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Miércoles, 2 de septiembre de 2009

DEPORTES › DECENAS DE HINCHAS HACEN COLA PARA COMPRAR LAS ENTRADAS

Ver a Messi, no tiene precio

Hoy será el turno de vender las plateas en el Gigante de Arroyito, para ver Argentina y Brasil, y más de tres mil personas hacían cola anoche, montando carpas. El jefe de la comisaría 9ª, garantiza la seguridad en el Gigante de Arroyito.

Otro es el público, pero el fervor es el mismo por el fútbol. El regreso de la Selección Nacional a la ciudad para jugar por los puntos alteraron el paisaje grisáceo de Arroyito, y también el del parque Independencia, donde desde ayer hay apostados hinchas, con pose de guardia, para cuidar su lugar frente a las boleterías, donde el viernes se ofrecerán populares. Hoy será el turno de vender las plateas en el Gigante de Arroyito, y más de tres mil personas hacían cola anoche, montando carpas para guarecerse del intermitente granizo, la pertinaz lluvia y los que merodean la zona con intenciones se robarse un lugar en la fila. Había camisetas de Central, también algunas remeras rojinegras. Esos eran los menos: lo que se impone en Arroyito era el celeste y blanco de la Selección, un público que no frecuenta las canchas del fútbol argentino cada fin de semana, pero no por eso se comporta con menos algarabía. La columna de simpatizantes se inició el lunes con algunos centenares; ayer eran miles lo que rodeaban Cordiviola y seguían el trazado de la calle con dirección al parque Alem. "Somos hinchas de Boca, pero antes que nada de la Selección", enfatizó Carlos, casi como una declaración de principios, uno de los primeros en alzar la carpa iglú frente a las ventanillas del Gigante.

Desde las 9.30 de la mañana se pondrán a la venta algo más de 10 mil plateas, a razón de dos por persona como máximo, con precios que oscilan entre los 100 y 350 pesos. "Ver a Messi no tiene precio", acota el compañero de Carlos, parafraseando el slogan de una tarjeta de crédito.

La improvisada y masiva irrupción de hinchas en los alrededores del estadio de Central obligó a autoridades policiales a despleglar fenólicos para conservar el orden y evitar que pícaros se cuelen entre quienes llevan más de un día esperando por las plateas. La diversidad del público que está ávido por ver a la Selección alimentó, en ocasionales tertulias callejeras, algunos temores colectivos, como el que daba cuenta que "en la madrugada del miércoles van a venir los barras de Central y se van a llevar todas las entradas". El comisario Hernán Brest, a cargo de la comisaría 9ª, con jurisdicción en el estadio, prometió seguridad y "personal policial en la cola durante toda la noche".

En el parque Independencia, donde el viernes se venderán ocho mil populares, aparecieron ayer los primeros en acampar para asegurarse un lugar en las tribunas generales que dan a calle Génova. La misma cantidad de generales se ofrecerán en el Gigante, también el viernes. Para los brasileños hay reservadas un millar de boletos, que se ofrecerán el viernes por la mañana en la subsede "canaya" del Cruce Alberdi. Aunque no habrá que sacrificarse y ver el partido entre los visitantes, porque estas localidades sólo se entregarán a quien acredite nacionalidad brasileña.

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"Somos hinchas de Boca, pero antes que nada de la Selección", dijo uno de los primeros en la cola.
 
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