEY DE TALLES VUELVE A LA CARGA EN SANTA FE

Que no hagan la vista gorda

El proyecto había perdido estado parlamentario pero volvió a
ser presentado por la diputada Miriam Benítez (PPS). La idea
es que los comercios ofrezcan talles grandes en toda la gama.

En un mundo que propone figuras de Barbie, que distan bastante -si no demasiado- de la figura de cualquier mujer normal, la diputada Miriam Benítez (PPS) no baja los brazos en su lucha por la aprobación del Proyecto de Ley de Talles, que volvió a ser presentado tras perder estado parlamentario en diciembre pasado en la Cámara de Senadores de Santa Fe.

El Proyecto, que propone que los comercios de indumentaria cuenten con todos los talles de la franja a la que se dedican, busca terminar con "la angustia y la frustración que genera a todas las edades y a todos los sexos, porque también a los varones les está costando conseguir ropa", el hecho de no tener la posibilidad de acceder a una prenda porque no hay talles disponibles, aseguró Benítez, quien además apuntó que "esa frustración puede traer como consecuencia -según la personalidad- una mera bronca, o trastornos psicológicos medianamente serios, o trastornos alimentarios para llegar a tener ese peso, esa medida ideal que nos han vendido".

En este sentido, la legisladora destacó la importancia de que se respeten las medidas antropométricas, puesto que "hay una relación de peso-altura que hace al talle, y hay una determinada numerología en talles que debemos respetar y no se respeta", y ejemplificó: "En algunos países se mide la distancia en Millas, y nosotros la medimos en Kilómetros, entonces en el caso de la ropa está estipulado cómo son los talles y cuánto corresponde en cada talle de cintura, caderas, hombros. Y lo otro son inventos".

Sumado a la cuestión de la discriminación que genera el no tener la posibilidad de acceder a estas prendas cuyos talles no corresponden con las medidas que deberían tener, se suma la cuestión de la salud. Según informó Benítez, "está comprobado por las mediciones que se han hecho en los desfiles que estos modelos están por debajo de la masa corporal, es decir que además es un modelo falso de belleza".

En relación a esto, sintetizó que "el poder acceder a la ropa es una cuestión que tiene una arista de salud, y también una arista que hace a un derecho individual", porque "nosotros con la ropa formamos nuestra propia imagen, entonces todo el mundo tiene derecho a formar una imagen y a tener acceso para decidir cómo quiere lucir".

Además, la legisladora relató que en conversaciones con la gente se ha encontrado con numerosos casos de personas que le manifestaban las dificultades que tenían para conseguir ropa y que eso les provocaba una angustia que derivaba en desgano o depresión, que a su vez era transmitida al resto de la familia.

Frente a esto, si bien Benítez reconoce que "no es que saliendo la Ley de Talles se van a solucionar todos los problemas, sí habremos eliminado un factor que es importante".

Si bien en su anterior presentación el Proyecto había obtenido media sanción en Diputados por unanimidad, y perdió estado parlamentario en la comisión de Constitucionales en Senadores, Benítez se mostró esperanzada de que esta vez el Proyecto se apruebe, puesto que los antecedentes tanto nacionales como internacionales en torno a la temática han favorecido la concientización de la sociedad y de los empresarios respecto de la problemática.

Respecto de los antecedentes internacionales, Benítez informó que "en España y en Francia ya se había empezado a tocar este tema de las modelos y de las medidas", además del reciente acuerdo firmado entre empresarios de la indumentaria española con el Ministerio de Sanidad para regular los talles de la ropa.

Por otra parte, en el plano nacional, las provincias de Entre Ríos, Buenos Aires y Santa Cruz ya tienen en vigencia la Ley de Talles, mientras que en Capital, Córdoba y Corrientes se están debatiendo. Cabe destacar que la Ley santacruceña es una réplica del Proyecto de la diputada santafesina, que allí ya está aprobada y en pleno funcionamiento, mientras que en Santa Fe se tuvo que volver a foja cero porque en Senadores argumentaban que esperarían la resolución de los amparos presentados en Buenos Aires por algunos comerciantes.

En este sentido, Benítez apuntó que se trataba de amparos "respecto de la reglamentación, no de la Ley en sí", e informó que había tomado contacto con la Secretaría de Comercio de Buenos Aires y que se estaba trabajando "sobre algunos casos puntuales como que no se puede pedir tener todos los colores o que cuando hay liquidación que haya todos los talles ﷓ porque liquidación es lo que quedó ﷓ o cuando se trabaja con segunda selección, porque no es algo intencional".

Así, aseguró a la Comisión de Constitucionales que tenía "parámetros que indicaban que esos amparos iban a ser rechazados", y efectivamente, "a los pocos días que cayó el Proyecto los amparos fueron rechazados y se firmó un acuerdo entre los fabricantes, los comerciantes y la Secretaría con el cual se hizo una modificación de la reglamentación".

Otro de los factores que dan esperanza a la legisladora son las recientes conversaciones que ha mantenido con la Asociación Empresaria, respecto de estas modificaciones que, aseguró, "irán en la reglamentación, porque son demasiado casuísticas como para ir en la Ley".

En relación a estas conversaciones, el presidente de la Asociación Empresaria, Elías Soso, manifestó su intención de dialogar sobre la cuestión, pero puntualizó algunas cuestiones que no dejarán pasar, como que se respeten las normas antropométricas internacionales, que no haya obligación de fabricas talles especiales -que son los superiores al 48-, que se tengan en cuenta las medidas de importación y los pequeños comercios de barrio, que no pueden adquirir tanta mercadería porque quizás después no le venden, y que no haya obligación de tener todos los talles en todos los colores.

En este contexto, Benítez aseguró que "con los industriales no hay dudas, tienen que respetar las medidas en la fabricación, y además yo digo que tengan todos los talles de la franja a la cual se dediquen". Informe: Paula Kearney

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Más allá de la discriminación que se genera, también está el impacto psicológico. "Esto puede causar sólo una bronca o terminar en trastornos alimenticios", dijo Benítez.
 
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